El inicio del mundial de Fórmula 1 ha estado marcado
por el intenso dominio de Ferrari que nadie ha sido capaz
de contrarrestar. Sólo Fernando Alonso, absolutamente
sensacional una vez más, consiguió mantenerse
cerca de los monoplazas de Maranello durante una buena
parte de la carrera, mientras que ni los Williams ni,
sobre todo, los McLaren, tuvieron en ningún momento
opción a inmiscuirse en la lucha por las primeras
posiciones.
El Gran Premio quedó prácticamente decidido
en la salida. Mientras los Ferrari arrancaban sin problemas
desde la primera línea, con Barrichelo ligeramente
más rápido que Schumacher pero sin atreverse
a "meterle al morro" a su compañero de
equipo en la primera curva, por detras, Montoya era superado
de forma espectacular por Alonso, metiendo Fernando dos
ruedas por al hierba en una arriesgadísima maniobra.
Los dos rodaban casi emparejados hasta la primera curva,
con Fernando primero intimidando al colombiano para hacer
a continuación un brusco cambio de dirección
hacia la izquerda con el fin de tener una mejor posición
de entrada al primer viraje que, por poco, no le cuesta
caro a Renault ya que Trulli, autor también de
una soberbia arrancada, tenía que "clavar"
los frenos para evitar la colisión entre ambos.
Con Fernando por el exterior, Montoya llegó largo
a la frenada y no pudo evitar "pasarse", subiendose
por la hierba y perdiendo cuatro plazas que comprometerían
ya sus posiblidades.
El resto pasaban el "embudo" de las primeras
curvas sin contratiempos, con Button cuarto, Ralf quinto,
Trulli sexto y Montoya séptimo, seguido por los
McLaren tras pasar pronto Raikkonnen al Sauber de Massa
que le precedía.
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Pleno
Ferrari en el podio
foto
Bridgestone |
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Los Ferrari empezaron a tirar con fuerza desde el principio
y pronto quedó claro que sólo Alonso era
capaz de mantenerse cerca estableciéndose rápidamente
una jerarquía de carrera que sólo variaría,
a tenor de los repostajes, en las posiciones a partir
de la cuarta plaza.
Con el aumento del límite de velocidad en boxes
para esta temporada, los pronósticos eran que todo
el mundo haría tres paradas, como así sería
salvo en el caso de los McLaren que, sorprendentemente,
fueron a dos aunque la estrategía no les sirvió
de nada. De hecho Raikkonnen ni siquiera llegó
a realizar la primera, convirtiéndose en el primer
abandono de la temporada cuando su motor Mercedes cedió
en la novena vuelta.
La primera ronda de paradas en boxes supuso la pérdida
de una plaza para Button, con problemas en la manguera
de combustible que le hicieron perder el tiempo suficiente
para ser superado por el Williams de Ralf. El inglés
de BAR pronto tuvo que vérselas también
con el otro Williams ya que Montoya, tras numerosos intentos,
consiguió finalmente pasar al Renault de Trulli
que nunca consiguió rodar en tiempos cercanos a
los de Fernando con el otro Renault. El italiano alegaría
en su descargo problemas con el difusor trasero dañado
en el "maremagnum" de la salida.
Justo antes de los segundos repostajes, se producía
el abandono de Webber, que estaba rodando en un magnífico
octavo puesto hasta que la mecánica de su Jaguar
dijo basta para desencanto de los aficionados locales.
El segundo turno de paradas en boxes se volvía
a llevar a cabo casi a la vez por todos los equipos y
no producía variaciones. Montoya perdía
algo de tiempo con problemas en la fijación de
la rueda trasera derecha, lo que le obligaba a volver
a remontar sobre Button al que finalmente acabaría
pasando para hacerse con la quinta plaza pero ya muy lejos
de su compañero Ralf que rodaba tranquilo en cuarta
posición. Por delante del alemán, Fernando
había decidido ya levantar algo el pie consciente
de que era imposible amenazar a los Ferrari y entre estos,
tras unas primeras vueltas en las que Barrichello se había
mantenido pegado a Schumacher, pronto se estableció
una distancia "de seguridad" con Michael rodando
casi siempre en 1:24 y haciendo imposible cualquier aspiración
que Rubens pudiese tener a la victoria. El brasileño
alegaría además haber sufrido problemas
de frenos desde mitad de carrera lo que explicaría
la distancia que cedió a partir de mediado el Gran
Premio.
Sin más novedades se cubrió el último
tercio de la carrera con las posiciones muy definidas
y una sensación de dominio de Ferrari que preocupa
al resto de los equipos. Bien es verdad que la fresca
temperatura de Melbourne pudo haber beneficiado a los
Bridgestone que equipan a Ferrari pero, de todas formas,
los monoplazas rojos se mostraron tremendamente superiores
en todo momento. Sólo el inmenso talento de Alonso
permitió a Renault estar cerca, mientras que los
demás veían como, al ritmo de uno y dos
segundo por vuelta, los Ferrari se distanciaban de forma
irremediable.
El próximo gran premio, dentro de quince días,
en el caluroso ambiente de Sepang en Malasia, debe dar
una mejor indicación de las diferentes fuerzas
de unos y otros. Si pese al calor que debería beneficiar
a los equipos calzados por Michelin, con Renault y Williams
a la cabeza, los Ferrari siguen dominando, entonces la
temporada se presentará realmente complicada para
los rivales de la "Scuderia".
Para la afición española, la satisfacción
de seguir comprobando que Alonso es, hoy por hoy, el único
capaz de plantar cara a Schumacher, y la esperanza de
que Renault mantenga la competitividad y fiabilidad mostrada
en Albert Park, que le situan ya un paso por delante de
los Williams ... ¡y dos por delante de los McLaren!
En esta situación, salvo un dominio técnico
abrumador de Ferrari como el del 2002, estamos seguros
de que este año vamos a ver al asturiano más
de una vez en lo más alto del podio en esta larga
temporada que sólo acaba de comenzar.
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