La temporada del 2022 en el Campeonato de España de Rallyes para Vehículos Históricos arrancó a mediados de marzo en el Costa Brava, prueba de apertura también del Campeonato de Europa. Una circunstancia que, inevitablemente, dejaba en segundo plano a los participantes del certamen nacional. La siguiente cita del campeonato, el Sierra Morena, valedera para el Súper Campeonato de España de Rallyes, los situaba, en atención mediática y orden de salida, por detrás de los vehículos modernos, condicionando esto último su rallye de forma muy notable a causa de las varias neutralizaciones de tramos que se producían.

La tercera prueba del año para el CERVH era el de Tenerife, primero en el que los históricos tenían protagonismo en exclusiva. Pero el costoso desplazamiento a Canarias hacía que fueran muy pocos los equipos peninsulares presentes, quedando la competición prácticamente en un duelo entre los locales, que se adjudicaban la victorias en las dos categorías de velocidad y en la de Regularidad Sport. Después era el turno del recuperado rallye de Extremadura Histórico, una prueba con tramos magníficos pero de gran dureza y con largos enlaces entre los mismos que, una vez más, no lograba atraer a muchos participantes, especialmente en el apartado de velocidad, con apenas una decena de competidores.

Así que, entre unas cosas y otras, y con las coincidencias de fechas con el certamen europeo añadiéndose también en ocasiones a los factores en contra, el CERVH llegaba a Avilés habiendo superado ya el ecuador de la temporada con la sensación de que la campaña no acababa de arrancar del todo. En ese sentido, la primera de las dos pruebas asturianas resultaba todo un cambio a mejor respecto a las anteriores, con cerca de sesenta inscritos repartidos prácticamente al cincuenta por ciento entre las competiciones de velocidad y de regularidad. Además, la recuperación de dos escenarios clásicos del rallye, el Centro Niemeyer para la ceremonia de salida, y la Plaza de España para el parque cerrado, suponían un muy bienvenido retorno a esa normalidad que deseamos sea finalmente real y no sólo un 'mirar para otro lado' general de la sociedad mientras, por mucho que nadie quiera admitirlo, la pandemia no acaba de dejarse atrás y lo que ahora se hace es más bien tratar de ignorar su presencia.

VELOCIDAD:

El esperado debut del BMW M3 de Cele Foncueva (culminación de un proyecto sobre el que su piloto nos había hablado hace ya más de tres años y que, por fin, se producía en Avilés) unido al retorno de Ferreiro (ausente del nacional desde finales de la pasada campaña tras 'pasar por boxes' a principios de año debido a problemas en la espalda y reaparecer en junio en Portugal), eran las principales novedades que presentaba la lista de inscritos como aliciente extra a un rallye que mantenía su esquema clásico de cuatro bucles de dos especiales, con variaciones en los tramos de la mañana respecto a las ediciones anteriores.

Desafortunadamente, el impecable aspecto del nuevo coche del asturiano, que causaba sensación en las verificaciones, no se trasladaba a su funcionamiento. Un problema con el selector del cambio en la primera especial ponía fin de forma muy prematura a la participación de Foncueva, con el nuevo M3. Cele y su copiloto, David de la Puente, alcanzaban la meta cediendo un minuto y abandonaban justo a continuación.

Mucho mejor le iba al gallego que, junto a su inseparable Javi Anido, marcaba el primer 'scratch' del día con su habitual Ford Escort MKII. A algo más de dieciséis segundos seguían a los de Melide los otros dos equipos que podían tener opciones de discutirles la victoria en la general. Por un lado estaban los asturianos Marcos García y Juan Ferro, de vuelta un año después con el Ford Sierra Cosworth. Por el otro el gallego Francisco López y su copiloto asturiano, Carlos Riesgo, que venían de ganar en Extremadura con el Ford Escort MKI.

El resto ya se dejaban más de medio minuto, encabezados por el Sierra de Miguel Otegui y Giovanni Breda, que batían en la primera especial al Subaru Legacy de Antonio Sainz y Javier Martínez Cattaneo por algo menos de cinco segundos.

Las claras diferencias marcadas por Ferreiro y Anido en el primer tramo eran un anticipo de lo que sería todo el rallye, que acabarían dominando de principio a fin. Los gallegos del Ford Escort MKII lograban el mejor crono en seis de las siete restantes especiales para adjudicarse el triunfo por segundo año consecutivo en Avilés, tanto en la general absoluta del CERVH como en la clasificación de la categoría pre81. Era, además, su quinta victoria en la prueba asturiana, que ya habían ganado en tres ocasiones en las ediciones del 2011, 2012 y 2014 antes de su regreso triunfal del año pasado.

Al igual que doce meses antes, el segundo puesto al 'scratch', acompañado de la primera posición en pre90, terminaba en poder de Marcos García y Juan Ferro, que eran los únicos capaces de batir en una ocasión a los vencedores, al superarles por un par de décimas en el segundo paso por Ferroñes-Corvera con el que se cerraba el segundo bucle de la mañana. Para el de Trevias y su copiloto el resultado era exáctamente el mismo que el del 2021 pero llegaba de un modo muy diferente. Entonces habían tenido opciones de ganar, tras un trompo de Ferreiro y Anido que les hacía perder tiempo y otorgaba el liderato a los asturianos, pero se habían visto lastrados por un persistente problema de motor que les impedía contener la remontada de sus rivales. En esta ocasión no había forma de estar delante de los gallegos más que en una especial pero el Sierra funcionaba como un reloj y les permitía disfrutar mucho más del rallye.

Menos bien se lo acababan pasando Francisco López y Carlos Riesgo, que ocupaban la tercera posición en las tres primeras especiales. Un trompo en la cuarta, tras el que su Ford Escort MKI se negaba a arrancar durante unos interminables cinco minutos, los hundía hasta el duodécimo puesto de la general, quinto en pre81. Por si fuera poco, cuando trataban de remontar para, al menos, alcanzar el podio en su categoría, una avería en el embrague los mandaba para casa en el segundo tramo de la tarde.

El tercer puesto de la general que dejaban libre López y Riesgo pasaban a ocuparlo Sainz y Martínez Cattaneo tras rebasar en la tercera especial a Otegui y Breda, a los que aventajaban en apenas cuatro segundos a mitad de rallye. Por la tarde, el madrileño del Subaru aumentaba esa diferencia en diez más en la primera pasada por La Peral y sentenciaba a su favor el duelo en la segunda, cuando llevaba al margen a trece y medio después de que el vasco lo hubiera recortado a algo menos de diez al término del bucle anterior. Finalmente, Sainz y Martínez Cattaneo acababan terceros absolutos y segundos de pre90, con Otegui y Breda algo más de veinte segundos tras ellos en ambas clasificaciones.

El quinto lugar en la tabla al 'scratch' era para otro pre90, el Golf de Miguel Ángel García y Mónica López, que terminaban por delante de los dos equipos que completaban el podio de pre81 mientras mantenían una pugna entre ellos por la segunda posición de la categoría en la que compiten los coches más veteranos, cuyo líder antes de Avilés, José Luis Sosa, copilotado por Francisco Javier Romero, había quedado fuera de combate en el primer tramo a causa de un toque que dañaba su Ford Escort MKII. Inicialmente la ventaja era para el catalán Joan Riberas y el asturiano Álvaro Menéndez con el Porsche 911SC, pero en los tramos de la tarde les acababan superando los canarios Carlos Padilla y Patricia Procopio con el Ford Escort MKII que eran quienes acababan consiguiendo el segundo lugar en pre81, sexto absoluto. De todas formas, los puntos del tercer puesto eran suficientes a Riberas para superar al retirado Sosa y arrebatarle el liderato en la general del certamen.

También había cambio de líder en el campeonato de pre90, cuya primera posición se jugaban los dos equipos que acababan justo a continuación en la general del rallye avilesino, al que llegaban empatados sus pilotos. Rafa Díaz y Xabi Petralanda lograban terminar con su BMW 325 por delante de Orlando y Valeria Méndez, cuyo Ford Sierra sufría problemas mecánicos que le costaban al piloto canario el primer puesto en la clasificación del nacional que había alcanzado tras su victoria en Tenerife y en el que le había igualado el vasco al vencer en Extremadura.

Por lo que respecta a los Trofeos de las categorías 'Youngtimers' y 'Classic', el primero acababa quedando desierto al quedar pronto fuera de combate sus tres participantes, entre los que destacaban los cronos del siempre rápido 'Pipo' que, copilotado por Rubén Alonso en su Peugeot 106, completaba los tramos de la mañana con el tercer mejor cómputo total de todos los participantes del rallye pero se tenía que retirar en la primera especial de la tarde por salida de carretera. En cuanto a los 'Classic', la ventaja era siempre clara para el pequeño Opel Corsa de los gallegos Ángel Domínguez y Raquel Quintana, que terminaban con cerca de quince minutos de ventaja sobre el otro superviviente de la categoría, el veterano BMW 2002 del vasco Imanol Goirena que, copilotado esta vez por Sergio Fidalgo, terminaba su segundo rallye consecutivo del nacional y toma ventaja al frente del certamen.

REGULARIDAD:

La habitual igualdad que se suele dar en las categorías de Regularidad Sport y Regularidad no se producía en Avilés, al menos en lo que respecta a la lucha por la victoria. En ambos casos los ganadores dominaban de principio fin, logrando además su tercer triunfo del año y destacándose al frente de sus respectivos campeonatos.

En Regularidad Sport, Asier Santamaría y Roberto Rentería tomaban ventaja en los tramos de la mañana con su Ford Sierra Cosworth y nadie les podía dar caza en los de la tarde. La tercera victoria de la temporada para los actuales campeones les devolvía el liderato en la general del CERVH ya que estaba además acompañada del mal resultado con el que tenían que conformarse sus máximos rivales este año, Francisco Martínez y Adrián Fueyo.

Los asturianos llegaban a Avilés al frente de la general del campeonato tras haber logrado en Extremadura su primer triunfo en la categoría de media alta, en la que debutan este año en el nacional tras imponerse la pasada campaña en la de 60 km/h. En los tramos de casa, el dúo del Pancho Villa Rally Team esperaba pelear de nuevo en los puestos de cabeza, pero un problema en el varillaje del cambio durante la última especial los hundía en la clasificación cuando eran terceros y finalmente sólo podían acabar séptimos.

También la mecánica le jugaba una mala pasada a otro equipo asturiano, el formado por Santiago Campos y Javier Alonso, que ocupaban el segundo puesto a mitad de rallye pero lo perdían en la primera especial de la tarde al hacer de las suyas el Lancia Delta. En su caso, la pérdida de terreno era menor, les costaba sólo una posición y, una vez resuelto el problema, lograban mantener el tercer lugar hasta el final, repitiendo el puesto conseguido en marzo en el Costa Brava.

Por delante de ellos concluían los baleares Jaime y Enrique Carbonell, que completaban un rallye impecable con su Ford Sierra Cosworth para acabar consiguiendo su mejor resultado de lo que va de temporada al terminar segundos.

En Regularidad, el dominio de los ganadores era, si cabe, aún mayor ya que Francisco Villamayor y Antonio Caldeira no daban opción alguna a sus rivales en ningún momento, marcando diferencias poco habituales en una categoría en la que, hasta ahora, estábamos acostumbrados a desenlaces a la décima. El dúo de copilotos ya había vencido en el Sierra Morena y el Tenerife pero venía de un segundo puesto algo frustrante en Extremadura, donde el aparato de medición les había dado más de un dolor de cabeza. En Avilés, con el problema resuelto, afinaban de forma espectacular desde la primera especial, marcaban el mejor registro en siete de las ocho que componían el recorrido y acababan ganando con menos de la mitad de puntos de penalización que sus más inmediatos perseguidores. Una victoria rotunda que deja el campeonato poco menos que sentenciado a favor del muy compenetrado equipo que forman el asturiano y el portugués.

A veintitrés puntos de los inalcanzables ganadores terminaba el equipo que les había batido en la anterior cita del certamen, el que forman el muy experto Josep María Molas y su copiloto, Josué Sánchez. Tras vencer en la prueba de Jarandilla de la Vera con el Ford Escort, el andorrano y el catalán competían en esta ocasión a bordo del Volkswagen Golf con el que terminaban por delante de dos equipos locales con vehículos de la misma marca y modelo. El tercer puesto era para el de color rojo de Andrés Gala y Fernando Galguerra, mientras que el cuarto lo ocupaba el decorado al estilo 'Rothmans' de Pérez Jambrina y Mario Suárez. El dúo de Golf del Pancho Villa Rallye Team relegaba al quinto puesto al BMW de sus compañeros de escudería Dario José García y José Ramón Castrillón. El piloto madrileño llegaba a Avilés empatado a puntos totales en el primer puesto del campeonato pero el resultado de la primera cita asturiana le aleja de la pelea por el título que podría quedar matemáticamente resuelto a favor de Villamayor en Pravia.

En todo caso, eso ya será en septiembre cuando, tras la pausa vacacional del mes de agosto, se celebre el rallye de Asturias Histórico, segunda prueba del nacional en la región y, también, segunda cita española del Campeonato de Europa de Rallyes de Velocidad para Vehículos Históricos.