El rallye de Extremadura Histórico celebró su undécima edición con un acertado retorno a sus orígenes en lo que al recorrido se refiere. Después del controvertido experimento del año pasado, cuando la unión con el rallye Norte de Extremadura dio lugar a una prueba de complicada logística debido a la lejanía de los tramos, la ubicación en dos lugares distintos de la zona de asistencia y los largos sectores de enlace, en esta ocasión el trazado fue especialmente compacto. Todas las especiales se llevaron a cabo sobre tramos situados en los apenas treinta kilómetros que separan Jarandilla de la Vera y Piornal, lugar este último que acogió además el parque de trabajo.

Un cambio que agradecieron los participantes que acudieron a la prueba organizada por el siempre voluntarioso equipo de Volantia Racing. Lástima que, una vez más, los inscritos en la competición del Campeonato de España de Rallyes para Vehículos Históricos fuesen pocos, quedando de nuevo por debajo de la treintena. Cifra muy escasa comparada con otras pruebas en las que la participación de equipos locales acompaña a los habituales del nacional, lo que hace que las listas de la prueba de históricos sean más numerosas. Algo que en el rallye extremeño no ocurre al optar la inmensa mayoría de los equipos de la zona por la competición de vehículos modernos que se disputa simultaneamente, valedera este año para los certámanes extremeño, madrileño y castellano-manchego. De hecho, sólo una formación local figuraba entre los inscritos del CERVH y, además, no se presentó finalmente.

Velocidad

Con dieciséis equipos repartidos entre las tres categorías con rango de Campeonato de España ('Pre 81', 'Pre 92', 'Pre 2000') y la Copa Classic, la prueba de velocidad del CERVH abría la competición en cada una de las trece especiales, que se disputaban todas en la jornada del sábado. Un trazado compuesto por cinco tramos diferentes, con dos pasadas por la mañana a los de 'Garganta de la Olla' y 'Valdastillas' seguidos de tres por la tarde a los de 'Piornal', 'Carlos V' y 'El Guijo'. Por longitud y características, el primero de cada bucle se presentaba como el más decisivo. Se trataba, en realidad, del mismo recorrido, el clásico 'Piornal', pero sus algo más de doce kilómetros se realizaban en sentido ascendente en el denominado 'Garganta de la Olla'.

Sin embargo, más allá de la longitud de los tramos, serían las muy cambiantes condiciones atmosféricas las que acabarían propiciando más diferencias en función de quien acertaba o no en la monta de neumáticos para cada bucle. Acostumbrados al sol y las altas temperaturas habituales en las anteriores ediciones de la prueba extremeña, el ambiente lluvioso ya acompañó a los participantes desde el viernes, cuando la zona estaba bajo alerta amarilla de tormentas lo que aconsejó a cancelar la ceremonia de salida,

El sábado, las nubes se limitaron a cubrir el cielo durante el primer bucle de dos especiales, en las que Javier e Iván Bouza se anotaron el mejor crono con su Ford Escort MKII para liderar tanto la general como la categoría 'Pre 81' con su Ford Escort, aventajando en catorce segundos al Porsche 911 SC de Joan Riberas y Jaume García, segundos en ambas clasificaciones. Los gallegos mantuvieron el primer puesto de la general en el segundo bucle, disputado ya bajo la lluvia, en el que los más rápidos fueron Santiago Barragán y Francisco Yusto con el Subaru Legacy de tracción total bien calzado con gomas para piso mojado. El extremeño y el asturiano aventajaron en más de un minuto en la suma de tiempos a los siguientes clasificados en ambas especiales, Antonio Sainz y Víctor Ferrero con otro 4x4 de la marca japonesa, un Impreza, réplica del ganador con su hermano y Luis Moya en el Monte-Carlo del 1995, que estrenaba el madrileño.

Con esas diferencias, y teniendo en cuenta que habían cerrado el primer bucle en la cuarta posición, a menos de medio minutos de los líderes, Barragán y Yusto debían haber llegado a la asistencia del mediodía en cabeza de la general. En realidad lideraban con claridad en 'Pre 92' pero seguían siendo cuartos a casi medio minuto de los Bouza en la clasificación absoluta. Una aparente contradicción que se explicaba por el minuto y veinte segundos de penalización que arrastraban debido al tiempo perdido para solucionar una preocupante fuga de aceite, con conato de incendio incluido, que a punto había estado de dejarlos fuera de carrera antes de afrontar el segundo paso ascendente por las rampas de Piornal.

Así las cosas, con los Bouza al frente de la tabla, seguidos a menos de diez segundos por Riberas y García, con Sainz y Ferrero en la tercera posición a poco más de doce y siendo primeros en 'Pre 2000' por delante de Afonso y Miranda, que ocupaban el quinto puesto al 'scratch' con su Mitsubishi EVO V a apenas medio minuto de los líderes, cinco equipos con vehículos de tres categorías diferentes iniciaban los tramos de la tarde con fundadas esperanzas de luchar por el triunfo absoluto. Una situación nada habitual que dejaba muy abierto el rallye para los tres bucles de tres especiales que completarían su recorrido.

En el primero, Barragán y Yusto eran los más rápidos tanto en 'Piornal' como en 'Carlos V', pero en este último se adelantaban a la salida y recibían diez segundos de penalización que dejaban el 'scratch' en poder de Sainz y Ferrero, que lo conseguían también en el primer paso por 'Guijo'. De todas formas, aunque los dos Subarus, el Legacy 'Pre 92' y el Impreza 'Pre 2000', se habían repartido los mejores tiempos, eran los 'Pre 81' de los Bouza y de Riberas y García quienes seguían ocupando las dos primeras posiciones de la general. Los catalanes del Porsche habían adelantado incluso a los gallegos del Ford tras la primera especial del bucle, pero al finalizar el mismo eran los de Narón quienes volvían a estar al frente de una clasificación en la que los cinco primeros seguían siendo los mismos pero las diferencias se habían reducido. Ahora los Bouza aventajaban en la general y en 'Pre 81' a Riberas y García en sólo tres segundos, Sainz y Ferrero se mantenían terceros a apenas once y lideraban en 'Pre 2000' por menos de quince sobre Afonso y Miranda mientras que entre ambos en la 'scratch' continuaban Barragán y Yusto, claros dominadores de 'Pre 92' y a poco más de catorce segundos del primer puesto absoluto.

Entonces se iniciaba el segundo bucle sobre un empapado 'Piornal' y todo cambiaba. Mientras los Bouza llegaban a meta con una rueda delantera de su Escort dañada, perdiendo más de dos minutos y, lo que era peor, viéndose obligados a abandonar en el sector de enlace, Barragán y Yusto completaban un tramo fantástico, aventajando en casi medio minuto con el Legacy al EVO V de Afonso y Miranda y en más de cuarenta segundos tanto al 911 de Riberas y García como al Impreza de Sainz y Ferrero. El vuelco en la clasificación era total, con el extremeño y el asturiano del Subaru pasando a ocupar un primer puesto que ya nadie sería capaz de arrebatarles por mucho que en los dos siguientes tramos de ese bucle los 'scratch' se los repartieran los canarios del Mitsubishi y los madrileños del otro Subaru. A falta de las tres últimas especiales, el equipo de Volantia Racing lideraba a bordo de su 'Pre 92' con casi cuarenta segundos de ventaja sobre los dos que se jugaban la categoría 'Pre 2000', Afonso-Miranda y Sainz-Ferrero, que estaban separados por sólo tres, mientras que Riberas-García cedían algo más de cincuenta pero, a cambio, dominaban con amplio margen en 'Pre 81'.

La victoria absoluta no se les podía escapar a Santi Barragán y Francisco Yusto salvo que la caprichosa mecánica de su Legacy se empeñara en evitarlo. Y aunque la fuga de aceite sufrida por la mañana no estaba del todo resuelta, el Subaru del 'Dragón' no volvía a escupir fuego permitiendo a sus ocupantes alcanzar la meta para celebrar una doble victoria, absoluta y en 'Pre 92', tan deseada como trabajada y merecida.

También se habían merecido ganar su categoría, la 'Pre 2000', Tony Afonso y Jonay Miranda. Los de Gran Canaria apretaban en el bucle final anotándose dos 'scratch' seguidos con los que aumentaban a diecinueve segundos su ventaja sobre Antonio Sainz y Víctor Ferrero. Debían ser más que suficientes antes los poco más de cinco kilómetros del último paso por 'Guijo'. Desafortunadamente para ellos no lo eran. El eje central de la transmisión del Mitsubishi cedía a apenas dos kilómetros de la meta y el equipo canario bastante hacía con alcanzar el parque cerrado a bordo de su renqueante vehículo conservando al menos el tercer puesto de la general pero habiendo sido superados por el conjunto madrileño en la tabla de 'Pre 2000'. Para Toño Sainz y Víctor Ferrero era, por tanto, el segundo lugar en la general, acompañado de un estreno victorioso en su categoría para el precioso Impreza con los históricos colores de 555.

Más tranquilo resultaba el bucle final para Joan Riberas y Jaume García, que no necesitaban asumir más riesgos de la cuenta con su Porsche 911SC para concluir cuartos absolutos y primeros en 'Pre 81' con casi seis minutos de ventaja sobre el siguiente equipo en ambas clasificaciones, el formado por los andaluces Óscar García y Adelina Bassas a bordo del espectacular BMW 635.

Si en las categorías absolutas del CERVH la igualdad y las alternativas habían sido notables en la Copa de España Classic ocurría todo lo contrario. Sus actuales campeones, Miguel Otegui y Giovanni Breda, dominaban desde la salida con su Porsche 996 GT3, se anotaban el mejor crono en todas las especiales y acababan imponiéndose con cuatro minutos de diferencia a sus grandes rivales de la pasada campaña, Pau Romero y Tania Comellas, segundos con su habitual Peugeot 205.

Regularidad

Un vistazo a la lista de inscritos del CERVH en el rallye de Extremadura Histórico ya indicaba que la categoría de 'Regularidad' iba a dar más juego que la de 'Regularidad Sport'. Aunque el número de participantes era bajo en ambos casos, el de la primera doblaba al de la segunda y, además, entre los solamente tres equipos que salían en la de medias más altas las jerarquías parecían claras a la vista de los resultados de anteriores competiciones. Y, aunque los rallyes no son una ciencia exacta y las cambiantes condiciones atmosféricas bajo la que se disputó la prueba añadieron un factor extra de dificultad, que podía haber dado lugar a sorpresas, el desenlace y resultado de la categoría de 'Regularidad Sport' acabó siendo el esperado. Los hermanos Carbonell ejercieron un dominio absoluto con su afinado Ford Sierra Cosworth y se impusieron con gran claridad.

Los mallorquines lideraron de principio a fin, ganando las doce especiales que finalmente disputaron los equipos de las dos categorías de regularidad, que no pudieron hacer el último paso por Piornal, neutralizado a causa del aceite dejado en la carretera por un vehículo del regional de velocidad. Con todo ello lograron un pleno de puntos que, unido a la ausencia de los ganadores en el Costa Brava, Francisco Martínez y José Manuel Villamayor, sitúa a Jaime y Enrique Carbonell al frente de la clasificación del campeonato.

Segundos concluyeron los también mallorquines Pedro Valls y Madeleine Yue, que completaron el doblete balear y la clasificación final toda vez que el otro equipo presente en la prueba, el formado por los andaluces José Ignacio García Bejarano y Francisco Pedrero, se vió obligado a abandonar al inicio del último bucle debido a una rotura de palier en su Volkswagen Golf.

Así que, como se esperaba, la categoría de 'Regularidad' resultó mucho más interesante. Pese a que sólo participaron seis equipos en la prueba del nacional, todos ellos optaban a los puntos del campeonato y, además, tres acabaron compitiendo a bordo de vehículos del mismo modelo, lo que siempre tiende a aumentar la igualdad. Para que eso sucediera se tuvieron que dar las circunstancias de que el Porsche 944 de Christian y Marie Lantres no estuviese reparado después de la avería sufrida en el Costa Brava y el muy lluvioso pronóstico meteorológico, que aconsejó a Darío García y Emilio Pascual dejar en casa su habitual BMW 325. Tanto los franceses como el madrileño y el vasco acudieron con sendos Peugeot 205, misma montura que la utilizada por los asturianos Gustavo Alija y Víctor Suárez.

Finalmente, fueron precisamente estos tres equipos los que acabaron ocupando las tres primeras posiciones de la clasificación después de un rallye que bien pudo haber ganado cualquiera de ellos. Se lo adjudicaron los Lantres, que consiguieron por fin una victoria en el CERVH que llevaban tiempo acariciando. Un triunfo que se merecían después de haberlo tenido cerca en más de una ocasión y ver como se les escapaba a causa de diferentes problemas mecánicos. Esta vez su veterano 205 funcionó como un reloj y tanto el piloto como la copiloto se adaptaron a la perfección a las complicadas condiciones del recorrido, no fallando en ningún momento.

En cambio, los otros dos equipos del popular modelo de Peugeot de los años ochenta, no tuvieron el rallye sin tacha que habrían necesitado para ganar. Alija y Suárez marcaron el mejor registro en la primera especial pero perdieron mucho tiempo en la segunda debido a un contratiempo con el sistema de medición. Aunque los asturianos ganaron cuatro especiales más, entre ellas el TC+, se tuvieron que conformar con el peldaño más bajo del podio en lugar del más alto que, sin el problema del inicio del rallye tal vez habría sido suyo. Un puesto que también pudieron haber logrado los actuales campeones, García y Pascual de no ser por un trompo en el primer tramo que les puso el rallye cuesta arriba en una mañana muy complicada con los cambios de adherencia en el asfalto debido a los chaparrones intermitentes. Aunque luego fueron recuperando, anotándose tres especiales por la tarde para situarse muy cerca de los Lantres, no pudieron culminar la remontada. En el bucle final, ya de noche, los franceses volvieron a abrir hueco para confirmar su primera posición, dejando al madrileño y el vasco un segundo puesto que, de todas formas, les permite convertirse en líderes del campeonato.