Las rapidísimas rampas que llevan al santuario de Santa Eulalia de Mérida, en Totana, fueron el escenario en el 2018 de uno de los finales de campeonato más emocionantes que se recuerdan en el nacional de montaña. El duelo a la décima entre Joseba Iraola y Javi Villa por la victoria absoluta en la cita final del certamen y, con ella, el título de campeón en la categoría 1, supuso un cierre perfecto a la temporada y puso el listón muy alto en cuanto a espectáculo. Repetir algo así era imposible doce meses después, siendo además esta vez la prueba murciana la penúltima del campeonato en lugar de la que cerraba el calendario, pero no por ello faltaban las luchas interesantes en el retorno a las estribaciones de Sierra Espuña, dónde se podían decidir los tres títulos en juego sin tener que espera a la nueva cita final de esta temporada, en Ibi. .

CATEGORÍA 1: VILLA SALVÓ EL MATCH BALL EN CONTRA

Aunque en la montaña el énfasis en cada competición esté en la velocidad, tal y como está reglamentado el certamen para proclamarse campeón de España es muy importante la regularidad. Con sólo un resultado a descartar y poca diferencia de puntos entre cada posición, la constancia tiene premio y cualquier fallo se paga caro. Por eso, pese a haber ganado las cuatro primeras subidas del año, el abandono por avería de Chantada había puesto a Javi Villa poco menos que entre la espada y la pared antes de llegar a Totana. Con Christian Broberg puntuando en todas las carreras, el ‘cero’ de la prueba gallega era una losa para el asturiano, obligado a terminar en las dos últimas pruebas para conseguir el título.

En términos tenísticos, la situación para Villa era algo así como estar en posesión del servicio pero verse obligado a salvar una bola de partido en contra. A su favor estaba su potencia de saque, es decir su talento al volante y contar con el BRC BR53 de motor 1.3 turbo. En su contra el riesgo de que el nuevo coche pudiera fallar, lo que dejaría el campeonato sentenciado a favor de Broberg y convertiría en irrelevante lo que pudiera ocurrir en Ibi.

Aun así, con todo revisado a conciencia en el taller de Bango Racing Cars y sin rivales que le pudieran inquietar, lo normal es que Javi consiguiera una nueva victoria para salvar la comprometida situación y acercarle al título. Pero en las carreras nada es fácil. Ni siquiera cuando parece que todo puede resultar sencillo. Un trompo en los segundos entrenos del sábado, en el que se dañaba ligeramente el fondo plano del coche, nos recordaba que el error puede llegar en cualquier momento y que ese viejo dicho de las carreras de ‘para llegar primero… ¡primero hay que llegar!’ estaba más vigente que nunca. El BR53 iba muy bien en la rapidísima parte inicial de la subida murciana (¡con puntas por encima de los 230 kilómetros por hora!) pero no se encontraba nada a gusto en la más revirada sección final del trazado. Aunque su ventaja al frente de la tabla el sábado era notable, el crono a casi cuatro segundos de los registros del año anterior con la versión de motor 1000 turbo dejaba claro que Villa estaba lejos de sacarle todo el potencial al nuevo coche.

El domingo, con unos reglajes de suspensión más ‘blandos’, el comportamiento del BR53 era más predecible, sin llegar a ser todavía perfecto, y el 1:32.687 en la segunda manga de carrera ya era otra cosa. Villa, con las gomas usadas previamente en Chantada, se quedaba a una décima del record conseguido por Iraola el año anterior con la Norma de similar motorización y se aseguraba ya el triunfo que necesitaba para seguir en la lucha por el título. El ‘match ball’ estaba salvado y ahora la ventaja es suya, pero la amenaza de Broberg sigue ahí ya que el marbellí hacía lo que tenía que hacer y terminaba segundo, con cronos mucho mejores también el domingo. Así que, después de todo, el nombre del campeón se decidirá definitivamente en Ibi. El asturiano lo tiene ahora todo a su favor… pero sigue estando obligado a terminar para sumar su sexto título en el nacional de montaña. Porque si falla, o la mecánica le juega una mala pasada, el campeonato se lo llevara el andaluz de origen sueco que pilota la vistosa Radical amarilla.

CATEGORÍA 2: ESTRADA GANÓ POR KO

La clasificación general de la categoría 2 llegaba a Totana con Domingo Estrada por delante de Garikoitz Flores y con la curiosa situación, debida en buena parte al coeficiente 1.2 otorgado a Guía de Isora, de que, a falta de dos pruebas para el final del campeonato, tanto uno como otro dependían de si mismos para ser campeones pero sólo uno, el cántabro, se podía asegurar el título en la subida murciana y sólo el otro, el navarro, no necesitaba imperiosamente ganar las dos carreras. Si Estrada lograba su tercer triunfo del año y Flores no terminaba segundo el campeonato ya estaba terminado. Pero, por el contrario, un segundo puesto del navarro forzaría a su joven rival a batirle también en Ibi para arrebatarle el triunfo final.

Una vez más la teoría nos indicaba que a favor de ‘Gari’ jugaba su experiencia y su muy superior conocimiento del trazado, en el que había vencido el año anterior. Pero a estas alturas del año ya sabemos que eso cuenta poco ante un novato que parece todo un veterano como es Domingo. El joven cántabro del Silver Car S3 ponía toda la presión del mundo a su rival ya desde la jornada del sábado, cuando terminaba el día con el mejor crono de la categoría 2 (y segundo absoluto). Su tiempo era, además, tres décimas mejor que el record de los CM-Promoción establecido el año anterior por el navarro del BRC que, además, se quedaba a más de dos segundos de su plusmarca y veía con preocupación como se le colaba por delante Mario Asenjo. Con esas posiciones el título quedaría resuelto a favor de Estrada, así que el domingo le iba a tocar asumir todavía más riesgos si quería llegar con opciones a Ibi.

Y al día siguiente, fuera por esa presión adicional que implica saber que vas por detrás y tienes que apretar, o fuera simplemente porque en un trazado tan rápido y técnico como el de La Santa el más mínimo fallo se paga caro, el caso es que el BRC B49 de Garikoitz acababa golpeando contra las vallas de la zona final en la última manga de entrenamientos. Los daños no eran muy graves, pero si lo suficientemente cuantiosos como para no poder ser reparados con el material disponible, y el abandono era inevitable. A partir de ahí, a Estrada le era suficiente con asegurar la victoria en la segunda oficial, lo que hacía rebajando su crono de la víspera en siete centésimas. Y ya con el triunfo parcial en el bolsillo, el joven santanderino rubricaba la consecución del título batiendo de nuevo el record en la manga final con un fabuloso 1’42”293 que mejoraba en casi un segundo su tiempo anterior.

El segundo puesto era para Asenjo, que también mejoraba sus registros en cada pasada para acabar completando su mejor actuación de la temporada. Tanto Domingo como Mario tenían, por tanto, motivos más que de sobra para acabar contentos, aunque una vez concluida la prueba les tocaba pasar por el siempre poco agradable trance de tener que esperar a conocer si el resultado de la competición es definitivo, ya que los motores de sus dos CM eran precintados por los comisarios técnicos para someterlos a una verificación de oficio que se llevará a cabo en unos días.

Por detrás de los dos jóvenes pilotos de Cantabria acababa el local Rubén Cerezo, de nuevo muy rápido en la prueba de casa, que afrontaba este año al volante de un BRC B49 alquilado, con el que conseguía batir en la lucha por el tercer puesto a los dos habituales del nacional que peleaban por esa posición en la general del campeonato, Edgar Montellà y Arkaitz Ordoki. Una pugna que se acababa en La Santa de forma tan brusca como la que enfrentaba a Estrada y Flores por el primer puesto del certamen, ya que el otro navarro del BRC sufría también un toque, en su caso en la segunda oficial, que le dejaba fuera de combate y sin opción a mejorar su puesto en Ibi.

CATEGORÍA 3: SIGUE EL DUELO FOMBONA-DE LA CASA

Con sólo seis décimas de punto de diferencia entre Gerard De la Casa y José Antonio López-Fombona después de disputarse la subida a Chantada, se podría decir que la situación era poco menos que de empate entre ambos en lo más alto de la clasificación de la categoría 3. Pero ese apenas medio punto a favor del andorrano obligaba, en la práctica, a que el asturiano le ganase tanto en La Santa como en Ibi. Algo que, de todas formas, no es que cambiase mucho el habitual planteamiento que el gijonés se hace de las carreras, sean estas puntuables o no, ya que siempre sale a por la victoria y no es de los que suelen especular con el resultado.

En Totana, la rapidez del trazado y los cronos logrados por ambos protagonistas el año pasado, apuntaban al Lamborghini de Fombona como favorito por delante del Subaru de Gerard, por mucho que el sonido del motor de este último resultase indicativo de que la versión más potente de su propulsor era la que estaba bajo el capot para este sprint final de temporada.

Los tiempos del sábado, con Fombona en 1’44”243, a un par de décimas de su record del año anterior y casi dos segundos por delante del crono de su rival, parecían confirmar que la victoria iba a ser para el piloto del llamativo Huracan.

Pero el domingo, en la segunda oficial, la clasificación se apretaba… ¡y de que forma! Fombona hacía volar el afilado GT italiano y batía en casi tres décimas su record del 2018 para dejarlo en un fantástico 1’43”702. Pero, sin tiempo casi para festejar su espectacular crono, el asturiano veía como el andorrano se quedaba a sólo cinco milésimas de segundos. De la Casa había subido absolutamente al límite, apurando al máximo las opciones de su WRC japonés en la más virada parte final para recuperar prácticamente por completo las algo más de seis décimas que Fombona le había sacado en los vertiginosos metros iniciales del recorrido.

Con tan escaso margen entre ambos y la evidencia de que los tiempos del sábado no iban a servir para nada, la tercera oficial se presentaba, por tanto, como absolutamente decisiva. Y aunque ya hacía más calor y repetir los registros previos iba a resultar complicado, el gijonés volvía a parar los dígitos del cronómetro en 1’43”7, apenas seis centésimas por encima de su tiempo anterior. El andorrano, en cambio, no lo lograba y se iba ligeramente por encima del 1’44”. La victoria era, por tanto, para Fombona, que pasa a liderar la general del campeonato con algo menos de un punto y medio sobre De la Casa. Y ahora si que se puede decir que están virtualmente empatados. Porque en Ibi no habrá muchas cuentas que hacer. Al otorgarse dos puntos de diferencia entre cada posición en la tabla, el que termine por delante del otro será campeón. Un duelo a una carta, a cara o cruz, que garantiza espectáculo en un trazado que, sobre el papel, debería ser algo más favorable esta vez al coche procedente de los rallyes que al nacido para competir en circuitos. Algo que, en todo caso, será lo último en lo que piensen los dos veteranos protagonistas de una lucha que, por si sola, ya es aliciente de sobra para esperar con impaciencia la cita final del campeonato.

Con toda la atención puesta en la pelea por la victoria, el resto de competidores en la categoría de carrozados quedaron un poco en segundo plano. Pero no por ello debemos dejar sin destacar unas cuantas actuaciones que nos llamaron la atención. Para empezar, el muy prometedor estreno de ‘Lolo’ Avilés en la categoría de carrozados al volante de un SEAT León TCR. Un coche ciertamente interesante para las pruebas de montaña que en esta primera participación ya demostró su notable potencial en manos del joven piloto andaluz, que se clasificó tercero pese a la premura con la que se gestó el debut. De hecho, la idea de ‘Lolo’ era competir en La Santa con el BRC BR53 hasta que apenas unos días antes de la prueba surgió un comprador para el E2-SC que acabó produciendo el inesperado cambio de montura.

Cuarto de la categoría 3 concluyó otro León, el ya conocido Supercopa del local Amador Nevado, que volvió a demostrar su rapidez en la prueba de casa y mejoró en un puesto su resultado del año anterior aunque sus cronos fueran algo peores que entonces. Más o menos lo mismo que ocurrió con Francisco Jiménez, quinto de carrozados y ganador de la clase 8 con su habitual EVO X de grupo N, con el que acabó batiendo, en cerrado duelo, a la versión E1 del murciano Carlos Moreno, sexto en la general de la categoría 3 y otro de los locales que dieron guerra y espectáculo en Totana. Una subida que, un año más, destacó por su magnífico ambiente, con una gran afluencia de público en esa parte final que cada año por estas fechas se convierte en toda una fiesta del automovilismo de montaña, cambiando por un par de días el silencio, la paz y el recogimiento propios de santuario que da nombre a la competición por el ruidoso fervor de los peregrinos del mundo del motor que acuden fieles a su cita con La Santa de las carreras.