Dos meses después de su anterior cita, en Chantada, el Campeonato de España de Montaña regresó de las vacaciones de verano a finales de septiembre para iniciar en la subida a La Santa el sprint final de la temporada del 2022, que concluirá a mediados de octubre en Ibiza.

Como era previsible a la vista de los resultados en las cuatro competiciones previas, la clásica prueba murciana dejó resuelto el título en la Categoría 2 a favor de Javi Villa, mientras que tanto la 1 como la 3 llegarán sin decidir a Ibiza, cada una de ellas con dos contendientes pero en situaciones muy distintas. Mientras que en la 1 toda la ventaja es para Gerard de la Casa, que sólo tendrá que acabar tercero para proclamarse campeón aunque gane Fombona, en la 3 la igualdad sigue siendo máxima entre Mario Asenjo y Benito Pérez, con mínima ventaja para el cántabro sobre el asturiano.

CATEGORÍA 2: SUMA Y SIGUE

ocas veces habrá estado tan claro el resultado final que va a tener un campeonato como este año en la Categoría 2 del nacional de montaña. Con Javi Villa como máximo favorito y su nuevo compañero de equipo, el debutante Gonzalo García, como único rival asiduo al volante de otra montura de la clase 9, la que engloba a los 'biplazas' más potentes y competitivos (sean estos de carrocería cerrada, como los BRC BR53 de ambos, o abierta como las tradicionales 'barquetas') la única duda estaba en cuando se aseguraría el título el vigente campeón.

Pese al relativo tropiezo que supuso el tercer puesto Chantada, donde una avería dejó a Villa lejos de tratar siquiera de luchar por el triunfo con Joseba Iraola y la Nova, las tres claras victorias en las tres primeras pruebas del año, Estepona, El Fito y Les Revoltes d'Ibi, situaban al asturiano a un paso de proclamarse campeón en Totana. Le era suficiente con terminar segundo en el caso de que el ganador fuese Gonzalo. Así que, con sólo cinco participantes en la Categoría 2, de los que los otros tres (Damián Verdera, con el Talex, Antonio Llamusí, que estrenaba una Nova de motor 1000cc, y Juan Tovar, con el BRC B52) no iban a representar amenaza alguna salvo problemas mecánicos en el BRC BR53, la resolución final del campeonato se presentaba como un mero trámite y, efectivamente, así era.

De hecho, Javi no tenía que forzar lo más mínimo el sábado para situarse en cabeza con amplio margen. Un problema en la caja de cambios dejaba fuera de combate a Gonzalo nada más tomar la salida en la manga de carrera que cerraba la jornada y, con la amenaza de la presencia de la lluvia para el día siguiente, se puede decir que media tarea estaba ya hecha para el líder del campeonato.

La otra mitad la completaba Villa el domingo por la mañana, cuando apretaba un poco más en la otra manga de carrera que se haría sobre seco antes de la llegada del anunciado chaparrón y se acercaba a unas décimas de su récord del año pasado para certificar con victoria su noveno título de Campeón de España de Montaña. Una espectacular cosecha lograda en los once años que lleva en una especialidad a la que llegó poco menos que de casualidad, tras un tan inesperado como positivo debut en la subida a Santo Emiliano del 2011 al volante de un CM de Bango Racing Cars.

Entonces, tras ver como se le cerraban las puertas de la anhelada Fórmula 1, más por carencia de apoyos que de talento, Javi aún estaba tratando de abrirse camino en el complicado y carísimo mundo de las competiciones en circuito, primero a través del mundial de turismos, luego de la inicialmente prometedora pero finalmente poco exitosa NASCAR europea. Abandonada esta última en el 2013, tras compatibilizarla en el 2012 con su primera campaña en el Campeonato de España de Montaña, programa doble que, junto a la normativa de entonces (que apenas permitía descartes y diferenciaba en muy pocos puntos las victorias de los segundos puestos), acabó por impedirle lograr su primer título en las subidas españolas pese a ganar todas las pruebas en las que tomó parte aquel año con el BRC CM05.

A partir de ahí, la racha de triunfos del piloto asturiano sólo se truncó en el emocionante final de campaña del 2018, precisamente en La Santa donde ahora, cuatro años después, Javi Villa ha sumado su noveno título de Campeón de España, (cuatro en la categoría de los CM y cinco en la de las 'barquetas'). Sólo dos leyendas de la montaña nacional, Xavi Riera, con once campeonatos en su haber (nueve de Grupo A, uno de turismos y uno absoluto) y Juan Fernández (diez entorchados absolutos) superan ya en el palmarés del certamen al piloto nacido en Loroñe que soñaba con la Fórmula 1 sin pensar siquiera en que acabaría por convertirse en el rey de la montaña española en lo que va del siglo XXI a base de dominar un campeonato que hace tiempo que se le ha quedado pequeño. El europeo le espera con retos más a su altura... aunque al igual que le ocurrió hace ya más de una década en los circuitos, el mayor obstáculo para alcanzar esas nuevas metas volverá a ser el presupuesto.

CATEGORÍA 3: TODO O NADA

Con dos pilotos empatados a todo, Mario Asenjo y Benito Pérez, y un tercero, Javi Rodríguez, que estaba obligado a ganar para mantener sus opciones, la lucha por el triunfo en la Categoría 3 se presentaba en La Santa más intensa si cabe que en las cuatro anteriores pruebas de esta temporada.

Para el piloto canario se trataba de un todo o nada. En el podio de las cuatro anteriores pruebas pero sin haber conseguido todavía la victoria, Javi salía decidido en la manga oficial que cerraba la jornada del sábado a empezar a sentar las base para lograrla. Para conseguir ese jubiloso todo que significaba ganar tenía que arriesgar al máximo. Así lo hacía pero el resultado era el doloroso nada de un fuerte golpe en la rapidísima parte inicial del trazado murciano.

La larga interrupción mientras se atendía al joven tinerfeño, afortunadamente ileso más allá de las lógicas magulladuras tras un impacto de tal violencia, y se retiraban los restos de su muy maltrecho BRC B49 añadía aún más tensión a la que ya debían sentir sus rivales cántabro y asturiano, que debían partían justo a continuación y se convertían, definitivamente, en los dos únicos aspirantes al título.

El pronóstico de lluvia para el domingo era otro factor extra de presión para ambos. Había que asegurar el mejor crono posible en la que podía llegar a ser la única manga sobre seco de todo el fin de semana. Los dos se empleaban a fondo y era Mario quien se adjudicaba ese primer asalto. El piloto del Silver rompía por primera vez la barrera del 1'42" con un CM-Promoción y aventajaba al del BRC en algo más de ocho décimas de segundo.

Al día siguiente, mientras las nubes iban cubriendo cada vez más porciones del inicialmente despejado cielo, Benito demostraba que no se había dado por vencido y establecía un nuevo récord para la Categoría 3, mejorando en más de cuatro décimas el registro logrado por Mario el día anterior. Pero como este también le había limado otras tres a su crono previo, la diferencia entre ambos era de apenas dos y en la suma el liderato seguía en poder del cántabro por apenas seis sobre el asturiano.

De cara a la manga final todo podía pasar pero finalmente no ocurriría nada que pudiera alterar el resultado. Con las nubes habían llegado temperaturas más frescas y parecía muy posible que los dos volvieran a rodar de nuevo más deprisa que la víspera, lo que convertiría en inútiles los cronos de la primera oficial. En ese caso, el líder virtual pasaría a ser Benito por el escaso margen de ciento setenta milésimas y a Mario le tocaría el papel jugado por su rival unos minutos antes. Pero las nubes no sólo enfriaban el ambiente, también acababan por ser cada vez más oscuras hasta acabar descargando su húmeda carga. Primero con unas tímidas gotas justo cuando los primeros participantes estaban listos para tomar la salida. Después, dejando caer cada vez más cantidad de agua hasta que un intenso chaparrón dictaba sentencia.

Definitivamente el ganador era Mario. El todo o nada de la manga final en La Santa se aplazaba hasta Ibiza, donde el vigente campeón y el aspirante a destronarlo se jugarán toda la temporada en un apasionante duelo. Una auténtica final que, en caso de victoria del asturiano por delante del cántabro, resolverá el campeonato en base a un criterio de desempate que aún no se ha dado a conocer oficialmente cuando escribimos estas líneas y que se hace necesario ya que todos los previstos en el reglamento serían inútiles para deshacer la igualada en caso de que se de ese resultado.

¡Más incertidumbre imposible!

CATEGORÍA 1: CADA UNO A LO SUYO

El retorno de Fombona tras su inesperada ausencia en Chantada al no recibir a tiempo la caja de cambios que necesitaba para sustituir la dañada en La Bien Aparecida demostraba dos cosas. De un lado, que el gijonés no es de los que se rinden. Del otro, que más allá de los campeonatos o las puntuabilidades de las pruebas, lo que le gusta ante todo es competir. Por eso, aunque el 'cero' de la prueba gallega pesaba como una losa en sus aspiraciones al título, el ocho veces campeón de España quería apurar sus opciones hasta el final y la subida de La Santa se incluía en su apretado programa de carreras tras la pausa veraniega, iniciado en las de Jata y el Sueve y que continuará con el Puigmajor antes del cierre del nacional en Ibiza.

Con dos victorias en su haber como únicos resultados, Fombona necesitaba ganar en Totana para seguir con posibilidades. Pero el triunfo le podía servir de muy poco en lo que a la lucha por el campeonato se refiere si justo tras él se clasificaba Gerard de la Casa. Para el ganador en Chantada y líder de la Categoría 3 tras la prueba gallega, un segundo puesto en La Santa tenía valor de triunfo ya que le acercaba de forma poco menos que definitiva a la consecución del título, que sería suyo en Ibiza con un tercer puesto aunque su rival volviera a ganar.

Por todo ello, tanto uno como otro tenían muy claros sus objetivos que, además, coincidían plenamente con los pronósticos. El gran favorito a la victoria entre los vehículos 'carrozados' en la rápida subida murciana era el eficacísimo Audi DTM de Fombona por mucho que la brutal aceleración del Ford Fiesta WRX de Gerard partiera como disparado por una catapulta cada vez que tomaba la salida.

El sábado, mientras el gijonés rebajaba ya en casi un segundo y medio el récord de la categoría que había establecido el año anterior con el Lamborghini, el andorrano marcaba un crono que distaba casi dos segundos y medio de su mejor registro en La Santa con el Subaru. Daba igual, Gerard estaba donde quería estar, justo a continuación de José Antonio. Además, si la anunciada lluvia aparecía el domingo durante las otras dos mangas de carrera, la tracción total de su vehículo procedente del mundial de rallycross podría permitirle enjugar los casi cuatro segundos de desventaja para darle la vuelta al resultado y asegurarse el título sin tener que esperar a Ibiza.

Sin embargo, aunque acababa por llover, era tarde para que se diera ese vuelco. La segunda oficial, primera de las celebradas el domingo, se disputaba sobre seco y su desenlace era calcado al de la víspera. Fombona volvía a batir el récord, rebajándolo en otras tres décimas, y De la Casa repetía prácticamente a la milésima su tiempo del día anterior. Definitivamente, cada uno había ido a lo suyo. Fombona en busca de la doble satisfacción de ganar y hacerlo, además, corriendo más que nunca en La Santa, uno de sus trazados favoritos. Gerard con la mente puesta en ese tercer título de Campeón de España que parecía suyo hace tres años y se le escapó de forma poco menos que inverosímil en el increíble final de Ibi.

Que ocurra lo del 2019 parece esta vez altamente improbable, más que nada porque entonces se trataba de un cara o cruz, con ambos llegando virtualmente empatados, mientras que ahora el andorrano cuenta con el margen de tranquilidad que da el saber que sólo necesita ser tercero y no hay nadie que, salvo errores o problemas mecánicos, pueda inquietarle siquiera en la lucha por la segunda posición.

En todo caso, precisamente Fombona sabe muy bien lo que es perder en Ibiza un campeonato que ya tenía poco menos que ganado. Así que, aunque todo parezca resuelto, serán una vez más las rampas de Sa Cala las que dicten la definitiva sentencia.