Segundo Gran Premio de la temporada y segunda victoria
para Michael Schumacher que empieza a preocupar seriamente
a sus rivales y a encaminarse hacia su séptimo
título mundial, quinto consecutivo.
Si en Australia las condiciones de temperatura suaves
podían haber favorecido a los Bridgestone que equipa
Ferrari en detrimento de los Michelin montados por sus
rivales, en Malasia se esperaba que el fuerte calor habitual
de la zona, permitiese a los equipos calzados con las
gomas francesas ser más competitivos.
Sin embargo, ya en entrenos Schumacher dió un claro
aviso de que el conjunto Ferrari-Bridgestone es, en sus
manos, casi imbatible, obteniendo una clara pole-position
mientras que, Fernando Alosno, que se presentaba como
la mayor amenaza para el aleman, cometía un error
que lo mandaba al fondo de la parrilla.
Por si fuera poca la ventaja para Ferrari, la lluvia haciendo
acto de presencia segundos antes de iniciarse el gran
premio, refrescaba el tórrido ambiente y acababa
prácticamente con las esperanzas de un fuerte calor
que pudiese "fundir" las gomas japonesas de
los Ferrari y dar una opción a sus rivales.
Schumacher salía en cabeza sin oposición
ya que su acompañante en primera línea,
el sorprendente Mark Webber, comenzaba un día aciago
tras su gran prestación del sábado, arrancando
muy lento y perdiendo de golpe varias posiciones. De todas
formas, estos movimientos en la parte inicial de la parrilla
pasaban casi desapercibidos ante la más que esperada
super-arrancada de Alonso. Partiendo de la última
fila, Fernando se colaba por el centro del pelotón
y pasaba ya el décimo al terminar la primera vuelta,
luego de haberse desecho de ocho rivales en unos pocos
metros. En un par de vueltas más Fernando estaba
ya en los puntos, tras aprovechar un error a final de
recta de Ralf Schumacher y superar de un modo increible
a un Mark Webber que no se resignaba a perder otra posición
y cerraba peligrosamente al español contra el muro
de boxes.
A partir de aquí, la carrera se estabilizaba notablemente
con Schumacher en cabeza, seguido de un Montoya que había
ganado posiciones en la salida y que era segundo por delante
de Raikkonen y Barrichello. Button era quinto tras superar
a Trulli y Coulthard veía ya agrandarse en sus
espejos la figura del Renault de Alonso, aunque el veterano
escocés aprovechaba la mayor velocidad punta de
su McLaren-Mercedes para mantener a raya al español
durante un buen número de vueltas lo que, finalmente,
sería clave en la fallida estrategia que Renault
adoptaría para el coche de Fernando. Los técnicos
de Renault habían planteado una carrera a dos paradas,
con una primera temprana para que Alonso saliese con poca
gasolina y pudiese remontar plazas en las primeras vueltas,
y otra más tardía una vez las posicones
se hubiesen estabilizado. Pero, justo antes de la segunda
parada, Fernando conseguía pasar a Coulthard con
un impresionante exterior lo que aconsejaba un cambio
de estrategia, habida cuenta de que ambos pilotos entraban
a la vez en boxes y un repostaje largo haría perder
el recientemente ganado puesto al piloto español.
Sin embargo, sorprendentemente, nadie en Renault se enteró
del adelantamiento y cargaron de gasolina el monoplaza
del asturiano, en una interminable parada en boxes que
permitió a Coulthard salir de nuevo delante y,
lo que es peor, comprometió ya todas las posibilidades
de Fernando quien, a partir de ese momento rodó,
dos segundos por vuelta más lento que sus predecesores
con un monoplaza muy cargado de gasolina.
Por delante, Schumacher controlaba la carrera, aunque
Montoya no cedía en su empeño por presionarle
manteniéndose a una distancia amenazadora de tres-cuatro
segundos hasta que, tras la segunda parada en boxes de
las tres previstas, el colombiano volvía a la pista...
¡para encontrarse con Barrichello intercalado entre
su Williams y el Ferrari del alemán! En Ferrari,
Ross Brown había vuelto a jugar sus cartas con
habilidad, cambiando la estrategía de paradas del
brasileño, de nuevo supeditado a la carrera de
su ilustre jefe de filas, de forma que Rubens ejerció
de tapón durante las suficientes vueltas como para
permitir a Schumacher hacerse con un confortable margen
de cerca de diez segundos, que le libraba ya de un posible
ataque de Montoya en los últimos giros.
Por detrás, la tercera plaza del podium quedaba
muy abierta al abandonar por segunda carrera consecutiva
Raikkonnen por problemas mecánicos en su McLaren
lo que, unido a la temprana retirada de Ralf, también
por avería en su Williams, y al retraso sufrido
por Barrichello en su tarea de equipo, sirvió para
que un sensacional Jenson Button se izara hasta una sorprendente
y muy merecida tercera posición, de la que ya ni
siquiera el superior Ferrari del brasileño podría
apearle en las últimas vueltas. Trulli se tenía
que conformar con la quinta plaza tras haber estado cerca
de Button en los primeros compases de carrera, mientras
que Coulthard había respirado tranquilo tras el
error estratégico de Renault, que le libró
de Fernando en la lucha por la sexta plaza. El español
acababa en un distante séptimo puesto, que pretendía
también Sato durante las últimas vueltas
hasta que una avería a cuatro vueltas del final
le dejaba fuera de carrera y daba el último punto
en juego al "equipo local", al terminar octavo
Felipe Massa con el Sauber patrocinado por la petrolera
malaya Petronas.
Con dos victorias en dos carreras y, lo que es peor para
sus rivales, demostrando una superioridad técnica
muy notable, Michael
Schumacher y Ferrari parecen lanzados en la carrera hacia
el título aunque, obviamente, la temporada no ha
hecho más que empezar y tanto Williams como Renault
han demostrado ya que pueden estar cerca de los monoplazas
de Maranello, siempre que no cometan ningún error,
algo que en uno u otro caso, sea por parte unas veces
de los pilotos y otras de los equipos, les ha privado
de poder amenazar más seriamente a los hombres
de Jean Todt, cuya "scuderia" funciona como
un reloj, sin fallos y con un sólo objetivo, hacer
que Michael vuelva a ser el número uno a final
de temporada.
|