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Desenlace inesperado en la segunda prueba del nacional de tierra. El ganador de la primera prueba, Tirabassi, tenía un día para olvidar, con lo que todo parecía estar en manos de Xevi Pons. Pero problemas en su EVO IX durante el último tramo le daban la victoria a Yerai Lemes, al ataque todo el día y nuevo líder del campeonato tras su triunfo en Guijuelo
CRONICA

Para un ‘circuitero’ como yo, no hay duda de que el asfalto es el ‘medio natural’ en el que se tienen que desarrollar las ‘carreras de coches’. Pero llevo ya bastante tiempo ‘traicionando’ cada vez más esa afirmación, y de ello tienen la culpa los rallyes del Campeonato de España de Tierra, a los que vengo asistiendo con cierta asiduidad desde que, hace ya cuatro años (¡como pasa el tiempo!), Roberto Méndez tuvo a bien encargarnos la elaboración y mantenimiento de la página web de su empresa, RMC Motorsport.

Desde entonces han sido ya un buen número de rallyes de tierra seguidos en directo cada vez con más interés, y ya a finales del año pasado me planteé la idea de dedicarles también su espacio en esta web. Algo que, finalmente, hago ahora tras ‘pillarme el toro’ del frenético inicio de campaña y no encontrar tiempo en su momento para empezar ya con el rallye que abrió el campeonato, el de Palma del Río, en el que incluso recogí material gráfico de sobra para confeccionar un reportaje que al final se acabó quedando en el tintero (bueno, mejor dicho, ¡en el disco duro del ordenador!).

Yerai Lemes se llevó la victoria en el último tramo y es el nuevo líder del campeonato

Xevi Pons tenía el rallye en la mano pero problemas en su EVO IX le relegaron a la cuarta plaza

Nani Romá acabó segundo tras un cerradísimo duelo con Fuertes

El Campeonato de España de Rallyes de tierra es, en cierto modo, el ‘pariente pobre’ de los rallyes nacionales, con casi toda la atención de prensa y marcas centrada en el asfalto desde hace mucho tiempo, lo que diría que tiene sus inconvenientes y también, ¿por qué no? hasta sus ventajas.
A nivel de inconvenientes, es obvio que si el interés por parte de la prensa es menor, también es menor la repercusión publicitaria y ello hace aun más complicado encontrar los cada día más esquivos y escasos patrocinadores. Y ese menor espacio que, por lo general, las revistas le dedican a la tierra es, probablemente, consecuencia directa de la ausencia de las marcas. Porque está claro que estas últimas, con sus anuncios en las publicaciones escritas, son las que dictan de forma muy directa que es lo que ‘interesa’ y lo que no … y si no están presentes en la tierra y si en el asfalto (o estaban, ¡que ahora ya ni en uno ni en otro!) pues es este último el que se lleva ‘la parte del león’ a la hora de páginas publicadas. Una tendencia que crea su inercia (¡y aquí entono el ‘mea culpa’!) y nos hace a casi todos los que seguimos de un modo u otro los dos campeonatos, prestarle más atención al de asfalto, aunque, objetivamente, cada día tengo más dudas de si realmente lo merece o no.
Pero antes también hablaba de ventajas, en el status de ‘hermano pobre’ del nacional de tierra, unas ventajas que se pueden cifrar en su mayor accesibilidad para los privados a nivel de los costes necesarios para afrontarlo y del tiempo que requieren sus diferentes pruebas. Dos apartados importantes cuando no estamos hablando de pilotos profesionales (¿cuántos hay en es España que puedan vivir de los rallyes?) sino de amateurs que, en su mayoría, necesitan juntar un presupuesto y sacar días de sus ocupaciones laborales para ir a las carreras. Dos factores en los que el nacional de tierra es más abordable, gracias a sus menores kilometrajes que repercuten en aquilatar algo los siempre elevados costes que hoy día supone competir a nivel nacional, y a su planteamiento de rallyes ‘secretos’, que anulan la necesidad de ‘perder’ prácticamente la semana, como ocurre con el asfalto (suponiendo de paso también un ahorro económico a nivel logístico).

A lo anterior, añadiría en el ‘haber’ de los rallyes de tierra el factor ‘espectáculo’, por lo general muy superior al que produce hoy día el asfalto, y hasta esa falta de popularidad, que hace de sus rallyes unos eventos mucho más ‘tranquilos’, sin tanto ‘glamour, ni tanto ‘vip’ y, sobre todo, sin los cada día más agobiantes ‘montajes’ de las pruebas de su ‘hermano rico’, el asfalto, que acaban por hacerlas, a veces, casi insufribles como tengas el día un poco ‘depresivo’.

Pero bueno, será mejor dejar ya de ‘filosofar’ y entrar en materia del que será el primer reportaje del nacional de tierra que publicamos en esta web y al que espero siga alguno más, aunque con el cargado calendario que llevo últimamente, escribir estas crónicas me acabe costando quitarle horas al sueño aquí y allá, lo que para alguien ciertamente ‘dormilón’ como el que esto escribe no deja de ser complicado.

Una sóla décima de segundo separó a Oscar Fuertes del segundo escalón del podio

Tras su victoria en Palma del Río, Tirabassi y Subaru tuvieron un rallye para olvidar en Guijuelo

Willy Villanueva acabó quinto scratch y se llevó el grupo N

Partía dirección Guijuelo a media mañana del viernes, con la intención de llegar a media tarde, sin prisas, y poder tanto darme una tranquila vuelta por la asistencia, sacando fotos de los coches todavía limpios y relucientes, como trabajar desde la sala de prensa en otro par de temas pendientes de ese mismo día (la presentación de la 25ª Subida a Santo Emiliano y la carrera de la GP2 con Javi Villa en Mónaco). Empezaba por esto último (¡que faena la penalización que le costaba a Javi la pole para el sábado!), y cuando ya lo estaba rematando, llegaban el ‘colega’ de asfaltoytierra.com, César, y su padre, Miguel, que venían de ‘reconocer’ el terreno para el día siguiente y me explicaban como se presentaba el recorrido. Si ya otros años el rallye de Guijuelo había sido de los más cómodos a la hora de desplazarse a los tramos y localizar en ellos sitios interesantes, dada la cercanía de los mismos a la localidad salmantina famosa por sus embutidos, esta vez la cosa iba a ser aun más fácil. Justo cruzando la carretera que pasaba delante del recinto ferial donde se situaba, como en años anteriores, la asistencia, estaba el acceso por meta al tramo B, al el que se iban a dar tres pasadas. Con el tramo espectáculo (el curiosamente siempre llamado ‘tramo X’), repitiendo ubicación respecto a otras temporadas y situado a apenas doscientos metros del parque de trabajo, iba a ser posible ver hasta cinco especiales sin siquiera tener que mover el coche del parking ¡así da gusto!

Una vez terminado mi ‘trabajo de oficina’ en la sala de prensa, nos íbamos los tres a dar la primera vuelta por la asistencia, donde destacaba, como ya es habitual desde hace un par de años, la amplia zona ocupada por RMC, con los siete EVO X del PRR flamantes y sin señal alguna de las heridas que les infringió a casi todos el duro Cantabria-Infinita. Como además Roberto Méndez alineaba otros tres ‘Mitsus’, en este caso EVO IX, para Yerai Lemes, Oscar Fuertes y Jordi Martí, en un mismo equipo teníamos ya el 25% de la inscripción en la prueba que, también siguiendo la tendencia ya vista en las últimas temporadas, estaba por debajo del medio centenar de participantes. Entre ellos, los máximos aspirantes a la victoria tenían que ser, por lógica, los franceses Brice Tirabassi y Fabrice Gordon con el Subaru Impreza del Subaru Rally Team Spain. Tras su demostración en Palma del Río, ganando en su debut y con un coche aun en su primer estadio de evolución, Tirabassi llegaba a Guijuelo con más caballos en el motor de su Impreza, y se me antojaba como claro favorito, por mucho que en CALM habían hecho también 'los deberes' y presentaban un auténtico EVO IX ‘proto’ para Xevi Pons, potenciado y aligerado al máximo a base de un extensivo uso de la fibra. Aunque hablando de ‘protos’, el que se lleva la palma este año en cuanto a originalidad y hasta diría que por recuperar ese espíritu de inventiva siempre tan presente en el nacional de tierra (¿quién no recuerda aquellos increíbles Ibiza bimotor por ejemplo?) es el coche de Dani Solá, cuya carrocería de C2 S1600 esconde la mecánica de un EVO IX ¡casi nada! Ellos tres, más los ya mencionados EVO IX de RMC pilotados por Lemes y Fuertes, y el también IX pero de CALM para el ‘dakariano’ Nani Romá, se presentaban como los obvios aspirantes a las primeras plazas y centraban nuestra atención en este primer repaso a las ‘fuerzas en presencia’.

Lo siguiente era asistir a la ceremonia de salida, que este año cambiaba su ubicación de forma obligada, al estar en obras la plaza mayor de Guijuelo, su escenario habitual y que, con su tipismo, le daba un cierto encanto a las fotos sacadas en ella. Esta vez el entorno, en una calle situada apenas dos manzanas más allá, era menos fotogénico, aunque lo que no faltaba era la numerosa y muy bulliciosa afición local, en la que cada año en la población salmantina me llama la atención la cantidad de ‘chavalería’ que es casi mayoría entre el público. Entre los espectadores, había hasta un par de aficionados de Bejar que nos saludaban y nos decían que eran seguidores asiduos de esta web. Detalle por su parte que es de esos que uno agradece especialmente y que te animan a seguir ‘dándole a la tecla’ y hacer estos reportajes, así que a ellos les dedico este ‘debut en la tierra’ de ‘citadecampeones’.

Sexta posición absoluta para Benito Guerra, inalcanzable en la tierra para sus rivales del PRR

Victor Senra acabó segundo entre los EVO X de RMC y ello le permite seguir líder de la general

Carlos Márquez repitió en la tierra de Guijuelo el tercer puesto del asfalto de Cantabria en la 'cholo copa'

Tras sacar las fotos de la ceremonia de salida, que discurría con gran fluidez, aunque echábamos de menos (como ya lo hicimos en Palma del Río) la presencia en ella del, hasta este año, encargado de prensa y speaker del campeonato, Santi Ayala, que se había convertido para todos nosotros poco menos que en un referente imprescindible por su amabilidad y buen hacer, quedaba con César y Miguel para el sábado. La cita era a primera hora en el aparcamiento delante de la sala de prensa y ya sólo restaba, para completar la jornada, empezar la habitual 'dieta monográfica' de productos derivados del cerdo habitual de cada año en Guijuelo. Esta vez decidía cambiar de sitio para cenar respecto al bar-restaurante donde había disfrutado de un magnífico 'cachopo' en mis dos anteriores visitas, y optaba por el bar del casino, a un par de minutos caminando del modesto pero céntrico hotel que es siempre mi ‘base de operaciones’ en este rallye. La cena era toda una ‘fiesta del colesterol’, ya que la amable cocinera me hacía un ‘superplato’, poco menos que a medida, en el que había un poco de todo: jamón, lomo, morcilla, panceta, huevos, patatas … ¡vamos, que compensaba con creces el no haber comido durante el viaje! Mientras cenaba, observaba que el local estaba adornado con fotos antiguas de Avilés y que tras la barra colgaba una bufanda del Sporting … así que le preguntaba al encargado del local por ello ¡y resulta que era avilesino! Y es que los asturianos, un poco como los gallegos, estamos por todas partes, ya se sabe.

El sábado, nada más despertarme, el primer pensamiento era ¿acertarían los hombres del tiempo y estará lloviendo? Todavía recordaba el lluvioso rallye que tuvimos aquí el año pasado y el pronóstico para este sábado 24 de mayo era de ‘agua al 80%’ así que me alegraba ver que, al menos de momento, el cielo estaba cubierto pero las nubes no estaban ‘trabajando’.

Tras dejar el coche al lado de la sala de prensa y encontrarme con mis ya habituales ‘compañeros de cuneta’, nos dirigíamos a pie al final del tramo B y en apenas cinco minutos ya estábamos situados en el interior de una derecha flanqueada por un amenazador poste de la luz en el exterior y un ligero talud en el interior, por el que César ya había observado marcas de ‘cortar’ el día anterior, procedentes de las pasadas de reconocimiento. Si con los coches de calle ya habían ‘metido la rueda’ por allí, estaba claro que con los de correr lo iban a hacer aun más, lo que garantizaba más de una foto de ‘ruedas en el aire’ dado el desnivel talud respecto al vértice de la curva.

Mientras esperábamos, las nubes eran cada vez más negras en el horizonte por lo que no ‘dabamos un duro’ por un rallye sin agua y barro … aunque contra todos los pronósticos, no caería una sola gota de agua hasta bastantes horas después de que terminase el rallye. El paso del cero, levantando la habitual estela de polvo tan típica de la tierra, servía para ‘probar reglajes’ en la cámara. Siguiendo los consejos de César, que de esto controla mucho más que yo, me ‘atrevía’ a dejar el siempre eficaz automático … y la verdad es que no me arrepiento ya que las fotos quedaban, por la general y para lo que son mis muy discretas habilidades de ‘fotógrafo por obligación’, bastante dignas. Algo a lo que siempre contribuye, además, una de esas ventajas de la tierra que enumeraba antes, el mayor espectáculo, al menos a nivel ‘visual’ que ofrece.

Eduard Forés acabó octavo y tercero del grupo N

Carlos Aldecoa completó los diez primeros

Alberto Monarri se llevó la clasificación de los dos ruedas motrices

Gracias a los ‘adelantos de la ciencia’, en este caso el teléfono con internet, ya teníamos noticias del primer tramo … y en él saltaba la primera sorpresa del día. El gran favorito, Tirabassi, había perdido casi un minuto al sufrir una salida de pista con su Impreza,  lo que dejaba a los EVO IX monopolizando las primeras posiciones, y sólo el C2-proto de Solá evitando que hiciesen pleno total. El scratch lo marcaba Yerai Lemes, con Xevi Pons a sólo medio segundo, siendo tercero Solá a 4.3, cuarto Fuertes a 4.6 y quinto Romá, ya por encima del psicológico ‘segundo por kilómetro’, cediendo 8.5 en los 7710 metros del tramo A.

Por fin llegaba el momento de ver a los protagonistas del rallye en directo y la espera merecía la pena. Ante la atenta mirada Ojeda y demás miembros del staff del SRTS, que observaban el tramo desde unos metros más allá de donde nos encontrábamos, Tirabassi pasaba rapidísimo, frenando lo más tarde posible y siendo el primero que, efectivamente, cortaba ¡y con ganas! levantando las dos ruedas del lateral derecho del Subaru sobre el talud mientras seguía ‘pie abajo’ y salía a toda velocidad hacía el siguiente cruce, ya muy cerca del final del tramo, perseguido por una estela de polvo que se empeñaba, sin éxito, en darle caza.

El siguiente en pasar, el EVO IX de Xevi Pons, dejaba una similar sensación de rapidez pero ‘impresionaba’ más al reloj cuando ‘picábamos’ tiempos. El veredicto del crono en nuestra posición, ya cercana a la meta (‘menos diez’), se convertía en un oficial ‘menos 9.2’ en la llegada. Xevi estaba dispuesto a vengar la afrenta de Córdoba, ¡no cabía duda! De todas formas, para Tirabassi lo perdido en el tramo no era nada comparado con el ‘estropicio’ para su tiempo total que se producía en el control horario, cuando un error en la suma del carnet de ruta de su copiloto significaba penalizar tres minutos y hundirse aun más en la general. ¡No era el día del equipo Subaru!

Con el número tres en las puertas y su habitual y exuberante estilo, pasaba a continuación el EVO IX de Yerai Lemes, algo más ‘de lado’ en la salida y perdiendo cinco según mi reloj respecto a Xevi, que eran algo más, 7.2, en meta. El liderato cambiaba de manos, pasando a las de Pons, ya que nadie más podía con estos tres, siendo Oscar Fuertes el que más cerca se quedaba, perdiendo 11.8

El festival de ‘vuelos a dos ruedas’ y derrapadas a la salida del viraje (con algunos estando muy cerca de meter la rueda trasera izquierda en la amenazadora zanja que delimitaba el exterior de la siguiente recta), nos mantenía más que entretenidos y el paso de los 36 supervivientes se producía en un suspiro. Faltaban ya el Punto S2000 del siempre admirable Albert Llovera, que se había salido en el primer tramo. Como nos comentaría más tarde su encargado de prensa, el andorrano Pino, el Fiat de Albert había quedado atrapado en unos alambres de espino, con tan mala fortuna que al tratar de liberarse de ellos uno de los postes que los sujetaban golpeaban contra el parabrisas, cuarteándolo por completo y dejándole sin visibilidad alguna, por lo que, aunque terminaba la especial, no había forma de seguir. También había caído ya uno de los EVO X del Producción Rally Racing, el de Cabanela, debido a una de las muy raras averías que sufren estos coches de la categoría de producción … ¡y que parece tocarle siempre al bueno de Diego! Al año pasado, el único abandono por problemas mecánicos en el PRR a lo largo de los trece rallyes que disputaron en la temporada los seis coches, fue suyo (palier en Llanes), y en Guijuelo el gallego tenía el dudoso honor de ser del nuevo el ‘afortunado’, esta vez por rotura de turbo ¡que mala suerte!

Mientras nos dirigíamos a la otra zona del tramo que César y Miguel habían localizado en su reconocimiento del día anterior, lo que implicaba saltar los restos del murete de piedra que delimitaba la abandonada vía de tren, los participantes ya estaban de vuelta al tramo A, en el que el rallye parecía que empezaba a decidirse. De tanto ‘coquetear’ con el límite, Yerai, lo acababa superando un poco más de la cuenta. No tanto como para no poder seguir pero si lo suficiente para perder casi catorce segundos y caer hasta la tercera plaza, a 20.3 de Xevi, que marcaba otro scratch, y superado también en la general por Fuertes, al que 19.5 segundos separaban del líder. Segundo en el tramo y cuarto en el cómputo total era Solá, seguido de cerca por los EVO IX de Romá, Martí y Alex Villanueva, a algo más de medio minuto de Pons. Tras ellos, ya se ‘abría hueco’, con el siguiente, el segundo de los Villanueva, Willy, liderando el grupo N pero ya a cerca de minuto y medio del primer puesto.

Segundo entre los dos ruedas motrices fue el Peugeot 207 de Domínguez

Gorka Antxustegui ganó con autoridad el primer rally de la nueva RACE Fun

El otro Golf de la RACE Fun en la meta fue el del asturiano Vidal Aramburu

La primera repetición del B la veíamos en una zona de esas en las que si el público disfruta viéndoles pasar imagino que los pilotos se tienen que divertir una barbaridad. Eran una serie de enlazadas trazadas de forma artificial sobre el terreno, con piso uniforme y suficiente anchura como para ‘mover’ los coches entre una y otra, levantando unas impresionantes nubes de polvo de esas 'tipo Safari de los viejos tiempos' que convierten cualquier imagen en tremendamente espectacular … y que una vez pasó el coche te ‘engullen’ a poco que el aire sople de forma poco favorable. Pero bueno, ya se sabe como es esto de la tierra, si llueve te pones de barro hasta arriba, y si no llueve acabas rebozado en polvo … ¡es el precio que hay que pagar!

Ver pasar por ahí a los Tirabassi, Pons, Yerai, Fuertes, Solá, Romá, Martí o Villanueva, por no citar sólo que a los que luchaban por las primeras plazas, era una auténtica gozada, aunque si tengo que destacar a uno en especial sería a alguien que venía algo más atrás en la lista: Benito Guerra. El mexicano dibujaba la doble secuencia derecha-izquierda de modo magistral, ‘abanicando’ el coche entre cada viraje y aprovechando al máximo ese efecto ‘péndulo’ que se produce cuando se encara la curva apuntando con el morro del coche ligeramente hacia el otro lado … para luego ‘meterlo’ con decisión en la dirección del camino. ¡Simplemente precioso!

Si a la vista las diferencias entre los mejores eran escasas, con todos ellos ofreciéndo un magnífico espectáculo de derrapadas en perfecto control envueltas en enormes polvaredas que, por momentos, hacían desaparecer los coches de la vista, en el crono las distancias también eran mínimas, especialmente entre los dos más rápidos al final del tramo, Pons y Lemes. El catalán marcaba otro scratch, con el canario a sólo medio segundo y recuperando la segunda plaza de la general. Romá, Tirabassi, Villanueva y Solá completaban la especial a apenas diez de Xevi y separados por sólo cuatro, y el rallye parecía encaminarse a un triunfo del actual campeón nacional de tierra, con Yerai empezando a asentarse en la segunda plaza y la perspectiva de una interesante lucha por la restante posición de podio.

Un esquema que la tercera repetición del mismo bucle formado por los tramos A y B confirmaba de forma clara. Pons marcaba dos nuevos scratchs y cobraba ya casi medio minuto de ventaja. Lemes era el que más cerca quedaba de él en ambas especiales, y se separaba ya en algo más de veinte segundos del cerrado duelo que mantenían por la tercera plaza Romá y Fuertes … y del que se habían ‘caído’ ya Alex Villanueva (por salida de carretera), Jordi Martí y Dani Solá (ambos por rotura de palier).

En la asistencia larga del mediodía, los mecánicos de los diferentes equipos se afanaban en recomponer las muy tocadas mecánicas, y es que escasamente algún coche llegaba sin un rasguño. En el box de Subaru se veían, sin embargo, pocas prisas. Y es que, tras sufrir otra desventura en el último tramo, esta vez un pinchazo, el Impreza de Tirabassi se iba a quedar ya ‘descansando’ el resto del día. Con más de seis minutos perdidos y heridas de guerra aquí y allá, lo mejor era ‘plegar e irse para casa’ y así lo entendía la gente del Subaru Rally Team Spain, para los que ya se terminaba un rallye que suponía un radical contraste respecto a su victorioso debut en Palma del Río.

Por la tarde restaban cuatro tramos, de los que dos eran la corta superespecial, de apenas un kilómetro y que los más rápidos recorrían en menos de cuarenta segundos. Mientras seguía los resultados por internet desde la sala de prensa, ganando ya tiempo para tener procesadas todas las fotos sacadas por la mañana antes de que se acabase la prueba, tenía la sensación de que el rallye estaba ya más que resuelto, por mucho que Yerai demostrase una vez más su indomable espíritu, no conformándose con la segunda plaza y recortándole 8.3 segundos a Xevi a base de marcar los dos scratchs del cuarto bucle del día. Pero con 20 todavía de déficit y los mismos tramos a repetirse para completar la prueba, lo suyo parecía ‘misión imposible’. Algo en lo que estábamos de acuerdo todos los que compartíamos espacio en la sala prensa, llevando incluso a uno de los compañeros a decidir que era buen momento ya de ir emprendiendo viaje de vuelta a casa, a la vista de que ‘ya estaba todo el pescado vendido’.

El C2 proto de Solá volvió a romperse

Un palier dejó fuera a Martí cuando aspiraba a meterse en la lucha por el podio

Alex Villanueva también peleaba por los puestos de arriba cuando se salió

El segundo paso por la corta superespecial era de nuevo para Yerai, con Xevi a medio segundo, y restaba nada más que la repetición del ‘C’, cuyos 10.61 kilómetros afrontaba el catalán con 19.9 de ventaja. El rallye no se le podía escapar a Pons … ¡pero se le iba de las manos de forma inesperada! El EVO IX ‘proto’, que hasta entonces había dado sensación de funcionar ‘como un reloj’, decidía dejar de hacerlo y se paraba de forma caprichosa en los últimos compases de la prueba. Xevi conseguía llevarlo a la meta pero lo hacía con un crono dos minutos treinta ocho segundos peor que el de Yerai, que sumaba su cuarto scratch consecutivo y recibía premio a su tesón y a su no rendirse, haciéndose con una victoria tan inesperada como merecida. Un triunfo que tenía el premio adicional de darle el liderato del Campeonato de España de Rallyes de tierra justo cuando el certamen tiene su próxima cita, y además doble, en su casa, en Canarias, en los pedregosos tramos de Lanzarote, donde será aun más peligroso que en los polvorientos caminos de Guijuelo.

El tramo final también decidía la siguiente posición en la general del rallye. La lucha Fuertes-Romá, Romá-Fuertes, por la tercera plaza se convertía, tras el infortunio de Pons, en una pelea por la segunda plaza de la que emergía como ganador Nani con la mínima diferencia posible, una sola décima por delante de Oscar, que acababa tercero. Cuarto terminaba finalmente Xevi, sumando al menos unos puntos que le pueden venir muy bien, especialmente tras el ‘cero’ que se llevaba Tirabassi, y quinto era el primer grupo N, Willy Villanueva, autor de un magnífico rallye. Tras él ya venía el mejor de los EVO X producción, el de Benito Guerra, que dominaba con claridad a sus rivales en la copa de Roberto Méndez, entre los que Víctor Senra y Carlos Márquez peleaban duro por la segunda plaza, que era para el gallego pese al postrero ataque del asturiano … y al error en los cronos del último tramo que, durante un buen rato, situaban a Carlos por delante, hasta que se subsanaba el fallo. Entre Guerra y sus más cercanos seguidores en el PRR acababa el EVO IX de Forés, mientras que el ‘top ten’ lo completaba Carlos Aldecoa, con su inconfundible EVO IX rojo.

Con tanto ‘Mitsu’ como hay en la tierra, había que bajar hasta el puesto 15 para encontrar el primer dos ruedas motrices, el C2 de Alberto Monarri, que no podía respirar tranquilo hasta que en el octavo tramo se rompiá el otro Citroen con el que mantenía un cerrado duelo a lo largo de todo el día, el del catalán Serrat. Un piloto procedente del autocross sobre el que ya nos ‘avisaron’ unos aficionados en la cunetas de Palma del Río, cuando comentábamos los rápido que lo habíamos visto pasar, y que en Guijuelo volvía a demostrar toda su velocidad, manteniéndose en los tiempos de toda una referencia en la categoría como es Monarri, hasta su abandono, en la octava especial, cuando estaba sólo a 1.7 del madrileño.

Con Serrat fuera, el segundo puesto entre los coches con tracción a un solo eje acababa en manos de Domínguez y su Peugeot 207, y el tercero era para el ganador de la nueva Copa RACE Fun, Gorka Antxustegui. El campeón de la Swift de asfalto, se mostraba igualmente rápido sobre la tierra, dominando con claridad a sus tres rivales en el nuevo certamen reservado a los veteranos VW Golf II, entre los que sólo terminaba, además del de Gorka, el del asturiano Vidal Aramburu, que cerraba la lista de 24 supervivientes en un rallye realmente duro. Un rallye que nos confirmaba las buenas sensaciones que nos viene dejando la tierra desde hace tiempo: más espectáculo, más diversión, y hasta diría que más ‘autenticidad’ y menos 'tensión' que en el asfalto, donde por muchas y muy variadas razones se ha ido perdiendo parte de la esencia de lo que eran los rallyes hasta no hace mucho.

Por nuestra parte quedaba sólo recoger en 'HJM Ibéricos de Raza' los encargos de buen jamón y embutido que son algo obligado cuando se visita Guijuelo y, tras otra sabrosa cena a base de productos derivados del cerdo, cerrar un fin de semana de carreras de esos que te hacen agradecer la suerte de poder tener este trabajo ... por mucho que a veces uno 'reniegue' ante tanto viaje una semana si y otra también. Y es que, como todo en esta vida, nada es cien por cien perfecto, aunque hay veces, como en este rallye que os acabo de contar, en que las ventajas superan, con creces, a los inconvenientes.