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21|10|06 RALLYE COSTA BRAVA| Cto. ESPAÑA de RALLYES| 10ªPRUEBA
Clara victoria del ya campeón, Dani Solá, en la última prueba de la temporada que suponía, además, el retorno del campeonato de España a tierras catalanas. Berti Hevia escoltó al piloto local en el podio mientras que la tercera plaza fue para el también catalán Membrado. Para Pedro Burgo el título del grupo N y para Alejandro Rodríguez el del Trofeo C2
CRONICA


El Costa Brava de nuevo en el nacional fue, a principios de año, la gran novedad del calendario nacional de asfalto. Collsaplana, Cladells, Santa Pellaia... para los que ya "peinamos canas" en esto de ser aficionados a los rallyes, sólo leer los nombres de algunas de las especiales del último rallye de la temporada 2006 nos hacía retroceder en el tiempo y ponernos nostálgicos. ¿Quien no se acuerda de aquellos Costa Brava "europeos", que solían marcar el inicio "de verdad" de la temporada continental tras la tradicional prueba de apertura en las heladas pistas del Artic Rally.
Por el podio de salida del paseo marítimo de Lloret pasaron entonces algunos de los más grandes y, de ese podio, salían este año los pocos habituales del nacional 2006 que se habían desplazado a tierras catalanas para el cierre de temporada. Porque, claro, una cosa es ponerse romántico y recordar los "buenos viejos tiempos" y otra, muy distinta, es gastarse lo que cuesta hacer hoy día un rallye del Campeonato de España "porque si", sin jugarte ya nada una vez resuelto casi todo en Llanes hace quince días. Así que en la lista de esta 54ª edición del "rallye más antiguo de España" se echaban en falta nombres como los de Fuster, Vallejo o Marce Hevia, por no hablar más que de los S1600 más asiduos de este un tanto "descafeinado" Campeonato de España de asfalto 2006.

Solá y Amigó terminaron el año como lo empezaron, en lo más alto del podio

los hermanos Burgo acabaron por llevarse tanto el título del grupo N como el de la Mitsubishi EVO CUP

Jordi Zurita se llevó el título catalán con el Seat Córdoba WRC

De todas formas, entre los que si se desplazaban hasta Lloret había todavía elementos de interés suficiente como para configurar un rallye interesante, aunque el pronóstico de cara a la victoria final parecía claro. Corriendo en casa y ya campeón, Dani Solá estaba en todas las quinielas y apostar por él era lo más fácil y lo más lógico. Con sólo otros dos S1600 en la línea de salida, el Peugeot 206 de Berti Hevia y el Renault Clio de Manuel Rueda, el podio parecía tener todas sus plazas ya ocupadas salvo imponderables de esos que hacen a los rallyes tan apasionantes y tan impredecibles.

Más interesante se presentaba el grupo N, con el título todavía sin decidir entre los gallegos "Rantur" y Burgo, que llegaban con ventaja de puntos para el primero y de moral para el segundo, en alza tras sus últimos triunfos y dispuesto a culminar la remontada sobre la mismísima línea de meta. Ambos se las tendrían que ver, además, con cuatro buenos conocedores de los tramos de la zona como son Josep Membrado, Albert Orriols, David Coldecarrera e Isaac Guillen, configurándose una "parrilla de salida" realmente atractiva en la categoría más en alza de nuestros rallyes en los últimos tiempos.

Y luego estaba la lucha, presumiblemente al segundo, por la supremacía en el Trofeo C2, con doble protagonismo asturiano por parte de Alejandro Rodríguez y Carlos Márquez como máximos aspirantes y con el gallego Fernando Rico al acecho por si podía "pescar" en el presumible "rio revuelto" en el que podía convertirse el duelo entre sus dos rivales.

Así que, aunque este no fuese un Costa Brava de aquellos de finales de los 70, principios de los 80, había aun alicientes de sobra y en ello pensábamos mientras nos dirigíamos a la bajada que lleva al pueblo de Tossa, final de la tercera especial del día. Una bajada ancha y con buen agarre de esas en las que se pueden "ver cosas". Y lo que veíamos era a un Solá que pasaba por el sitio, muy seguro y muy conocedor de lo que su C2 S1600 podía dar y del terreno que pisaba. Y veíamos también a un Berti Hevia "dándolo todo", más espectacular sin duda pero dejándonos la sensación de que "no había nada que hacer". Y aunque, como suelo repetir muchas veces, "una curva no hace un rallye", por una vez lo visto en esas enlazadas finales camino de Tossa parecía ser un reflejo de lo que era el resto de la carrera. Porque en los dos tramos anteriores, Solá ya había marcado dos scratchs y, además, con unas diferencias tales sobre Hevia que pensar en que el poleso pudiese conseguir esa ansiada victoria con el 206 se antojaba ya como muy improbable. Más de 12 segundos en Els Angels y casi 5 en Sata Pellaia, en ambos casos favorables a Dani, eran un claro indicio y los 13 que le "caían" a Berti al llegar a Tossa, pese a bajar como bajaba, eran ya la sentencia: el poleso se iba a despedir de la temporada sin ganar un rallye.

Pero centrados más en quien pensábamos podía ser el único rival de Solá, nos habíamos olvidado, injústamente, de Manuel Rueda. El malagueño volvía a estar arriba, como lo había estado ya este año en el Rías, y era el más cercano perseguidor de Solá en los dos primeros tramos, cediendo sólo 3.1 segundos tras las dos primeras especiales. ¿Podría Rueda dar la gran sorpresa? No daba tiempo casi ni a planteárselo, 10 segundos de más en su crono de la tercera especial respecto al marcado por el catalán de Citroen ponían las cosas bastante claras: nadie iba a inquietar al ex-campeón del mundo Junior en "su casa". Una reflexión que, en todo caso, Rueda se resistía a aceptar con nefastos resultados. En la segunda pasada por Els Angels, tras una sería de enlazadas rápidas, llegaba una cerrada derecha que Rueda "se comía" con el resultado de dejar su Clio aparcado en posición de equilibrio inestable contra un pino, acabándose ahí todas sus posibilidades no ya de ganar el rallye sino, siquiera, de terminarlo.

Con Rueda fuera los nombres de los ocupantes de la primera y segunda posición ya no ofrecían dudas, salvo avería o accidente nadie iba a arrebatar el triunfo a Solá y la segunda plaza a Hevia, así que mejor olvidarse de ellos si queríamos "emociones fuertes" y centrarnos en la batalla por la tercera posición, que además daría el triunfo en el grupo N, y en la lucha sin cuartel por la victoria parcial y el título en el Trofeo C2. En el primer caso había, podíamos decir, "dos guerras". Por un lado estaba Pedro Burgo, que salía fuerte desde el principio, dispuesto a asestar a "Rantur" un golpe sicológico en su lucha por el título de la categoría. Por otro lado estaban los "pilotos locales", Membrado y Orriols, con unas ganas enormes de lucirse en unos tramos que conocen a la perfección. El estilo de ambos nos parecía muy distinto, mucho más fino Membrado con el Mitsu, mucho más "pasado" Orriols con el Subaru, pero el resultado era muy similar: los dos acababan el primer bucle pegados a Burgo y dispuestos a todo por ganar el grupo N y subir, además, al podio final del rallye. Y ahí, en ese "dispuestos a todo" estaba la ventaja de ambos respecto a un Burgo que tenía que "usar la cabeza", olvidarse de ellos y pensar sólo en acabar delante de un "Rantur" totalmente fuera de ritmo y que no parecía pudiese plantar la batalla que su equipo esperaba.

Así que, mientras Solá y Hevia eran, lógicamente, primero y segundo en la repetición de los tres primeros tramos, la tercera plaza en los parciales iba cambiando de manos: Membrado en Els Angels, Orriols en Santa Pellaia, Membrado de nuevo en St. Feliu-Tossa. Con este último resultado, el del EVO9 de Calm llegaba ya a mitad de rallye en posición de podio.

Los tramos de la tarde, los míticos Cladells y Collsaplana, debían decidir. En el primero de ellos, Orriols daba todo un festival: segundo tras Solá en la primera pasada ...¡y scratch en la segunda! Por primera vez este año, un Subaru se ponía en cabeza del grupo N, ocupando además la tercera posición de la general. Pero en la segunda pasada por el largo Collsaplana, ya disputada sin visibilidad y con las "faradas" devolviendo a todos imágenes de "otros tiempos", esa crueldad que, también, tienen los rallyes se cebaba esta vez en Orriols: un pinchazo dejaba al Subaru Spec C "cojo" y obligaba a su piloto a olvidarse del podio final, con llegar a meta había bastante. El relevo lo tomaba Membrado, tremendamente consistente todo el día y que sumaba un resultado de auténtico prestigio, ganador del grupo N y tercero de la general absoluta. Por delante, como era de esperar, ni Solá ni Hevía cometían errores, sumando así el ya campeón un nuevo triunfo y alcanzando el asturiano un nuevo podio con el que endulzar algo una temporada que, desde el principio, ha resultado demasiado cuesta arriba para el de la Pola.

Y así se llegaba a la ceremonia de entrega de premios en el paso marítimo de Lloret de Mar, que ponía broche a una temporada del nacional de rallyes que no será de las que pasen a la historia, algo que, por otra parte, ya nos esperábamos todos a principio de lo que siempre se vio como un "año de transición". Ahora, mientras felicitamos a los campeones 2006, ¡sólo nos queda esperar que esa transición sea hacia algo mejor!

 

GRUPO N y EVO CUP

Josep Membrado ganó el grupo N´y se clasificó tercero scratch con este EVO9 de Calm

En la crónica general ya hemos comentado lo que dio de si la lucha por el triunfo en el grupo N, que por una vez no significaba automáticamente la victoria en la EVO CUP de Mitsubishi al haber un Subaru metido en la pelea. Pero, al final, el pinchazo sufrido por el Imprezza de Orriols hacía que el ganador del grupo y de la copa tuviese, de nuevo, el mismo nombre: Josep Membrado, autor de un rallye soberbio con un EVO9 del prerparador catalán Calm Competició. Tras él, Pedro Burgo no estaba en absoluto disgustado por no ganar esta vez: su segunda plaza, muy por delante de un desdibujado "Rantur", daba al de "Café Candelas" el título nacional de grupo N. Además, al intercalarse entre ambos contendientes el otro EVO de RMC, pilotado por David Coldecarrera, para Burgo era también "in extremis" y por un sólo punto, la Mitsubishi EVO CUP. Luego de la mala racha de mitad de año, Burgo acababa así por enderezar la temporada, sumando los dos títulos a los que optaba y acompañándolos con la jugosa guinda que supuso la victoria absoluta en el Rallye de Ferrol. Una gran temporada, sin duda la de Burgo.
Como muy buena ha sido también la de "Rantur" con el EVO9 de RMC aunque, ahora, seguro que el subcampeonato le sepa a poco. Pero empezar el año "en marcha", perdiéndose los dos primeros rallyes, y acabar todavía su primera temporada sobre un tracción total luchando hasta el final por el título no es, ni mucho menos, mal balance para el orensano, un piloto que parecía perdido para el nacional de rallyes y que esta temporada ha tenido una insperada "segunda oportunidad" que merece continuidad.
DESAFIO PEUGEOT

Basols completó su dominio del Desafio con otra contundente victoria

Josep Basols había dominado con mano de hierro toda la temporada "jugando fuera de casa" así que en los tramos de los alrededores de Lloret pensar que alguien le "pudiese echar mano" resultaba poco menos que utópico. Y, efectivamente, Basols dominaba con autoridad. Sólo otro catalán, el piloto del RACC Oscar Macaró, osaba acercarse a Basols, llegando a mitad de rallye a sólo diez segundos tras haberle ganado, incluso, en un par de parciales. Pero, por la tarde, Basols ponía las cosas "en orden", y se escapaba de forma imparable camino de un nuevo triunfo con el que culminar una temporada prácticamente perfecta en la que ha sido "el jefe" del Desafio Peugeot en casi todos los terrenos.
Con Mascaró afianzado en la segunda plaza, la afición local llegó incluso a pensar en un triplete catalán en el podio, ya que el otro piloto del RACC, Ramón Gené, rodó por momentos en la tercera plaza. Pero Esteban Vallín se encargó de aguar, aunque sólo fuese un poquito, el festejo local, subiéndose una vez más al podio del Desafio Peugeot en la que era, además, su despedida de la categoría. Esteban cerraba así su última temporada con el 206 acabando de nuevo entre los tres mejores de una copa monomarca y pensando ya en que poder hacer el año que viene.
Tras Gené, finalmente cuarto, se clasificaban los hermanos Arias, de vuelta tras el fuerte golpe de Ferrol y realizando un buen rallye, con el sobresalto de tener que hacer en tercera toda la bajada del segundo St.Feliu-Tossa como mayor inconveniente. Pero, como nos decía el copi, Roberto, comentando el hecho "¡para abajo se corre igual en tercera!" Desde luego valor no les falta a los de Grado que, también, se despedían del Desafio Peugeot en Lloret de Mar y que, como todos, empiezan ahora el rallye más difícil, el de los despachos para convencer a los patrocinadores de invertir en nuevos proyectos de cara al 2007.
TROFEO CITROEN C2

Alejandro Rodríguez e Irene Serrano celebran el título en el Trofeo C2 de Citroen

En la crónica general del rallye ya planteamos un poco lo que la C2 podía dar en el Costa Brava, pero hemos dejado su relato para este apartado porque se merece, sin duda, capítulo aparte. Ver pasar a estos aparentemente "simples utilitarios con pegatinas" pone, los pelos de punta. Alejandro Rodríguez, Carlos Márquez y, en menor medida, Fernando Rico, se jugaban el título en los tramos de los alrededores de Lloret, pero no eran los únicos que iban a pelear por el triunfo parcial en este Costa Brava 2006. Los gallegos Garre y Méndez y el canario Armide Martín, se metían también en la lucha y las diferencias entre todos ellos eran mínimas.
Tras el primer bucle, entre el primero, Alejandro, y el sexto, Rico ..¡había sólo 13.3 segundos! Y viendo pasar a unos y otros la verdad es que no nos sorprendíamos porque todos "iban por lo que valían" y parecía realmente difícil sacar más de los pequeños C2.
Pero en el segundo bucle habia, al menos, uno que todavía podía correr más que antes, y ese era Carlos Márquez, que se hacía con dos scratchs consecutivos y se ponía segundo ...¡a siete décimas de Alejandro que seguía primero! El de Candás cogía un pequeño respiro en el segundo paso por St.Feliu-Tossa, y a mitad de rallye el título estaba entre los dos, con menos de cinco segundos de ventaja para "Ale" y con Carlos necesitando no sólo ganar sino, también, que alguien más se intercalase entre él y su máximo rival. Dos premisas que se mostraban simplemente imposibles para el de "Asturias Paraiso Natural" en los tramos de la tarde. Alejandro se escapaba y tanto Méndez como Garre se situaba también por delante de Márquez que, pese a todo, no se rendía y todavía era capaz de ganarse una plaza de podio y asegurar así el subcampeonato.
El podio final era toda una "fiesta asturiana", con Alejandro Rodríguez e Irene Serrano festejando el título desde lo más alto, tras culminar con este triunfo en Cataluña una temporada simplemente sensacional. A su lado, el veterano Belzunces y el máximo rival de Alejandro, Carlos Márquez configuraban cuatro astures en "el cajón", lo que unido a la bandera y a la sidra, que escanciaba Márquez para todos, servía de cierre realmente bonito para un año en el que los C2 han dado algunas de las mayores emociones del campeonato de España. ¡Lástima que el año que viene ya no vayan a estar!