Daniel Ceán-Bermúdez
@daniel_cean

LOS BUENOS Y LOS MEJORES

NFL Finales de Conferencia 2020-21

En el fútbol americano, como en cualquier otro deporte o actividad, hay quien es bueno, muy bueno incluso, pero, aún así, se ve superado por los que son todavía mejores. Por grande que seas, en la acepción del término utilizada para estos casos, siempre es posible, incluso probable, que haya alguien más grande. Tal vez sea más hábil. O más listo. Incluso puede que simplemente tenga más de eso tan intangible y fuera de control que llamamos suerte. Pero, sea por lo que sea, es mejor, es más grande, aunque la diferencia pueda llegar a ser mínima. El juego de palabras funciona mejor, hablando de grandeza, en inglés por la mucho mayor similitud en el modo de escribir ambos vocablos. Son esos casos en los que uno es 'great' pero otro es 'greatest'. Nada más que tres letras que cambian mucho el significado.

Precisamente esa comparación me estuvo rondando por la cabeza mientras veía las dos finales de conferencia de la NFL. Dos partidos que ofrecían un par de duelos apasionantes, con el atractivo adicional de representar dos generaciones diferentes del juego en la posición más mediática, la de Quarteback. El primero representaba a los más veteranos al oponer a los Green Bay Packers, liderados por el sensacional Aaron Rodgers, con los Tampa Bay Bucanneers del ya legendario Tom Brady. El segundo era cosa de jóvenes, ya que lo protagonizaban los vigentes campeones, Kansas City Chiefs, recibiendo con el fantástico Patrick Mahomes al frente, a los Buffalo Bills, el equipo revelación de la temporada guiado por una de las estrellas emergentes de la liga, el imaginativo y versátil Josh Allen. En ambos casos, por buenos que fueran (que los son) los que acabaron perdiendo, no pudieron evitar caer ante los que les ganaron porque, simple y llanamente, fueron (o son) mejores.

GREEN BAY PACKERS 26 - TAMPA BAY BUCCANEERS 31

El frío en Lambeau Field era intenso, como es propio tan al norte de Estados Unidos en esta época del año. Pero el sol le daba al ambiente una luz más propia de la luminosa Florida que del gris Milwaukee. Todo un buen presagio para el equipo que llegaba del cálido sureste, esos 'bucaneros' deseosos de romper la racha de dieciocho temporadas sin alcanzar la SuperBowl, hito que sólo habían logrado en toda su historia en la campaña del 2002. Para ello se pusieron este año en manos de Tom Brady, el jugador que más veces ha participado (¡y triunfado!) en la gran final de la primera semana de febrero y ahí estaban, ya a un sólo paso de conseguirlo... el más difícil, eso sí.

Bien rodeado en el ataque de Tampa, el cuarentón californiano dirigió un primer 'drive' que fue toda una declaración de intenciones. En cuatro ocasiones la ferrea defensa de los Green Bay Packers obligó a un tercer 'down' en el que el pase era la única solución para seguir adelante. En todas ellas resolvió Brady con un lanzamiento preciso. Los tres primeros fueron 'moviendo las cadenas' hacia la zona de anotación rival. El cuarto fue atrapado en la ansiada meta por el ágil Evans para, con la posterior conversión, subir los primeros siete puntos al marcador. Era todo un aviso del potencial de los visitantes al que se añadió el 'sack' a Rodgers con el que cortaron la primera intervención en ataque de los locales.

Pero los Packers no habían llegado al partido decisivo en casa para rendirse tan pronto. Su poderosa defensa respondió con la misma moneda, placando a Brady para terminar el primer cuarto con el balón en su poder. Pese a sufrir otro 'sack' muy cerca de su zona de marca al inicio del segundo, Rodgers se rehizo y completó poco después un certero envío largo a Valdes-Scantling que significó el empate a siete.

Era como volver a empezar. Y justo así resultó para los Bucanneers, que a anotar otro 'touchdown' en cuanto tuvieron el balón en su poder. En esta ocasión, además, en un visto y no visto que combinó un largo lanzamiento de Brady desde su yarda 20, atrapado de forma casi inverosimil por Godwin en la 20 rival, y un extraordinario 'slalom' de Fournette en la siguiente jugada para esquivar a cuantos rivales le iban saliendo al paso y acabar arrollando a los dos últimos que trataron, en vano, de evitar que cruzara la línea de gol. La respuesta de los Packers comenzó tambien con una magnífica carrera de su 'running back' estrella, Aaron Jones, pero el porterior pase de Rodgers a la 'end-zone' lo atrapó Adams más allá de los límites del campo y el equipo de casa se tuvo que conformar con acortar distancias mediante un field goal que dejó el marcador en 10-14 para los visitantes.

El siguiente 'drive' de los de Tampa duró poco pero los de Green Bay no sacaron partido de su nueva posesión. Otro 'sack' a su 'quarterback' fue el anticipo de una intercepción a Rodgers que devolvió la pelota a Brady y los suyos. Quedaba menos de medio minuto para el final de la primera parte y el balón se situaba a la altura de medio campo. Cuando poco después, con 'cuarta y tres', los visitantes preparaban la formación de 'punt' parecía que ya nada más iba a ocurrir antes del descanso. Pero entonces su entrenador, Bruce Arians, se lo pensaba mejor. Pedía tiempo muerto, devolvía al equipo de ataque al cesped y Brady hacía volar el cuero con precisión quirúrgica en dirección a las manos de Fournette. Aunque apenas quedaba tiempo, los 'Bucs' tenían un nuevo 'set' de 'downs' y lo aprovechaban al máximo. Otro pase perfecto de Brady era recogido con seguridad por Miller en la zona de anotación y se llegaba al descanso con ventaja de once puntos a favor de los visitantes.

La brecha a favor del equipo de Tampa se abría aún más cuando nada más iniciarse el tercer cuarto recuperaban un 'fumble' de Aaron Jones cerca de medio campo, lo retornaban hasta la diez y Brady aprovechaba el regalo con otro pase milimétrico a la end-zone, convertido esta vez en puntos por las grandes y seguras manos de Brite. Pero con 28-10 los Packers demostraban entereza, clase y coraje, tres de las grandes virtudes de su 'Quarterback'. Bien protegido esta vez por su línea, Aaron Rodgers completaba cinco pases prácticamente seguidos para recorrer todo el campo y lograr, con recepción de Tonyan, su segundo 'touchdown' del partido.

A la rápida respuesta del ataque local seguía una igualmente veloz y contundente réplica de su defensa, que interceptaba a Brady y devolvía el cuero a Rodgers con medio tercer cuarto aún por delante y nada decidido pese a la ventaja rival. Dos buenas carreras del 'rookie' Dillon, que suplía al corredor número 1 del equipo, Jones lesionado tras un fuerte golpe poco antes, eran lo más destacado de un 'drive' largo y variado que llevaba a los Packers a la 'zona roja' cuando se consumían los segundos finales del tercer cuarto. Un pase a Adams significaba elevar el tanteo de Green Bay a 23, pero ahí se quedaba al fallar el intento de conversión de dos puntos que los hubiera dejado a tiro de 'field goal' para alcanzar a los Bucanneers.

El último acto arrancaba bien para los de Tampa, con un buen retorno que los llevaba a medio campo y otro pase de Brady que solventaba un tercero largo. Pero cuando ya parecía seguro que iban a sumar al menos tres puntos más a su cuenta con el mal menor para la defnesa que siempre es un 'field goal' en estos casos, la presión sobre el legendario 'quarterback' se traducía en un pase alto que interceptaba Alexander. Sin embargo, la alegría de los de casa duraba poco porque su siguiente posesión se reducía a un frustrante 'tres y fuera' después de otro 'sack' a Rodgers. Además, el siguiente ataque de Tampa tenía como inicio un pase de Brady que recorría cais medio campo para encontrar, en la 30 rival, los guantes de seda en mano de hierro de Gronkowski. Y aunque los 'Bucs' no avanzaban más esta vez si conseguían al menos añadir otro trío de puntos gracias a la buena puntería de Succopp para lanzar entre palos.

Con apenas cuatro minutos por jugar y ocho puntos de desventaja, los Packers se ponían manos a la obra en busca del empate. Su 'drive' volvía a ser largo y de avance constante. Una carrera de nueve yardas de Dillon, un pase de treinta a Valdes-Scantling y un par algo más cortos a Adams los llevaban a la 10. Restaban menos de dos minutos y medio. Era ahora o nunca pora el ataque local y para la defensa visitante. En la pugna salían ganadores los zagueros llegados de Florida. Tres pases de Rodgers terminaban con el balón tocando el suelo y, cuando todos esperábamos que se jugaran el 'cuarta y gol', Matt La Fleur no se atrevía a arriesgar el todo por el todo en el momento en que había que hacerlo. Ordenaba salir al equipo de 'field goal' y la patada de Crosby producía tres puntos con toda la pinta de ser inútiles. Porque entregarle el balón a alguien como Brady, con ventaja en el marcador y a falta de un par de minutos, no suele ser buena idea.

De todas formas, poco faltaba para que no fuera tan mala de no ser porque, en 'tercera y cuatro', la camiseta de Tyler Johnson demostraba porque se llama a esta prenda la 'elástica' y se estiraba ante el agarrón de su marcador. Más allá de que el receptor de Tampa se 'tirara a la piscina', al más puro estilo del delantero que cae en el área de forma espectacular al sentir el más leve contacto del defensor, la interferencia era clara y se convertía en la puntilla para los Packers. Los Bucanneers ya sólo tenían que agotar el tiempo para conseguir lo que ningún equipo antes había conseguido, llegar a una SuperBowl que se va a disputar en su estadio.

En conjunto, fue un partido extraordinario que dejó dos conclusiones más allá del resultado. Como habían demostrado durante toda la temporada, los Packers son un muy buen equipo, pero eso no fue suficiente porque en la fría tarde-noche del 24 de enero del 2021 los Buccaneers acabaron siendo mejores. Y aunque no hay duda de que Rodgers es uno de los grandes en la historia de la NFL, Brady lo es todavía más y, de hecho, cada día resulta más difícil argumentar en contra de los que se empeñan en comparar jugadores de diferentes épocas y le consideran, simple y llanamente, el más grande de todos los tiempos.

KANSAS CITY CHIERS 38 - BUFFALO BILLS 24

Después de un partido tan magnífico, por calidad, alternativas y emoción, el que protagonizaron los Chiefs y los Bills casi acabó sabiendo a poco. Pero es no significa que fuera malo si no, más bien, que en esto también se cumple aquello de lo bueno y lo mejor.

De entrada, los de Buffalo empezaron fuerte, dispuestos a dar la sorpresa y repetir el resultado de hacía nada menos que veintiocho años, cuando en el 1993 el equipo del norte del estado de Nueva York había ganado la final de la AFC en 'Arrow Head'. Sin embargo, pese a ponerse 9-0 por delante, los dos 'drives' anotadores del equipo visitante dejaron sensación de oportunidad perdida. En el largo primero se tuvieron que conformar con un lejano 'field-goal'. En el muy corto segundo, propiciado por un error garrafal de Hardman en el retorno, fallaron el punto extra tras anotar Knox el 'touchdown' a pase de Allen.

La pronta respuesta de los Chiefs, a caballo entre el final del primer cuarto y el principio del segundo, con un 'drive' en el que Mahomes conectó tres veces con Kelcey y dos con Hill antes de lanzar el balón a las manos de Hardman en la 'end-zone', dejó reducida a sólo dos puntos la ventaja visitante y fue el principio del fin para sus esperanzas. Su siguiente posesión fue un visto y no visto que terminó en 'punt'. La de los Chiefs fue tan o más breve pero mucho más fructífera. un espectacular 'end around' entre Mahomes y Hardman sirvió al rápido jugador de los Chiefs para olvidar definitivamente su terrible fallo anterior con una vertiginosa carrera de cuarenta yardas que remato Williams poco después con el segundo 'touchdown' para Kansas.

El tercero no tardó mucho en llegar. Allen y los suyos apenas si pisaron el cesped con otro fugaz 'tres y fuera' al que siguió otra exhibición de la cantidad, variedad y calidad del armamento de los Chiefs. Tres recepciones de Kelce y una de Hill pusieron el oval en la yarda uno, desde la que Edwards-Helaire lo llevó a la zona de anotación. La conversión correspondiente puso el marcador en un 21-9 para los de casa que los visitantes recortaron ligeramente con un 'field-goal' para dejar el resultado en 21-12 al descanso.

La diferencia de puntos no era ni mucho menos insalvable. Pero había en el frío aire una sensación de dominio claro por parte de los Chiefs. El tercer cuarto se convirtió por momentos en una especia de tensa tregua, con un 'field-goal' para cada bando mientras pasaban los minutos. Entonces, en el siguiente 'drive' de los Chiefs, se rompió definitivamente el partido del mismo modo que saltó en pedazos la defensa de los Bills ante la velocidad y agilidad de Hill. El escurridizo Tyreek recorrió sesenta yardas con el balón en sus manos para llevarlo a la cuatro. Desde ahí, Mahomes se inventó otro de esos heterodoxos pases suyos para hacerlo llegar a Williams y elevar la ventaja local a dieciséis puntos con el tercer cuarto casi terminando.

El último ya fue poco menos que un trámite iniciado del peor modo posible para los Bills, con intercepción a Allen en la 'red zone' seguida de otro 'drive' culminado en 'touchdown' por los Chiefs. Esta vez predominaron las carreras en el avance del equipo vestido de rojo pero la culminación fue otro imaginativo pase de su genial 'quarterback', que envió la pelota en alta parábola a manos de uno de sus objetivos favoritos, el siempre fiable Kelce. Un postrero 'touchdown' de los Bills, con conversión de dos puntos fallida, y un 'on side kick' recuperado del que sólo sacaron tres puntos vía 'field goal', sirvieron nada más para maquillar algo el resultado y dejarlo en el definitivo 38-24 para los de casa.

Al igual que en la final de la NFC, la de la AFC dejó en la cuneta a un buen equipo porque su rival es mejor y ante eso poco se puede hacer. Una comparación que se extiende a sus 'quarterbacks'. Allen es magnífico pero, incluso medio cojo a causa de la molesta lesión en el dedo gordo del pie izquierdo que arrastra desde hace un par de semanas, Mahomes es indudablemente mejor.

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