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No hizo falta esperar a Abu Dhabi. Aunque la lluvia le complicó notáblemente las cosas el sábado, Button supo reaccionar el domingo, abriéndose paso entre el pelotón para acabar quinto a la vez que la amenaza de Barrichello, fantástico sobre mojado, se evaporaba a medida que avanzaba la carrera. Mientras Button se aseguraba el campeonato, Webber sumaba una clara victoria de consolación para Red Bull, cuyas remotas opciones al título con Vettel se habían ido al traste bajo la lluvia de la Q1.

Brasil volvió a decidir el título mundial de fórmula, aunque este año la cita con el ya veterano trazado de Interlagos no era la última del calendario. Queda aun esa especie de fin de fiesta en parque de atracciones que puede ser el gran premio en el exótico emirato de Abu Dhabi, a disputarse sobre un circuito de esos ‘modernos’ y que, al menos por lo visto hasta ahora en las infografías y simulaciones previas, parece poco menos que sacado directamente del Need for Speed. Así que diría que casi mejor que el campeonato se decidiese en un sitio con tradición, en un circuito con regusto a antiguo y, también por ello, más selectivo y mucho más propicio para ver un buen espectáculo en la pista.

Porque si una cosa hay que destacar de este gran premio de Brasil del 2009 que ha coronado como campeón del mundo a Jonson Button y a Brawn GP, ha sido lo visto sobre el asfalto. Diría que se ha tratado de una especie de ‘reconciliación’ de la fórmula 1 con su afición más fiel. Ha sido un fin de semana en el que el protagonismo estuvo en el circuito y en las maniobras que sobre él hacían los pilotos, en mojado el sábado, en seco el domingo, en vez de estar, como por desgracia ya casi viene siendo norma, en los despachos, los motorhomes y las ruedas de prensa, donde el politiqueo lleva demasiado tiempo llamando más la atención que lo que realmente importa: el desafío que sigue representando pilotar al límite un fórmula 1.

Button mostró una inusual garra, con adelantamientos como este a Kobayashi...

...para acabar cruzando la meta quinto y asegurarse el título mundial

Webber sumó su segunda victoria dominando con claridad una vez completados los primeros repostajes

Salir coronado campeón un fin de semana así ha de tener un sabor aun más especial, y si encima el título se consigue peleando como lo hizo Button el domingo pues mejor que mejor. El británico se complicó la vida de forma notable el sábado, cuando bajo el diluvio se ‘atascó’ en la Q2, incapaz de encontrar una vuelta buena mientras giraba y giraba con las gomas de lluvia extrema y la pista iba, poco a poco, mejorando su grip y ‘comiéndose’ el dibujo de sus gomas. Mientras Jonson no pasaba el corte, su compañero de equipo y máximo rival para el título, Rubens Barrichello, llevaba al éxtasis a la siempre apasionada afición brasileña, con una pole conseguida en unas condiciones en las que Rubinho siempre ha destacado. Precisamente sus primeras apariciones por los puestos de cabeza en la F1, cuando era al posible ‘sucesor de Senna’ y pilotaba un muy colorido Jordan, fueron en sesiones de calificación así, con lluvia intermitente, piso de adherencia dudosa y condiciones cambiantes. Así que el sábado, Rubens no desaprovechó la oportunidad y se situó al frente de una parrilla de salida tan inusual como siempre suele resultar cuando el agua hace acto de presencia durante la hora decisiva para definir los puestos de la formación de salida.

Como además el ‘tercero en discordia’ para el campeonato, Sebastián Vettel, había caído ya en la Q1, atrapado en el tráfico y sin poder sacar partido, como si hizo su compañero Mark Webber, de las ventajas del superior apoyo aerodinámico del RedBull, que en mojado debían hacerse aun más evidentes, la situación que dejaba el sábado era poco menos que de ensueño para Barrichello, ante la que tenía toda la pinta de ser su ‘última oportunidad’ de ser campeón del mundo. Partiendo desde la pole, con Button en medio del pelotón y Vettel cerca de la cola, Rubens podía pensar en una victoria acompañada de un cero para sus dos rivales, que le dejaría sólo a 4 puntos de Button a falta de un gran premio y con todas las opciones de pelear hasta el final por el título.

Barrichello consiguió una fantástica pole bajo la lluvia el sábado...

...pero el domingo sólo pudo liderar hasta su primera parada en boxes y acabó perdiendo toda opción por un pinchazo

Vettel se despidió del título con su mala calificación aunque luego remontó en carrera hasta la cuarta plaza

Y, sin embargo, no todo pintaba también para Barrichello. El domingo no llovía y su Brawn era el monoplaza menos cargado de los de las primeras filas, con lo que la situación empezaba ya a cambiar antes siquiera de apagarse las luces rojas del semáforo de salida. Y aunque cuando esto se produjo, Rubinho conservó su primera posición mientras tras él se desencadenaba una auténtica locura, la sucesión de accidentes producidos durante el primer giro que obligó a la intervención del safety car fue otro factor más en contra de las opciones del brasileño para mantener vivas sus opciones al título. Partiendo más ligero que Webber y el resto de inmediatos seguidores, Barrichello necesitaba aprovechar al máximo todas las vueltas de su primer ‘stint’ para tratar de poner tierra de por medio y así intentar compensar el tiempo que iba a perder luego, cuando hiciese su primer repostaje mientras sus perseguidores seguían en pista. Así que lo de rodar despacio por unos giros tras el coche de seguridad, mientras Trulli ‘se explicaba’ con Sutil, Alonso volvía cabizbajo hacia boxes, implicado sin culpa alguna en una carambola que no tenía forma de evitar, Kovalainen era ‘soltado’ desde su garaje antes de tiempo, llevándose ‘puesta’ la manguera de repostaje y Raikkonen pasaba por el ‘aro de fuego’ que producía esta al dejar caer combustible por el pit lane, no era sino el primer clavo en el ataud de las posibilidades de ser campeón del piloto brasileño.

Porque, además, todo ese lío de la primera vuelta, significaba que Button ya se había quitado de en medio a unos cuantos rivales, y cuando la carrera se reanudaba el británico ya era noveno y estaba a un paso de meterse en los puntos… seguido por Vettel que también había ganado posiciones de forma espectacular con tanto ‘movimiento’. Las siguientes vueltas eran de esas que te hacen recordar porque te gusta tanto la fórmula 1. Con las posiciones tan mezcladas que había propiciado la loca sesión de calificación y el posterior ‘revoltijo’ en ellas que produjo la caótica primera vuelta, cuando el coche de seguridad dejó paso libre todos partieron como auténticas fieras, pegados unos a otros y sin que nadie se lo pensase dos veces a la hora de intentar eso que, a veces, llega uno a pensar que está ‘pasado de moda’… ¡adelantar! Un viejo arte en el que, inesperadamente, destacaba un Jenson Button al que, usando terminología de su lengua, he siempre considerado más un ‘driver’ que un ‘racer’, distinción que los ingleses hacen entre el piloto que es rápido y el que, además, hace valer esa rapidez cuando tiene que rodar en pelotón y superar a otros rivales. En rápida sucesión el otras veces ‘frío’ Jenson despachó al cada vez más decepcionante Grosjean (¡está haciendo bueno a Nelsinho!), y al nada fácil de superar Nakajima para, a continuación, tenerselas bien tiesas que el otro japonés en parrilla, el debutante Kobayashi, que demostró no tener complejo alguno a la hora de ‘pegarse’ con quien fuese en su primer gran premio con el Toyota.

Sorprendente segunda posición de Kubica con un BMW que se mostró competitivo en Brasil.

El setup para seco condenó a Hamilton el sábado pero el domingo fue una de las claves de su fantástica remontada de decimoséptimo a tercero

Pese al toque con Sutil y al 'fogonazo' de Kovalainen, Raikkonen consiguió llevar al Ferrari hasta la sexta plaza

Cuando Button por fin pasó a Kobayashi en la siempre espectacular frenada de la S de Senna, la situación en la lucha por el título ya iba cambiando claramente a su favor. Barrichello no pudo distanciarse de Webber y Kubica más allá de unos tres segundos antes de tener que hacer su primera parada, y de vuelta a la pista se encontró en medio del pelotón que cerraba un Hamilton que iba camino de completar una carrera fantástica y que, desastrosamente para los intereses de Rubens, iba sólo a una parada tras cambiar inteligentemente su equipo la inicial táctica prevista de dos detenciones, aprovechando la temprana intervención del safety car. Lewis y su compañero Kovalainen habían sido otros de las ‘víctimas del diluvio’ el sábado, aunque en su caso con ciertos atenuantes, ya que su equipo, fiándose de los pronósticos del tiempo que no daban lluvia para el domingo había optado por un setup totalmente para seco que hacía totalmente inconducibles a los McLaren en mojado, lo que les dejó fuera ya en la Q1. Pero el ‘hombre del tiempo’ del equipo de Woking estaba en lo cierto respecto al clima del domingo, y sobre seco el MP24 iba realmente bien, lo que unido al cada día más evidente talento natural de Hamilton, hacía que pese a partir el 17º, Lewis estuviese en disposición de llegar hasta por el podio a medida que avanzaba la carrera, convirtiéndose, de paso, en nuevo obstáculo en las aspiraciones de Barrichello y, por ello mismo, en inesperado aliado de Button.

La segunda mitad de carrera ya no fue tan apasionante, una vez que quedó claro que nadie iba a echarle mano a Webber, el último en repostar del grupo de cabeza, que se hizo con el liderato sin mayores agobios aprovechando al máximo sus ‘vueltas extra’ de combustible. Mark sumó así su segunda victoria con el RedBull en una temporada agridulce para el bravo australiano, que si bien ha subido por primera vez (y por partida doble) a lo más alto del podio también es verdad que, entre errores suyos, problemas técnicos y sanciones más o menos rigurosas, ha perdido una notable oportunidad de luchar por el título, algo que nunca se sabe si se puede volver a presentar, especialmente para un piloto ya veterano como él.

De todas formas, el triunfo de Webber pasaba bastante desapercibido ante lo que más importaba, el desenlace del campeonato. Con Kubica cómodamente instalado en una inesperada segunda posición, Barrichello ya no podía aspirar más que a ser tercero, lo mínimo que necesitaba para ‘seguir vivo’ en el campeonato… siempre que Button no puntuase, lo que ya parecía difícil que ocurriese. Además, tras volver de su segundo repostaje ni siquiera eso parecía fácil, ya que Hamilton venía ‘a paso de carga’ y acababa por superar al brasileño tras un decidido ataque en la recta de meta, bien asistido por el KERS y con la dosis necesaria de coraje para seguir apretando a fondo pese a que el Brawn le cerraba hacia el muro. En el lance, el McLaren se dejaba un trozo del la ‘chapa’ exterior del alerón contra la rueda trasera izquierda del Brawn, en lo que fue ya la  puntilla definitiva para las aspiraciones de Barrichello, que era llamado a su box poco después, advertido de que llevaba la goma pinchada. Ahí se acababa el sueño de Rubens y de la torcida y empezaba ya a concretarse el de Button, al que no restaba más que completar la carrera, en la quinta plaza, para llevarse un título que, se diga lo que se diga, ha merecido.

Felipe Massa reapareció en su gran premio, aunque fuese como encargado de dar el banderazo final

Buemi sumó dos puntos para Toro Rosso tras una buena carrera que le llevó hasta la séptima plaza

El sueño hecho realidad para Ross Brawn y Button, ¡campeones del mundo de constructores y de pilotos!

Jenson aprovechó al máximo la superioridad técnica del Brawn en el tercio inicial de temporada, con unas prestaciones prácticamente perfectas que le permitieron sumar seis victorias en siete carreras, y después ha sido lo suficientemente constante e inteligente como para saber estar ‘a las duras y a las maduras’, puntuando siempre (salvo el accidente de la primera vuelta de Spa) y en varias ocasiones enderezando el domingo, con buenas carreras, unas calificaciones un tanto ‘espesas’ los sábados. Su demostración de coraje remontando posiciones durante las primeras vueltas del gran premio de Brasil, como si no se jugase nada en cada lance, aunque un toque le podía haber complicado muchísimo las cosas, me parecieron la mejor forma de confirmar un título que empezó a ganar en el invierno, cuando confió en un proyecto, el de Brawn GP, por el que nadie daba un euro. Después, con la ayuda siempre imprescindible para ser campeón de un fantástico monoplaza (¡¡¡nadie gana con un mal coche!!!), el británico convirtió en realidad lo que parece prácticamente un guión de película de Hollywood: equipo dejado ‘de la mano de Dios’ por una gran marca, que decide seguir adelante y contra todo pronóstico no sólo sale del ‘pozo’ en el que había terminado la temporada anterior sino que acaba ganando los dos campeonatos, el de pilotos y el de constructores.

Evidentemente, la historia no es tan ‘de película’ en el sentido de que Brawn nace gracias al mucho dinero que Honda llevaba invirtiendo estos últimos años, pero no por ello deja de ser llamativa su irrupción en el mundial 2009, demostrando, de paso, que nadie puede dar por sentadas las jerarquías año tras año, especialmente cuando hay un cambio de reglas tan radical como el de este año y, además, los tests están prohibidos. Los grandes seguirán siendo grandes, porque son los que más medios tienen, pero la ‘nueva fórmula 1’ que se ha empezado a perfilar este año, tiene pinta de dar lugar a más sorpresas como la que ha dado Brawn… lo que no deja de ser, aunque sea en pequeña medida, una especie de vuelta a los buenos viejos tiempos aquellos en los que un Wolf, un Ligier o un Williams se les subían a las barbas a los siempre omnipresentes Ferrari, McLaren o, por aquel entonces, Lotus. Incluso el que retorne, aunque sólo sea en nombre, la legendaria escudería de Norwich, parece casi una señal en ese sentido. La fórmula 1 puede ser extraordinariamente divertida, 'lo más divertido que puedes hacer con los pantalones puestos', como diría Nigel Mansell, y carreras como la de Interlagos lo demuestran.