Una primera mitad entre viñedos que recuerda a carreras de los de antes. Una segunda parte sobre una carretera de tres carriles que hace parecer estrecha alguna de las más anchas subidas del europeo. Así de particular es la subida a Chantada, que retornó el año pasado al campeonato de España de Montaña después de diez años de ausencia y que en el 2019 acabó deparando un resultado tan diferente a lo esperable como distinta es la prueba gallega del resto de citas del nacional.

Además, la antepenúltima prueba del certamen del 2019 deja más abierta de lo que nadie podía imaginar el desenlace del campeonato en la categoría, más resuelto de lo que hacía presagiar su igualdad hasta ahora el de la 2, y con todo por decidir en el correspondiente a la 3. Todo ello después de un fin de semana en el que no se cumplieron los pronósticos que anunciaban lluvia aunque las temperaturas estuvieron lejos de ser tan altas como las del año pasado. También fue menos la afluencia de espectadores, especialmente durante la jornada del sábado, algo en lo que tuvo mucho que ver la coincidencia de fechas con el rallye Botafumeiro, del certamen regional, y probablemente también el rallycross en Montalegre, prueba que siempre atrae a un buen número de aficionados gallegos.

CATEGORÍA 1: MÁS QUE UN SUEÑO

Para Adrián Rozados ya era un sueño participar en la subida a Chantada al volante del coche ganador en las cuatro anteriores pruebas del campeonato, el BRC BR53 vencedor en Estepona, El Fito, Guía de Isora y Alp con Javi Villa al volante. De hecho, el plan inicial del joven piloto de A Estrada era salir en la subida de casa, puntuable para el regional. Pero, finalmente, con el estreno por parte de Villa de la nueva unidad realizada por Bango Racing Cars, con motor turbo de 1175cc turbo en lugar del 1000 que equipa al usado hasta ahora por el asturiano, este quedaba libre para la cita gallega del nacional y surgía una ocasión que merecía la pena aprovechar. Al fin y al cabo, Adrián ya había disputado la subida a Estrada hace un par de años, entonces con un 208 N5, así que mejor aventurarse un poco más y debutar en el Campeonato de España al volante de un vehículo ganador. Eso sí, pensar en más que disfrutar de la experiencia ni se le pasaba por la cabeza. La victoria debería ser para Villa. Y en el improbable caso de que el asturiano fallase, batir al resto de habituales del nacional tampoco parecía posible para un debutante con tan escasa experiencia.

El sábado todo discurría según lo esperable. Villa lideraba con claridad las dos mangas de entrenamientos, sin forzar en ninguna mientras iba haciendo los primeros kilómetros en competición del nuevo coche, del que apenas si había comprobado que todo funcionaba en una breve toma de contacto en las pistas de CisVial, en Langreo, unos días antes. Con más cilindrada, el motor de 1175 ofrece más par a bajas vueltas y, por consiguiente, una mayor aceleración. Pero eso también puede poner en peligro la transmisión, por lo que lo prudente era ir poco a poco, sin exprimir la mecánica al máximo todavía. El planteamiento del piloto asturiano y su equipo era asegurar el resultado, con un buen crono en las dos primeras subidas oficiales, y luego ya ‘empujar’ más en la última del domingo para empezar a ver el auténtico potencial del nuevo modelo. Por eso no causaba mayor alarma que el tiempo con el que Villa terminaba al frente de la clasificación en la primera manga de carrera fuese un discreto (para sus posibilidades) 1’49”856, seis décimas peor que el conseguido en la segunda subida de entrenamientos pero, aún así, claramente por delante del resto de competidores, todos por encima del 1'56.

Sin embargo, la explicación al crono no era que Javi hubiese ido tranquilo, si no que había levantado el pie al notar como algo fallaba en el motor, que cruzaba meta con sólo tres de los cuatro cilindros funcionando y el indicador de la presión de aceite marcando valores preocupantemente bajos. El problema no se podía solucionar ‘in situ’, así que el líder al término de la primera jornada no tenía más remedio que renunciar a tomar parte en las mangas de la segunda y veía, con preocupación, como un campeonato que tenía casi ganado se le complica. Algo así como lo que le ocurrió el año pasado por no acudir a Canarias, ya que ahora, aunque en puntos netos es virtual líder, en totales es segundo y no puede permitirse otro paso en falso en las dos pruebas que restan para acabar la temporada.

Con Javi fuera de combate, el primer puesto en la general era, provisionalmente, para Domingo Estrada, primero de la categoría 2, que había terminado la manga oficial del sábado con mejor crono que los dos inmediatos perseguidores del asturiano en la categoría 1, Christian Broberg, con la Radical, y Adrián Rozados, adaptándose poco a poco al BRC BR52. La diferencia entre ambos era de sólo cincuenta nueve milésimas, así que el domingo se iban a jugar la victoria en la categoría 1… y si mejoraban sus cronos lo suficiente, podían optar también a una inesperada victoria absoluta.

Era una ocasión de las que se presentan pocas veces. Broberg lo intentaba pero aunque conseguía bajar un par de segundos en las dos mangas de carrera del domingo, eran insuficientes para terminar por delante de Estrada. El sueco-marbellí se tenía que conformar con completar el podio scratch y, aprovechando el ‘cero’ de Villa, alcanzar el liderato en puntos totales en la general del campeonato de la categoría 1. Pero Adrián si que sacaba partido de la situación. Siguiendo los consejos del asturiano y de su jefe de equipo, Jesús Bango, continuaba progresando en cada manga con el BRC BR53 y en la segunda de carrera marcaba un 1’54”872 que le convertía, de repente, en el máximo aspirante al triunfo final. Parecía imposible, pero el piloto que un día antes creía estar soñando cuando, algo nervioso, tomaba la salida por primera vez en una prueba del campeonato de España, estaba a un paso de convertirse en el ganador.

Faltaba rematar la faena y las cada vez más amenazadoras nubes podían arruinar sus opciones de triunfo. Porque, si bien el primer puesto en la categoría 1 ya estaba poco menos que asegurado, Adrián necesitaba otro crono similar al que acababa de lograr para acabar superando en el cómputo total al más rápido de la 2, Estrada, todavía líder en el cómputo total. Pero ya no estaba tan nervioso como un día antes y, por fortuna, no llovía. Era ahora o nunca. Además, sabía que era posible conseguirlo porque en la manga anterior se había encontrado a gusto, cada vez más adaptado al BR53. Tenía margen y lo demostraba bajando casi otro segundo más en la última subida para cruzar la meta en 1’54”068 y completar la mayor sorpresa en mucho tiempo en una prueba del campeonato de España de Montaña. O en una prueba de prácticamente cualquier campeonato automovilístico que podamos imaginar. Con la mínima experiencia previa de haber competido en una subida regional dos años antes con un turismo, el piloto debutante en el nacional, al volante de un coche que pilotaba en carrera por primera vez y apenas si había probado brevemente unos días antes, acababa de conseguir la victoria absoluta. Por increíble que pudiera parecer, se había cumplido un sueño que ni siquiera se había atrevido a tener. Definitivamente, lo de Adrián Rozados en la 46ª edición de la Subida a Chantada fue más que un sueño.

CATEGORÍA 2: ESTRADA SE ESCAPA

Nadie había repetido victoria en la categoría 2 desde que se inició la temporada allá por mediados de marzo en la subida de Estepona. Entonces el vencedor fue Garikoitz Flores y el triunfo del vigente campeón (y gran dominador de la pasada campaña) parecía indicar que todo seguía igual. Una sensación de lo más engañosa, porque tras él aparecía un piloto debutante que venía con prisa, Domingo Estrada. En la segunda prueba de la temporada, el siempre difícil Fito convertido en aún más complicado el sábado a causa de la lluvia, el joven cántabro no esperaba más y conseguía ya su primera victoria por delante del navarro. Un mes después, Garikoitz replicaba en Guía de Isora, ayudado por la lluvia que afectaba a Domingo en la segunda subida oficial, pero ambos eran superados por el local ‘Javito’ Afonso, tercer vencedor diferente en otras tantas carreras. El cuarto ganador distinto llegaba en Alp, donde un inspirado Arkaitz Ordoki se imponía por segundo año consecutivo. Pero justo tras él terminaba Estrada mientras Flores, entre una rotura de motor el sábado y la lluvia que afectaba a la manga final del domingo, tenía que conformarse con una lejana sexta posición.

El resultado de la subida catalana había situado al cántabro como líder de la general por delante del navarro y Chantada se presentaba como una auténtica prueba de fuego para ambos. En situaciones así, cuando sube la presión y cualquier fallo puede resultar decisivo, se tiende a pensar que el más experimentado ha de tener ventaja y que, de temblarle el puso a alguno, lo más lógico es que eso le ocurra al más novato. Sin embargo, ver el paso de los CM de los dos grandes aspirantes al título por el trazado de la Ribeira Sacra dejaba una curiosa sensación. El BRC de Gari se movía de un lado a otro de la calzada, con el comportamiento nervioso propio del joven debutante. En cambio, el Silver de Domingo avanzaba decidido, con la seguridad del experto veterano. Garikoitz, buen conocedor del terreno, en el que había vencido el año pasado, no acababa de encontrarse a gusto mientras que Estrada, que visitaba la subida gallega por primera vez, se adaptaba de inmediato al nada fácil recorrido gallego.

Pero las sensaciones visuales a veces pueden resultar engañosas. Mejor esperar a la certeza del cronómetro. En la subida oficial del sábado, Garikoitz marcaba un estupendo 1’58”671 que mejoraba en un par de décimas su mejor crono del año pasado, cuando había sido el único de los pilotos de los CM-Promoción capaz de romper la barrera de los dos minutos. Así que el navarro no iba nada mal después de todo. Su problema era que el cántabro iba mucho mejor. Un cuarto de hora más tarde, Domingo pulverizaba los registros de su rival bajando dos segundos más para situarse en cabeza con 1’56”640. Con el resto por encima del 2’00, encabezados por Arkaitz Ordoki, una cosa ya quedaba clara salvo milagrosa remontada el domingo de Montellà y Jonathan Álvarez, cuarto y quinto a cuatro y cinco segundos del líder respectivamente, en Chantada no iba a haber un vencedor diferente a los de las anteriores citas del certamen.

Saber quien iba a repetir era la incógnita que debían despejar las dos mangas oficiales del domingo. Una duda en la que influía más la amenaza de que se cumpliera el pronóstico de lluvia para media mañana que las prestaciones de los dos primeros clasificados el sábado. Los tiempos y la manera de conseguirlos de Estrada dejaban claro que era el gran favorito. Pero su decisión de no estar en el grupo de prioritarios volvía a poner en riesgo sus opciones en el caso de que las nubes, que iban llegando a medida que avanzaba el día, se decidieran a soltar su carga en el intervalo de tiempo entre la salida de su rival y la suya. Finalmente, aunque el cielo se iba cubriendo poco a poco, no llovía y la segunda subida oficial era un calco de la primera. Garikoitz se empleaba a fondo y bajaba otro segundo para meterse ya en el 1’57. Pero su mejora era totalmente insuficiente ante el nuevo 56, con sólo 17 milésimas acompañado a la cifra de los segundos, que marcaba Domingo.

La suerte estaba echada y la subida final servía sólo para que el joven cántabro remachase su rotundo triunfo del modo más convincente posible… y más desmoralizante para su rival. Mientras Flores ya se resignaba, y volvía a terminar por encima del 58, Estrada batía de nuevo sus registros previos para acabar dejando el record de los CM-Promoción en un fabuloso 1’55”904. La segunda victoria del año era para el joven debutante cántabro, que afianza su posición de líder en la general de la categoría 2 a falta de sólo dos pruebas para finalizar la temporada. Su ventaja en puntos y, sobre todo, la manera en que dominó en Chantada, convierten a Domingo en el gran favorito para la consecución del título. De hecho, el santanderino podría proclamarse campeón ya en la siguiente cita del certamen, la subida a La Santa. Si gana la prueba murciana y ‘Gari’ no termina segundo el campeonato ya será suyo sin tener que esperar a Ibi. Así que Totana será clave para el navarro, que aún depende de si mismo para revalidar el triunfo del año pasado, pero está obligado a ganar las dos subidas que restan para conseguirlo. Y para ello tendrá que batir las dos veces a este joven cuya seriedad al volante y fuera del coche no deja traslucir sus apenas dieciocho años de edad.

CATEGORÍA 3: FOMBONA REPITE, DE LA CASA RESISTE

También la categoría de carrozados había sido ganada por cuatro pilotos diferentes en las cuatro primeras citas del año. Pero en este caso tres de ellos, los vencedores en las tres primeras, habían sido pilotos de la zona en que se disputó la prueba. Ni Janssens (ganador en Estepona), ni Ordóñez (sorprendente triunfador en el Fito), ni Monzón (claro dominador en Guía de Isora) tenían intención de seguir el campeonato. El cuarto triunfador del año había sido Fombona en Alp, pero su ausencia en la prueba de Canarias, unida a la regularidad del actual campeón, De la Casa, con puntos en casi todas las carreras pese a los problemas mecánicos del Subaru que condicionaron sus resultados en las dos primeras, hacían que el andorrano llegara a Chantada al frente de la tabla aunque tuviera a cero su casillero de primeros puestos. En todo caso, al coeficiente 1.2 de la prueba insular, en la que fue segundo, contaba en puntos más que una victoria en cualquiera de las otras tres. Y, de hecho, esos 27,6 puntos del segundo puesto en Tenerife, otorgaban a Gerard un pequeño pero importante margen en la lucha por el título. Para superarle, Fombona estaba obligado a ganarle en las tres pruebas finales de la temporada.

La primera de ese trío que decidirá el título entre los dos veteranos montañeros se presentaba con engañosa incertidumbre. El año pasado, De la Casa había terminado por delante de Fombona en el cómputo total de la subida gallega. Pero también había que tener en cuenta que el asturiano fue quien acabó consiguiendo el mejor crono de los dos. Además, entonces el Subaru del andorrano estaba equipado con su motor más potente, ese que le amargó el inicio de temporada y está, de momento, fuera de combate, sustituido por la versión menos poderosa pero más fiable. Así que esta vez, vistas las prestaciones de ambos en Alp, parecía claro que el piloto del Lamborghini debía de ser el gran favorito. Por mucho que el 'World Rally Car' japonés se pudiera defender bien en la más estrecha y virada mitad inicial de la subida, la ancha y rápida zona final eran claramente territorio favorable para el 'Gran Turismo' italiano.

De todas formas, todo eso era válido en seco. Pero la posibilidad de lluvia para el domingo abría la puerta a que la tracción total del Impreza se convirtiera en el arma decisiva que decantara la balanza del lado de Gerard. Así que José Antonio salía en la oficial del sábado dispuesto a poner tierra de por medio aprovechando el asfalto totalmente seco. El gijonés arrancaba con decisión y al paso de su Lamborghini se levantaba un huracán digno del nombre del vehículo nacido en las afueras de Bolonia. El resultado era un extraordinario crono, a dos milésimas de romper por primera vez la barrera de los dos minutos en la categoría 3 del nacional. Un tiempo totalmente inalcanzable para De la Casa, que se había defendido bien en la zona virada, perdiendo algo menos de medio segundo, pero acaba dejándose más de cuatro en meta. O llovía al día siguiente o no iba a tener nada que hacer. Además, a menos de dos segundos tenía la amenaza de José Alonso Liste. El joven gallego reaparecía después del fuerte golpe del Fito y empezaba a recuper la confianza necesaria para pisarle a fondo al Ginetta GT4. En la zona rápida le sacaba casi tres segundos al Subaru, así que si lograba perder menos de los cuatro y medio cedidos en la primera parte del trazado podía meterse entre los dos aspirantes al título.

El domingo la lluvia no llegaba y la segunda subida oficial dejaba más que resuelto el resultado en lo que respecta al nombre del ganador. Aunque terminaba en algo más de un segundo que la víspera, Fombona volvía a ser claramente el más rápido, mejorando además en el primer sector para llegar al intermedio con dos segundos de margen. De nada valía que De la Casa progresase de forma notable en la parte final, donde esta vez apenas cedía unas décimas, y que su crono fuese un segundo mejor que el conseguido la víspera. Definitivamente no tenía nada que hacer en la lucha por la primera posición. Y la segunda tampoco estaba asegurada, porque Alonso Liste rebajaba más su crono previo y ahora se quedaba a poco más de un segundo.

En la última manga, con la victoria ya asegurada, Fombona intentaba romper la barrera de los dos minutos, pero el primer sector no le salía tan bien como en la pasada anterior y se acababa quedando a cuatro décimas de su magnífico crono del sábado. En todo caso, el asturiano volvía a ser inalcanzable para sus perseguidores por mucho que tanto el andorrano como el gallego volviesen a mejorar sus marcas anteriores para acabar, respectivamente, con un 2’02”063 y un 2’03”903 que sellaban definitivamente la segunda posición para el del Subaru y la tercera para el del Ginetta.

Con esta segunda victoria consecutiva, Fombona se sitúa a sólo seis décimas de punto del liderato que sigue ocupando De la Casa. Es casi un empate pero obliga al gijonés a batir al andorrano tanto en Totana como en Ibi si quiere conseguir el título. Un mano a mano en el que dificilmente se podrá inmiscuir nadie más, lo que aumenta la presión para los dos contendientes ya que cualquier fallo puede decantar el resultado a favor del rival.

En esa lucha por los puestos de podio de la categoría 3 en Chantada podría haber estado también una de las atracciones de la prueba, el espectacular Mitsubishi del suizo de ascendencia gallega Arnaud Murcia. Pero su potente EVO VII, realizado según las especificaciones del grupo E1 del certamen helvético, no puntuaba para el nacional así que Arnaud acabó encuadrado en el Trofeo Escudería Chantada, del que terminó segundo absoluto tras el gran triunfador del día a todos los efectos, Adrián Rozados. Eso sí, resultó interesante ver los tiempos conseguidos por el ‘Hillclimb Monster’ de casi 700 caballos y tracción total. Pese a sufrir algún que otro problema mecánico, que le impidieron completar la primera de entrenos y tomar parte en la segunda, además de no dejarle hacer a tope la última oficial, en las otras dos mangas de carrera consiguió un par de 2’03” que le hubieran situado tercero entre los carrozados del campeonato de España. Si el año que viene entre en vigor finalmente el nuevo sistema basado en el ‘Performance Factor’ de la FIA, que abriría la puerta a este tipo de coches, no me extrañaría que viéramos alguno en nuestro campeonato además de los que, seguro, se van a animar a hacer el europeo.

Una presencia de nuevos competidores que necesitan urgentemente tanto el certamen continental como en nacional en sus categorías de 'carrozados'. En Chantada, por detrás del trío de cabeza, la mayoría de las restantes posiciones las ocuparon pilotos locales. Cuarto (y primero en la clase 7) acabó el veterano Manuel Senra, que disfrutó e hizo disfrutar con la visión y el sonido de su siempre admirado y competitivo Peugeot 306 Kit Car. Tras él concluyo un piloto de la zona que ya había demostrado su rapidez el año pasado en esta misma subida pero que suele prodigarse poco, Víctor Quiroga, quinto de la categoría 3 con su afinado R5 GT Turbo. Sexto fue Manuel Jacobo, con un Fiesta N5. Y séptimo concluyó el cordobés Francisco Jiménez, que sumó sus primeros puntos del años con el EVO X de grupo N, con el que concluyó segundo de la clase 8 por detrás del rapidísimo Quiroga. Las otras dos clases en liza, la 9 y la 10, también terminaron con victoria local. En la de los históricos, el siempre espectacular Jesús Ferreiro dio otro recital de los suyos con el Ford Escort MKII, al que llevó además al octavo puesto entre los carrozados del nacional. Y en la de los coches de menor cilindrada, Eduardo Domínguez consiguió un rotundo triunfo situando su pequeño Citroen AX en el la décima posición absoluta de la categoría 3. Cuarto de la clase 9 acabó el otro habitual del campeonato que fue a Chantada, Fran Benítez, que ya tiene el título poco menos que asegurado.