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Tras su apoteósica triunfo en casa y bajo la lluvia en Silverstone, Lewis Hamilton sumó en Hockenheim otro triunfo de esos que tienen más valor que los diez puntos en juego. Siendo el más rápido en pista en 47 de las 60 vueltas disputadas a ritmo de carrera, el británico simplemente 'machacó' y sólo la dudosa decisión estratégica de su equipo cuando salió el safety car permitió que la carrera tuviese alguna emoción, brindando de paso a Renault el ansiado podio, que llegaba ¿quien lo hubiese imaginado? de la mano de Nelsinho Piquet, segundo por delante de un Massa que volvía a mostrar como le sigue faltando algo (¡o mucho!) para ser un auténtico campeón. 

   

Dos semanas después de su deslumbrante exhibición sobre el mojado asfalto de Silverstone, Lewis Hamilton dio otro recital, tan o más convincente, si cabe, sobre piso seco en Hockenheim. Apoyado en un McLaren que ha ido a más a medida que pasaba la temporada y que, ahora mismo, parece haber 'adelantando' al Ferrari en lo que al honorífico título de 'monoplaza más competitivo' se refiere, Lewis simplemente 'aplastó' a sus rivales en el primer turno de carrera, los mantuvo 'bajo control' en el segundo y remató en el tercero, sobreponiéndose de forma espectacular a una estrategia cuando menos 'dudosa' por parte de su equipo a la hora de gestionar la entrada en acción del safety car.

Lewis Hamilton celebra otra vicrtoria de esas que quedan en el recuerdo

Nelsinho Piquet aprovechó la gran ocasión que le brindó el safety car para acabar segundo

Massa tuvo la carrera en sus manos pero fue incapaz de conseguir la victoria

En un campeonato caracterizado hasta ahora por la irregularidad de sus principales protagonistas, el británico está ahora en plena racha, superado su periodo negro de hace apenas mes y medio, un periodo en el que ahora parecen estar sumido precisamente sus dos máximos rivales para el título, los pilotos de Ferrari. Y como en la F1 vales sólo que lo hiciste en tu última carrera, no deja de resultar no se si cómico o patético leer o escuchar los análisis de muchos de esos 'pseudoexpertos' de esto, que hace unos meses enterraban a Lewis, acusado de ser incapaz de poner a punto un coche ganador sin tener a quien copiar las telemetrías y de estupideces similares, y que ahora descartan ya a Ferrari y 'piden la cabeza' de sus dos pilotos con el objetivo, de paso, hacer hueco en la 'scuderia' para la deseada llegada de Alonso. Un Alonso que en Hockenheim hizo una de las peores carreras que uno le recuerda, independientemente de todo lo mucho (¡y cierto!) que se pueda decir respecto a la falta de competitividad del R28 ... aunque sea sólo la suerte la culpable de su actuación según casi todos, empezando incluso por el mismo según se desprende de sus, en mi humilde opinión, muy escasamente afortunadas declaraciones nada más bajarse del coche a final de carrera.

Pero bueno, no se de que me extraño ... y no se siquiera porque me lo tomo a veces tan a pecho. Los 'Lobatos', 'Serranos', 'Miqueles', 'Ramos' y demás que forman esa corte de aduladores incondicionales que se lleva formando varios años alrededor del 'fenómeno Alonso', no quiere ver otra cosa que no sea absoluta genialidad en todo lo que haga el indudáblemente genial piloto asturiano, desinformando de un modo a veces tan grotesco que uno no puede menos, por momentos, que echar de menos la época 'preAlonso', cuando pocos o ninguno de estos oportunistas habían puesto todavía sus miras en este maravilloso espectáculo que es la fórmula 1. Y, ojo, uno no duda de que todos ellos sean unas grandes personas ni unos 'estupendos profesionales' que estén haciendo lo que sus empresas les piden o que, simplemente, se dejen llevar más por sentimientos de amistad o de simpatía que por cualquier otra cosa ... pero eso me sigue pareciendo incompatible con lo que siempre he considerado que debe de ser la labor del informador. La culpa tal vez la tenga el hecho de que uno creció leyendo crónicas de fórmula de Javier Del Arco, por citar sólo al 'maestro' español de la época 'preAlonso', o de su muy digno sucesor Frances Roses ... pero el caso es que cada vez se me hace más insufrible el modo en que todos estos (y alguno más me temo, que uno procura mantenerse al margen y no leerlos a todos) desaprovechan la ocasión de hacer de la fórmula 1 algo que acabe gustando a la gente por encima de que en la categoría destaque 'uno de los nuestros'. Creedme, eso debería ser un muy bonito aliciente pero, en el fondo, tenía que ser lo de menos ... ¡o al menos no lo único!. Pero como se de sobra, que eso que yo quiero 'no vende' pues nada, toca tener paciencia, desahogarse un poco de vez en cuando en un texto de estos, procurar leer o escuchar lo menos posible a estos 'expertos' que, al final, estoy convencido de que van a acabar haciéndole más daño que bien a la figura de Fernando (y hasta 'apuesto' a que un buen número de ellos serán los primeros en 'abandonar el barco' cuando su figura ya no 'venda' como lo hace ahora), y tratar, en lo posible, de seguir disfrutando de las carreras ... que es al final lo que cuenta.

Heidfeld volvió a sacar partido de la situación para acabar cuarto tras calificar mal de nuevo

Kovalainen terminó quinto pero colaboró al triunfo de Hamilton 'abriéndole la puerta'

Flojo fin de semana de Raikkonen, sexto tras verse perjudicado por el safety car

Y si de disfrutar de la fórmula 1 se trata, para eso bastaba el pasado domingo con seguir la carrera del que, despreciativamente, se sigue minusvalorando por muchos de los anteriormente citados y por buena parte de esa hinchada, del peor estilo futbolero, que se ha creado desde unos medios que sólo buscan el negocio inmediato, y a los que les importa tanto la fórmula 1 como la petanca o cualquier otra cosa. Me refiero, naturalmente, a Lewis Hamilton, que en Hockeneheim dio una soberana exhibición, una más ... ¡y ya van unas cuantas como para seguir empeñándose en ignorarlas! Partiendo desde una pole conseguida ya con solvencia el sábado, el británico salió disparado y empezó, de inmediato, a marcar un ritmo absolutamente imposible para el resto. Recordándonos cada vez más a aquel Senna capaz de crear hueco desde el primer metro gracias a su asombrosa capacidad para rodar a fondo desde el momento inicial, aunque las gomas todavía no estuviesen en su eficiencia máxima y el depósito llevase una buena carga, Hamilton hizo una de esas cosas que están al alcance de los elegidos: desde salida hasta su primera parada en boxes, en la vuelta 18, el inglés fue el más rápido de todos ¡en cada una de las 17 vueltas que dio a la pista! Y no sólo eso, la diferencia en sus tiempos por vuelta respecto al más rápido del resto en cada giro estuvo siempre alrededor del medio segundo ... ¡y muchas veces hasta dos o tres décimas por encima!

Una auténtica barbaridad que dejaba la carrera más que sentenciada cuando se podía comprobar como la diferencia de peso entre su McLaren y el Ferrari de Massa, su más inmediato seguidor, tampoco era tan grande como para explicar su ventaja inicial y dar opciones a Felipe de recuperar a base de estrategia. El brasileño repostó sólo dos vueltas después tras marcar una vuelta rápida a cinco décimas de la que había establecido Lewis en su último giro completa antes del repostaje ... la diferencia era abismal.

Kubica estuvo menos brillante que otras veces y sólo pudo ser séptimo

Excelente carrera de Vettel, que sumó un punto con el Toro Rosso

Trulli encabezó el segundo grupo en la parte inicial pero luego se fue para atrás

A partir de ahí no había más carrera en la lucha por la primera plaza ... hasta que el preocupante accidente de Glock no dejaba a todos con el alma en vilo por unos momentos. La rotura de la suspensión trasera izquierda al salir de la rápida curva final, catapultaba al Toyota directamente contra el muro interior y dentro su piloto era, como definía Mario Andretti siempre estas situaciones, "un simple pasajero". Por fortuna, pese a la dureza del impacto y al rescate un tanto 'chapucero' por parte de las asistencias a pie de pista, el piloto alemán sufría más susto que daño, y la atención pasaba, de nuevo, a la carrera. La inevitable salida del 'safety car' cuando transcurría la vuelta 36, y el momento de la segunda parada se acercaba para casi todos, implicaba una entrada en boxes masiva al más puro 'estilo americano' en cuanto se abriese el pit lane. Y así ocurría, entraban casi todos ... ¡pero no entraba el líder!

La sorpresa era mayúscula porque, aunque el McLaren hubiese cargado gasolina para unas cuantas vueltas más, parecía obvio que no iban a ser suficientes como para permitirle abrir el hueco de más de 20 segundos necesario para repostar y volver a pista todavía por delante del Ferrari de Massa, que encabezaba la larga fila de los que aprovechaban la neutralización de la carrera para poner gomas nuevas y cargar la suficiente gasolina como para llegar ya, sin paradas, hasta la meta. Pero los estrategas de Woking decidían que era mejor 'quedarse fuera' y cuando se retiraba el coche de seguridad a Hamilton le tocaba hacer poco menos que un milagro ... y no lo conseguía ... bueno, ¡no del todo! Pese a volver a rodar a un ritmo absolutamente imposible para sus perseguidores, Lewis acumulaba un poco más de catorce segundos sobre Massa en las diez vueltas que le quedaban 'de autonomía' en su depósito. El británico retornaba a pista cuarto, justo tras su compañero Kovalainen quien, pronto, 'se hacía a un lado', demostrando una vez más lo hipócrita y absurda que resulta la regla de prohibir las órdenes de equipo. Evidentemente Lewis iba más rápido, Heikki no tiene opción al título y la lógica se imponía ... disfrazada de 'deportividad' por Ron Dennis y los suyos para 'disimular' lo que no tenía que ser necesario ocultar si no fuese por aquellos 'excesos' de la época Schumacher-Barrichello-Ferrari que llevaron a la FIA a tratar de salvar la cara imponiendo la estúpida normativa actual al respecto.

Antes de la carrera, fiesta de pre-cumpleaños en Renault para Alonso en Piquet...

...en carrera Fernando tuvo un gran premio absolutamente frustrante...

...y al final la fiesta era sólo para Piquet tras su inesperado segundo puesto

El siguiente en el punto de mira del McLaren de Hamilton era el Ferrari de Massa. El brasileño, que tras la carrera se quejaría de problemas de frenos que tal vez puedan explicar, al menos en aprte, su pobrísimo tercio final de prueba, apenas si podía hacer más que sufrir una rápida agonía en lo que se refería a su ventaja, que se derretía como nieve al sol. Lewis llegaba a espaldas de Felipe en sólo cuatro vueltas y, como es su costumbre, no esperaba ni un momento. Se tiraba decidido en la frenada de la horquilla, ganaba la posición por el interior para la salida del viraje, 'ensanchaba' su trayectoria al límite para no dejar el más mínimo espacio al Ferrari de ahí a la siguiente izquierda y acababa por 'rematar la faena' volviendo a forzar hasta el extremo a un Massa que todavía trataba, en vano, de resistirse. Mientras el Ferrari quedaba, impotente, 'botando' sobre el 'piano', el McLaren salía disparado hacía adelante camino de la victoria. En un abrir y cerrar de ojos el duelo quedaba visto para sentencia en favor de Hamilton.

Se podía pensar que ya estaba todo hecho pero, realmente, quedaba un 'trámite' más por cumplir para Lewis. Justo antes del accidente de Glock, Nelson Piquet Jr. acababa de entrar en boxes para hacer su única entrada en boxes luego de haber tenido una decepcionante calificación, no pasando del puesto 17, y optado por 'cargar hasta los topes' y hacer la carrera a una sóla parada. Una estrategia que, en condiciones normales, no le hubiese llevado más allá de acabar hacía mitad de la clasificación, pero que, de golpe, se convertía en la mejor posible. Con todos entrando a repostar, Nelsinho se encontraba tercero tras Hamilton y Heidfeld, que tampoco entraban pero debían hacerlo después, y acababa por pasar al liderato en cuanto a ambos les llegaba el turno de 'echar gasolina'. El brasileño ocupaba esa increíble primera posición con el Renault durante seis vueltas que no olvidará nunca, cedía el puesto sin intentar una defensa imposible cuando Hamilton le atacaba también por el interior de la horquilla y completaba la carrera con unos magníficos cronos que le ponían al abrigo de cualquier intento de remontada por parte de Massa, Heidfeld y el resto del grupo. El podio que Renault venía buscando casi ya con desesperación desde principio de temporada, viendo como lo iban consiguiendo todos los demás equipos y ellos no, llegaba por fin ... pero no de la mano de Alonso sino de la del muy criticado Nelsinho. Evidentemente, el brasileño había tenido la fortuna de su lado con la oportuna salida del safety car, pero su mérito también era innegable: había sabido rodar a buen ritmo pese a ir más cargado, había conservado sus gomas y había aprovechado la oportunidad de hacer algo grande con un coche que, en circunstancias normales, no se lo permite ni siquiera a su mucho más rápido, laureado y experto compañero de equipo.

Con Piquet superado, Hamilton se daba ya un paseo triunfal hasta la meta, sumaba su cuarta victoria del año y conseguía una ligera ventaja al frente del mundial en lo que a puntos respecto, mayor aun en cuanto al golpe moral que para sus rivales han supuesto sus dos aplastantes triunfos de Gran Bretaña y Alemania. Con el McLaren funcionando tan bien como lo hace ahora mismo, Lewis pasa a convertirse en el nuevo gran favorito del campeonato y sigue callando bocas de los que no fueron capaces ya el año pasado de ver su auténtica valía. Pero como la realidad de sus victorias es tozuda, poco a poco no les va quedando más remedio que empezar a vislumbrarla hasta a los más 'ciegos'. En Hamilton la F1 del siglo XXI ha encontrado a un nuevo fuera de serie, apenas tres años después de coronar por primera vez al anterior nuevo genio del volante, Alonso. Poco tiempo para que surga un nuevo fenómeno y toda una suerte para los que amamos este deporte por encima de nacionalidades, filias o fobias personales.


Visto así, el Motodrom casi parece uno de esos óvalos-estadio de la NASCAR

Hamilton, tras él el vacio y muy al fondo una pequeña mancha roja, así fue la carrera...

...hasta que los estrategas del muro le dieron emoción de forma involuntaria

Massa acababa por ser tercero de una carrera en la que su puesto natural era el segundo y que se le puso de cara para ganar pero en la que no fue capaz de aprovechar la ocasión, sumando de todas formas unos puntos muy importantes que le vuelven a poner por delante de su compañero Raikkonen en el mundial. El finlandés volvió a tener otro de esos fines de semana en los que 'parece que no está', calificando sorprendentemente atrás y rodando sexto sin representar gran amenaza para Trulli en la primera parte de la carrera. Cuando superó al italiano tras el primer repostaje, Kimi pareció 'despertar', acercándose a Kubica paulatinamente y dando la sensación de que podía quitarle la cuarta plaza en el segundo pitstop. Pero la salida del safety car arruinó la progresión del finés, que tuvo que 'hacer cola' tras Massa en boxes, perdiendo todo lo ganado y volviendo a pista en el puesto 12. Desde ahí, el actual campeón conseguiría remontar hasta la sexta plaza a base de hacer buenos adelantamientos para obtener por ellos la pobre recompensa de tres puntos que le envían a la tercera posición del campeonato. Ahora que el Ferrari parece haber perdido la teórica superioridad técnica de que pudo gozar en buena parte de la primera mitad de temporada, Raikkonen deberá de 'ponerse las pilas' definitivamente si quiere conservar el título. El año pasado cimentó su éxito en una segunda mitad de temporada magnífica, ¡falta le hará repetirla!

Entre los dos Ferrari acabaron situándose el BMW de Heidfeld y el McLaren de Kovalainen. El alemán volvía a 'sufrir' en calificación, y a optar por una táctica diferente a los de delante en carrera que, al igual que en Canadá, acababa por ser la buena gracias a la salida del safety car. A base de una serie de vueltas soberbias, incluyendo la más rápida absoluta de la carrera, Nick consiguió abrir hueco suficiente respecto al grupo como para sólo perder dos puestos, del segundo al cuarto, en su último repostaje, acabando por ganarle la partida, sorprendentemente, a su compañero Kubica, que sólo podía ser séptimo. El polaco brillaba menos que otras veces y era de los que, como Raikkonen, más se veían perjudicados por el safety car, perdiendo la cuarta plaza que tenía antes del accidente de Glock para acabar por tener que conformarse con una séptima, que viendo su ritmo de carrera, debía de haber sido la quinta en circunstancias normales, superado por Raikkonen pero delante de Heidfeld y Piquet, los grandes beneficiados por la intervención del coche de seguridad. Por delante de Kimi y de Robert entraba, quinto, un gris Kovalainen, que no acababa de concretar en un buen resultado en carrera los destellos que deja aquí y allá en calificación, y que acababa por tener más protagonismo por 'ceder el paso' a su compañero que por cualquier otra cosa de las que hiciese en todo el fin de semana.

Cerrando las posiciones de puntos estaba Sebastien Vettel con el Toro Rosso que celebró del mejor modo el anuncio de su fichaje por RedBull para el 2009: haciendo una carrera magnífica, en la que se peleó de tú a tú con Alonso y el Renault saliendo claramente ganador del cuerpo a cuerpo. Si antes hablaba de que tenemos ya dos fuera de serie en la F1 actual con Hamilton y Fernando, igual dentro de poco hay que unir a Sebastien a la lista. De momento una cosa está clara, el joven prodigio alemán apunta muy pero que muy buenas maneras.


Glock dio el susto del día y su accidente cambió radicalmente la fisonomía de la carrera

El bosque que antes se atravesaba a toda velocidad es ahora sólo el fondo para las fotos en Hockenheim

Imagen para la nostalgia, los BMW M1 revivieron por un día los tiempos de la PROCAR

Ya fuera de los ocho primeros acabó Trulli, que calificó estupendamente en la cuarta plaza, que empezó muy bien, rechazando con contundencia los desesperados ataques de Alonso al principio de carrera consolidándose en la quinta plaza tras Raikkonen, pero que acabó cediendo terreno y siendo también perjudicado por el accidente de su compañero, que le costó sumar al menos un par de puntos. Jarno acabó noveno abriendo un trío que cerraba un frustrado Alonso, autor de una carrera difícil de calificar como 'buena pero con mala suerte' se mire por donde se mire. Fernando y su equipo optaron otra vez por ser rápidos en calificación, reglando el coche para ser eficaz en la zona del 'Motodrom' como claramente dejan entrever sus parciales en ese sector, siempre entre los mejores el sábado. Una decisión que, unida a otra de esas vueltas mágicas que Fernando es capaz de extraer del R28, le daban un tan prometedor como engañoso quinto puesto. Aunque esta vez la carga de gasolina no era menor que la de sus rivales, el Renault del español estaba lastrado en carrera por un setup muy bueno para 'hacer tiempos' pero pésimo si se trataba de 'pelear por la posición' en un circuito donde para pasar hay que ser rápido en la recta que precede a la absurdamente lenta horquilla. Y ello acabó por condenar a Alonso a perder un puesto prácticamente cada vez que trataba, totalmente a la desesperada y casi nunca con la más mínima posibilidad, de superar a alguien en la frenada de Spitzkerhe. Sucesivamente, el español iba siendo superado, sin posibilidad de réplica por su parte, por Kubica y Raikkonen, tras el primer repostaje, su ritmo tampoco era bueno y ello le costaba más puestos ante Vettel, Webber y Glock, y de ahí al final su carrera era todo un calvario, culminado con un trompo que permitía a Rosberg, el único al que había podido superar en todo el día, quitarle la décima posición. Que tras una carrera así de frustrante, terminada en el puesto 11, te enteres, encima, de que tu denostado compañero de equipo, al que tu mismo, el día antes, dabas un 'toque de atención' en la prensa inglesa pidiéndole puntos para el equipo, sume de golpe 8 y se suba al podio, no fue sino el colmo de un gran premio nefasto para el asturiano que deberá reconducir cuanto antes su situación sino quiere entrar en una peligrosa espiral descendente. Sea buscando otro equipo con más garantías o aceptando los límites de lo que tiene y tratando de optimizarlos, pero algo tiene que cambiar para que la pobre temporada que lleva hasta ahora Alonso no sea más que ese 'añito en el infierno' que hicieron famoso los del Atlético de Madrid cuando bajaron a segunda y que, por cierto ... ¡acabaron siendo dos!

Tras dos carreras realmente movidas, la fórmula 1 se dirige al escenario donde tradicionalmente se produce la carrera más 'sosa' del año (¡salvo que llueva, claro!). Me refiero al revirado Hungaroring. Allí adelantar es poco menos que imposible por lo que la calificación del sábado será, tal vez, el momento más apasionante del fin de semana. A la vista de lo que las últimas carreras han dado de si y de su rendimiento allí el año pasado, los McLaren en general, y Hamilton en particular, parecen claros favoritos ... veremos si se cumplen los pronósticos y, sobre todo, si no nos aburrimos mucho. Aunque también es verdad que, por unas cosas o por otras, este año nos estamos divirtiendo bastante en casi todas las carreras, así que si una sale menos interesante habrá que aguantarse ... que luego ya llega el Valencia Street Circuit y eso se presenta interesante como mínimo.