Daniel Ceán-Bermúdez
@daniel_cean

NO ES SÓLO CUESTIÓN DE QUARTERBACKS

NFL Divisional Round 2020-21

La ronda divisional de las eliminatorias por el título de la NFL presentaba cuatro partidos en los que, como suele ser muy habitual, la mayoría de los análisis previos se centraban sobre todo en los jugadores más mediáticos, los Quarterbacks. Sin embargo, aunque es obvio que su labor resulta fundamental, también es cierto que el fútbol americano es, probáblemente, el deporte más de equipo que existe. Un Quarterback, por bueno que sea, depende enormemente de la fuerza y consistencia de sus compañeros de la línea de ataque, de la habilidad y seguridad de sus receptores y de la rapidez y agilidad de sus corredores. Y, aunque todos estos sean también del mejor nivel, necesitan además que su defensa anule o, al menos, limite al ataque rival y les conceda la posesión del balón el mayor número de veces posible. Por eso, aunque el brillo de las grandes estrellas que dirigen el juego ofensivo sea intenso hasta llegar en ocasiones a ser cegador, partidos como los del tercer fin de semana de enero del 2021 recuerdan la importancia del conjunto en el resultado final. Al menos esa es la sensación que me dejaron los enfrentamientos de los que salieron los cuatro equipos que el domingo buscarán la victoria que les lleve a la ansiada meta de la SuperBowl a principios de febrero.

GREEN BAY PACKERS 32 - LOS ANGELES RAMS 18

El primer duelo del sábado enfrentaba en el invernal ambiente de Lambeau Field a los Green Bay Packers contra Los Angeles Rams. Un partido que tenía toda la pinta de ser el más desequilibrado, con claro pronóstico local por mucho que la semana anterior la fabulosa defensa de los californianos hubiera hecho el milagro de frenar en seco a los Seahawks en su casa de Seatle. Especialmente, porque siete días después de amargar la noche a Wilson y compañía, su hombre fuerte, en todos los sentidos, Aaron Donald, no estaba al cien por cien. Y aunque el rocoso defensor de los Rams siga siendo temible incluso algo mermando de facultades, su entrega no era suficiente para detener s sus tocayos Rodgers y Jones. El inteligente Quarterback de los Packers se apoyaba más en su potente corredor, y en su eficaz complemento, Jamaal Williams, que en los pases largos a las magnéticas manos de Davante Adams, para superar una y otra vez a una defensa rival que, unos días después de parecer infranqueable, se convertía en vulnerable.

Ese juego machacón y paciente de los Packers tenía, además, el efecto añadido de permitir poco tiempo de posesión al ataque de los angelinos, en el que Jared Goff poco podía hacer. Todavía convaleciente de la cirugía en su mano, el QB de los Rams no lograba compensar lo que sus rivales iban anotando. por mucho que el novato Akers volviera a demostrar su clase con carreras de todo tipo. Enseguida quedaba claro que el juego ofensivo del equipo visitante no tenía respuestas y el partido se decantaba con rapidez del lado local, dejando la sensación de que los Packers de esta temporada no sólo tienen más y mejores armas que en las campañas anteriores si no que, además, las saben usar muy bien dependiendo de la situación.

BUFFALO BILLS 17 - BALTIMORE RAVENS 3

Jugar en casa suele ser una ventaja. Pero el viento gélido del norte del estado de Nueva York que azotaba el estadio de los Bills parecía toda una amenaza para el juego de pase del joven y brillante Quarterback local, Josh Allen. Las condiciones atmosféricas apuntaban al típico partido en el que las carreras resultan mucho mejor modo de avanzar que los lanzamientos. Y, aunque Allen se mueva también con rapidez cuando se queda con el balón, enfrente estaba el equipo que más y mejor llevaba corriendo todo el año, los Ravens de Lamar Jackson, ese Quarterback que más bien parece un running back que a veces pasa, .

Sin embargo, la defensa de los Bills contenía con eficacia los intentos de avanzar a ras de tierra del equipo de Baltimore y el helado vendaval lo que acababa congelando era la habitualmente eficaz pierna de Justin Tucker, que enviaba al poste un par de field-goals dejando a cero dos 'drives' de los Ravens. De todas formas, aún con ventaja para los de Buffalo, el partido seguía abierto hasta que un pase de Jackson buscaba a Mark Andrews en la zona de anotación rival para empatar el partido pero se encontraba en su trayectoria con Taron Johnson. El defensor de Buffálo no sólo evitaba el 'touchdown' de los Ravens con su intercepción si no que recorría todo el campo en la dirección opuesta para ampliar la ventaja de los Bills y sentenciar la contienda. La posterior lesión de Lamar, en otra jugada de máxima presión por parte de los defensores del equipo de casa, no era más que la confirmación de que los Ravens iban a sucumbir sin remedio ante estos cada vez más convincentes Bills.

KANSAS CITY CHIERS 22 - CLEVELAND BROWNS 17

El domingo, los actuales campeones recibían, con ruidoso público en las tribunas de su feudo de 'Arrow Head', a los Cleveland Browns, por fin en unos 'playoffs' después de demasiado tiempo esperando. Era el típico partido en el que los visitantes, sin nada que perder al tener los objetivos de su temporada más que cubiertos, podían dar la sospresa a poco que los locales se confiaran, acusaran la inactividad de las últimas tres semanas para muchos de sus jugadores o tuvieron problemas. Lo primero y lo segundo no ocurría, como bien demostraba el arranque de partido de los Chiefs, en el que su imaginativo ataque se abría paso con rapidez hacia la zona de anotación de los Browns logrando un par de 'touchdowns' poco menos que sin oposición, tal es el modo en que Mahomes y los suyos hacen parecer fácil lo que indudablemente no lo es.

Pero no todo estaba resuelto porque se daba la tercera condición que podía frenar a los de casa, el problema, en forma de lesión, sufrido por su genial Quarterback. Un inconveniente ocurría en dos tiempos. El primero, unas dolorosas molestias en un pie que le hacían cojerar visiblemente, lo iba superando Mahomes a base de clase y de apretar los dientes. El segundo, un golpe que le dejaba aturdido, con claros síntomas de conmoción cerebral, lo sacaba del partido. Como, además, los Browns estaban mostrando una capacidad de aguante y una resistencia más que encomiables, lo que parecía encaminado a claro triunfo de los de casa termibaba con el entusiasta público de los Chiefs poco menos que 'pidiendo la hora'.

Los visitantes, con Mayfield encontrando a sus receptores en la distancia más veces de lo que la defensa de los Chiefs esperaba, se reponían con caracter al mazazo de ver como lo que parecía un 'touchdown' al filo del descanso se convertía en un 'touchback', provocado además por un golpe ilegal casco contra casco que no era señalado por los árbitros. Y en el segundo tiempo, con Chubb logrando por fin encontrar huecos para correr, se metían en el partido definitivamente tras un 'touchdown' del ex-ídolo local, Kareen Hunt.

En ese momento todo parecía posible para los de Cleveland. Finalmente no lo era. Su intento de remontada no acababa de culminar porque el veterano Quarterback suplente de los Chiefs, Chad Henne, demostraba mucha más decisión y valor que el entrenador del equipo visitante. A menos de cinco minutos del final, con sus Browns perdiendo por cinco puntos, Stepanski ordenaba un 'punt' en lugar de atreverse a ir a por todas en un 'cuarta y nueve'. El joven técnico esperaba que su defensa le diera otra oportunidad pero no la tendría. En el siguiente 'drive' de los Chiefs, el sustituto de Mahomes destacaba con varios buenos pases y con una carrera de trece yardas llena de coraje en un 'tercera y catorce' que, unida a un lanzamiento completo en el 'cuarta y uno' posterior, mantenían el balón en poder de su equipo hasta el final del partido sin dar más opción a un frustrado Mayfield, que esperaba impaciente en la banda un turno final que nunca llegó.

NEW ORLEANS SAINTS 20 - TAMPA BAY BUCCANEERS 30

El partido que cerraba la jornada se presentaba como el gran duelo entre Brees y Brady. Dos Quarterbacks con más de cuarenta años de edad. Dos leyendas que se empeñan en ralentizar el paso del tiempo. Una pelea a distancia, como son todas las de este tipo ya que los dos líderes de cada formación sólo están a la vez sobre el cesped cuando se saludan antes o después del encuentro.

En realidad, tanto Brees como Brady se enfrentaban cara a cara con las respectivas defensas del conjunto rival. En ambos casos, además, las zagas se estaban imponiendo, limitando el juego de pase y dejando mayor protagonismo al de carrera, sin que fuera fácil adivinar hacía que lado se iba a decantar la victoria. Por un lado, los Saints golpeaban con el eléctrico Kamara pero acusaban la baja del polifacético Tyson Hill. Por el otro, los Buccaneers mostraban por primera vez las posibilidades del uno-dos que suponen el veterano Fournette y el más que prometedor Jones. En todo caso, tanto a unos como a otros les costaba avanzar y anotar con fluidez.

Así se llegaba con todo por decidir al último cuarto. Entonces, al más puro estilo de sus años triunfales en los Patriots del mago Belichick, Brady conectaba en dos 'terceros largos' con dos receptores no habituales. Pero, poco después, el pase final tal vez algo largo a la zona de anotación se escurría entre los dedos de su fiel Gronkowski y los de Tampa se tenían que conformar con un field-goal. Tres puntos que sabían a poco pero se convertían en mucho cuando Brees era interceptado por tercera vez en lo que iba de partido. El duelo de QBs lo acababa ganando la defensa de Tampa, que por cuarta vez volvía a dejar a su ataque en posición ideal. A partir de ahí, Brady certificaba la extensión de su legendaria trayectoria por al menos otro partido anotando el último 'touch-down' con su típico 'sneak' en situación de pulgadas para alcanzar la línea blanca más anhelada. Esa que simboliza más que ninguna otra la separación entre la victoria y la derrota, entre el fracaso y el éxito. Un territorio que nadie ha recorrido tantas veces como el seis veces campeón.

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