Daniel Ceán-Bermúdez
@daniel_cean

LA REINA DE LA VUELTA A LA PISTA

Campeonatos de Europa de Atletismo 2022: Finales femeninaa de 400 metros lisos y vallas.

Si saltando diez veces por el camino puede correr tan deprisa ¿cuanto más veloz sería sin tener que superar esos obstáculos cada treinta y cinco metros? Alguna que otra vez hemos pensado algo así viendo competir a los mejores especialistas del 400 metros vallas, desde el legendario Edwin Moses a ese portento actual que es Karsten Warholm, desde la tenaz Sally Gunnell a la etérea Sydney McLaughlin.

Una pregunta más retórica que real porque, si bien la distancia a recorrer es la misma, las características físicas y la destreza técnica requeridas para completar en el menor tiempo posible una y otra prueba son muy diferentes. La mayor potencia que requiere el 400 'liso' está, en cierto modo, reñida con la mayor agilidad necesaria en el de las vallas, cuyo paso a toda velocidad es un reto de notable complejidad que lleva asociado un tipo de entrenamiento muy específico. Por eso es poco habitual participar en ambas pruebas en una gran competición. Y mucho menos usual todavía es ser capaz de triunfar en las dos.


De hecho, si hablamos de Juegos Olímpicos, Campeonatos del Mundo o de Europa, sólo un atleta, el estadounidense Harry Hillman, había sido capaz de ganar la medalla de oro tanto en el 400 liso como en el 400 vallas en la misma edición de uno de estos certámenes. Lo consiguió hace más de un siglo, en los Juegos Olímpicos celebrados en San Luis allá por el 1904. Entonces, unos días antes de cumplir los veintitrés años de edad, el joven atleta neoyorquino venció en las dos carreras y, también, en la de 200 metros vallas, distancia incluida por segunda y última vez en el programa olímpico. Eso sí, las vallas de la prueba de 400 eran unos quince centímetros más bajas de lo establecido por el reglamento lo que, indudablemente, facilitaba la labor a los corredores más rápidos y, en cierto modo, acercaba algo más la prueba de vallas a su versión sin obstáculos.

Desde entonces nadie había vuelto a lograr tal hazaña, considerada imposible en tiempos de cada vez mayor especialización, con velocistas y vallistas siendo poco menos que dos especies de atletas distintas.

Sin embargo, a los Campeonatos de Europa de Atletismo del 2022 acudía una joven neerlandesa de veintidós años de edad con la firme intención de hacer posible ese imposible. Un mes antes, Femke Bol había logrado dos medallas de plata en los mundiales celebrados en Eugene, una en la que era 'su' prueba, los 400 metros vallas, y otra corriendo sin obstáculos de por medio una de las postas del equipo de su país en el relevo 4x400 mixto.


Ahora Femke quería más. Llegaba a Múnich con la firme intención de ganar las dos carreras individuales de 400 metros. La parte más difícil de ese inédito doblete la conseguía el miércoles 17 de agosto. Bol partía desde la calle 5 en la final de los 400 metros lisos, iba de menos a más, acababa por relevar al frente de la prueba su compatriota Klaver, que había sido la más rápida en la primera mitad de carrera, y cruzaba la línea de meta en menos de 50 segundos para vencer por delante de la polaca Kaczmarek, que veía impotente como, justo cuando alcanzaba a la atleta vestida de naranja que corría a su izquierda, otra 'orange' la superaba a toda velocidad por la derecha.


Conseguido el primer triunfo, dos días después llegaba el momento de rematar el espectacular doblete ganando también la final de los 400 metros vallas. Tarea que Femke llevaba a cabo con esa engañosa facilidad de la que sólo son capaces los mejores. La gran dominadora europea de la prueba lideraba de principio a fin, atacando cada obstáculo antes que ninguna de sus rivales para entrar destacada en la recta final y vencer con más de un segundo y medio de diferencia sobre su más inmediata perseguidora, la ucraniana Tkachuk, segunda tras apretado duelo por las otras dos medallas por delante de su compatriota Ryzhykova y de la española Sara Gallego, que se quedaba a unas dolorosas once centésimas de conseguir la de bronce.

De ese modo, la joven heredera de otra polifacética atleta nacida en los Países Bajos, la legendaria Fanny Blankers Koen (campeona olímpica en 80 vallas, 100 y 200 lisos y el relevo 4x100 en Londres 1948) daba finalmente respuesta a esa pregunta que nos habíamos hecho a veces viendo los 400 metros vallas. Femke Bol es capaz de correr muy deprisa sin vallas y, también, de reinar en la vuelta a la pista haya obstáculos o no entre salida y llegada.


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