Nos despedíamos del Campeonato de España de montaña en Santo Emiliano, a mediados de junio, pensando que la siguiente cita del certamen sería en Denia, cerca del final de septiembre. Pero un par de semanas después de la prueba langreana nos llegaba desde la vecina Cantabria la confirmación de que la subida a Peña Cabarga, prevista para el primer fin de semana de agosto, iba a puntuar también para el nacional. Ya el año pasado, con la subida canaria de Guía de Isora, se dio el caso de que una prueba ‘se subiese en marcha’ al campeonato, pero al menos entonces se anunció con bastante más antelación y se añadió al final del calendario. Lo de Peña Cabarga, en cambio, era aun más ‘radical’ ya que faltaba apenas un mes para su disputa cuando se anunciaba su puntuabilidad por lo que el ‘margen de maniobra’ era escaso, convirtiéndose la prueba cántabra en la quinta de la temporada.

La precipitada inclusión de Peña Cabarga, en fechas tan veraniegas como el primer fin de semana de agosto, suponía un importante trastorno para los ya de por si pocos habituales del nacional, que se dejaba notar en la lista de inscritos, con las ausencias de Aritz Egozkue y Manuel Maldonado. El líder de la categoría II acababa de vender su Silver y de abrir un nuevo establecimiento hostelero que, recién inaugurado y en fechas tan turísticas, requería toda su atención. Por su parte, el vigente campeón del grupo A había programado para el primer fin de semana de agosto las vacaciones familiares, y con el campeonato poco menos que perdido dado el sistema de puntuación de este año, optaba por seguir adelante con el plan vacacional y no ser tampoco de la partida.

Así que, de entrada, Peña Cabarga ya iba a tener una importante influencia en el desarrollo del campeonato, al menos en lo que respecta a la categoría II. Ausente Aritz, Oscar Palacio encabezaba una paupérrima lista de participantes, con nada más que tres rivales, lo que le ponía en bandeja una ocasión de oro para destacarse al frente de un campeonato que, hasta ese momento, estaba de lo más igualado. Qué en la lista del regional cántabro hubiese otros cuatro CM pero no puntuasen para el nacional (además de varios grupos A y N en la misma situación) nos sorprendía cuando le echábamos un vistazo a la relación de participantes. Pero la explicación estaba en cuestiones ‘burocráticas’ de esas que no hacen sino complicar más las cosas en vez de facilitarlas. Resulta que, aunque los vehículos de, por ejemplo, Javier España, Juan Antonio Castillo, Daniel Sordo (que alquilaba el Silver con el que Roca empezó el campeonato) o Luis Jesús Fernández (también con un CM de alquiler, en su caso el BRC con el que Javi Villa ganó en Santo Emiliano) fuesen de los homologados para competir en el Campeonato de España… ¡los que no estaban digamos que ‘homologados’ eran sus pilotos! En Cantabria hay licencia regional y si quieres puntuar en el certamen cántabro has de competir con ella, lo que no te sirve para participar en el nacional… y lo contrario tampoco vale, es decir, si tienes también licencia nacional (como, por ejemplo, Javi España o Castillo) ha de elegir si, por un fin de semana, eres ‘español’ o ‘cántabro’ ya que con el ‘papelito’ de la RFEdeA no puedes puntuar en el certamen de la FCA. Como los dos citados no están siguiendo el campeonato de España de Montaña, ambos optaban por inscribirse con la licencia regional para así poder optar a los puntos del campeonato de Cantabria, en el que ambos están más interesados, por lo que la absurda situación creada no iba más allá de quitarle a la lista del nacional unos cuantos coches, dejándola en sólo 22… de los que finalmente se presentaban 19, 15 turismos y 4 CMs. Pero si alguno de ellos hubiese tenido interés en los dos certámenes se hubiese visto en la imposibilidad de puntuar para ambos pese a competir con un vehículo que si está admitido en los dos campeonatos y tener licencia para participar tanto a nivel nacional como regional…¡simplemente de locos!

Con tan poquitos participantes y un parque de asistencia en el que espacio no faltaba, los equipos se extendían a lo largo de dos de las calles del polígono, por las que hacíamos la primera ronda del fin de semana antes de dirigirnos ya a la zona de salida. Previamente, nos habíamos informado sobre las características de Peña Cabarga (prueba en la que nunca habíamos estado) hablando con nuestro cliente (el primero que tuvimos allá por el 2002) y buen amigo Juan Carlos Fernández, actual campeón de Cantabria de Montaña que este año, con los negocios requiriendo cada vez más atención en estos tiempos de crisis, se ha tomado un descanso en eso de las carreras. Juan Carlos nos explicaba que la subida tenía dos partes totalmente diferenciadas, una primera muy rápida, con apenas un par de curvas en sus tres primeros kilómetros, y una segunda mucho más virada, con varias paellas, tan cerradas como empinadas, que daban paso a la parte final, en la que una última izquierda, muy traicionera y de doble radio, llevaba hasta la meta. Con esta descripción en mente, la idea era cubrir las mangas del sábado en la parte alta de la prueba, dejando la zona baja para el domingo y, de ese modo, estar más cerca del parque de asistencia en la última oficial de la Fase B para hacer las entrevistas a utilizar posteriormente en el resumen de TVMotor y el programa ‘Sobre Ruedas’ de Canal 10.

A eso de la una estábamos ya en salida junto a Roberto y María, la ‘otra mitad’ de nuestro equipo en esta prueba (y en la mayoría de las citas del nacional de montaña). Tras unas cuantas gestiones para conseguir ‘transporte’ hasta la cima, la furgoneta de prensa de la organización nos llevaba a la zona de las paellas mientras que a nuestro Jose y a otro compañero de las labores gráficas les subían hasta la zona de meta. Seguía haciendo sol y apenas si se vislumbraba alguna discreta nubecilla así que, como si fuésemos nuevos en esto, acabábamos dejando en el coche el paraguas, el chubasquero y la funda de la cámara… ¡como los echaríamos de menos tres horas después!

En estas imágenes que acabo de tratar de haceros llegar a base de palabras se condensaba la media hora justa que transcurría entre el paso del Audi de Aznar, que abría la marcha, y el Fiat Punto de Gustavo Peña que la cerraba. Precisamente el hecho de que el primer coche en pasar ante nuestros ojos hubiese sido el A4 número 2 del almeriense en lugar del número 1 de Fombona nos hacía ‘tirar de teléfono’ nada más concluida la manga para averiguar la causa de la no presencia del gijonés, cuyo coche habíamos visto en la asistencia minutos antes, preparado para tomar la salida. Así que nuestra sorpresa era mayúscula cuando nos enterábamos de los motivos que habían impedido a Fombona tomar parte en la manga de entrenos libres… ¡y que le iban a dejar, además, inédito en lo que restaba de jornada! Como luego nos explicaría con más detalle el propio piloto (y se puede escuchar de su boca en la entrevista que se emitió en ‘Sobre Ruedas’), en Peña Cabarga competía con una unidad del A4 diferente al utilizado en las cuatro pruebas anteriores y que había sido vendido recientemente a un comprador griego. Ello había supuesto que, con la inesperada inclusión de la subida cántabra en el calendario, hubiese que montar ‘a toda prisa’ otro Audi de su propiedad, que estaba sin completar y que se terminaba justo a tiempo pero no se podía ni probar ni revisar en profundidad. Las prisas hacían que nadie se percatase de que el depósito de combustible de esta ‘segunda unidad’ estaba caducado, lo que detectaban los comisarios en las verificaciones del viernes por la tarde, haciéndoselo notar al mecánico de Fombona que acompañaba al coche. Ahí surgía el malentendido que derivaría en la no participación del Audi el sábado, ya que lo que el miembro del equipo del gijonés entendía como una ‘advertencia’ (eso tan típico a veces en las carreras de ‘tienes esto mal, por hoy vale pero hay que cambiarlo para la próxima’) era, en realidad, motivo para no incluirle en la lista de autorizados a tomar la salida si no se subsanaba antes de las doce horas del sábado. Algo que se podría haber hecho sin problemas, dada la cercanía de la prueba a la base del equipo, en Pola de Siero, pero que no se hizo por ese malentendido del viernes que derivó en un inesperado ‘cero’ para Fombona en la Fase A, a la que tuvo que asistir como mero espectador mientras sus mecánicos hacían llegar un nuevo depósito desde Asturias y dejaban el coche listo para rodar por primera vez al día siguiente.

La subida de entrenos oficiales nos deparaba espectáculo similar, seguida esta vez desde el exterior de la siguiente paella, similar en cuanto a ángulo e inclinación pero girando hacia la derecha. Ya calzado con sus habituales Michelin, Cabo volvía a marcar el mejor crono pero el cielo se iba cubriendo rápidamente de oscuras nubes que amenazaban con convertirse en el principal rival del piloto de Astillero. Y, en efecto, en la pausa antes de la manga oficial las nubes decidían cumplir con el pronóstico meteorológico que tan improbable parecía unas horas antes y que anunciaba lluvia para eso de las cinco de la tarde. Hacia las cuatro y media empezaba a chispear y pocos minutos después la intensidad de la lluvia aumentaba de forma notable, acompañada además de una espesa niebla que, según nos comentaban los habituales de la zona, se ‘asienta’ en la cima con gran rapidez y ya ha provocado otros años la cancelación de alguna de las mangas de la subida. Esta vez, afortunadamente, no se llegaba a tanto, aunque la espesa niebla forzaba a recortar el recorrido en unos 700 metros de su parte final y a retrasar en media hora el inicio de la subida oficial.

El crono de Javier España, por debajo de los tres minutos, sólo era superado por José Antonio Aznar que subía realmente fuerte con su Audi A4ST consciente de estar ante una gran oportunidad no sólo de ganar sino, sobre todo, de recortar de golpe toda la diferencia que Fombona le llevaba en el campeonato. Además, y aunque parezca raro dada su procedencia, al almeriense le gusta eso de pilotar sobre piso mojado, y su ritmo por la zona de subida que discurría ante nuestros ojos no dejaba lugar a dudas, era el más rápido y suya iba a ser la victoria de la Fase A. La decisión de Aznar a la hora de trazar las dos paellas contrastaba claramente con las sensaciones que nos dejaban los dos World Rally Cars, los coches que, sobre piso tan mojado, debían de ser los principales rivales del A4. Las dudas de Abia al abrir gas con el 206 o la prudencia en las frenadas de Angela Vilariño con el Subaru (era su primera experiencia en agua con el potente Impreza) hacían que ni el veterano leonés ni la joven vasca bajasen de los tres minutos, muy lejos del 2.55 del andaluz. Angela era la que se quedaba más cerca de esa barrera, lo que no le bastaba para lograr tampoco la segunda posición, que iba a parar a manos de un sensacional Manuel Cabo. El cántabro lograba lo que parecía imposible tal y como estaba el piso, batir con su potente ‘trasera’ a los dos World Rally Car, alcanzando una más que meritoria segunda posición.

A un paso del podio terminaba ‘Viti’ Pardeiro, quien sin más rivales en el grupo N que el Swift de Víctor Pérez, subía deprisa pero sin jugársela y, aun así, estaba a poco más de medio segundo de batir al Subaru WRC con su EVO IX y lograr la tercera posición, conformándose finalmente con la cuarta. Además de ‘Viti’, había un asturiano más en liza que también sacaba partido al agua: el siempre rápido Alberto Ordóñez, quinto con su Renault Clio y relegando al WRC de Abia a la sexta posición por delante de otro de los pilotos que más nos gustaban en una subida con piso tan delicado, Iñigo Olabegogeaskoetxea. El joven piloto vasco de casi impronunciable apellido terminaba séptimo scratch y tercero del grupo A, a sólo dos décimas del Peugeot WRC con su BMW M3 E36 propulsado sólo por las ruedas traseras pero llevado con maestría para compensar el hándicap de tracción.

Como era de esperar, el piso tan mojado se les atragantaba a los potentes GT de Angel Castro y Raúl Borreguero, terminando el Seat Cupra del madrileño en la octava plaza, medio segundo por delante del Mosler del valenciano. El ‘top ten’ de la categoría I del nacional lo completaba el ganador entre los 'históricos', Miguel Angel Clemente, al que el agua le permitía batir con su Seat 124 al potente TVR de Rafael Serratosa, que le había superado en los entrenos sobre seco.

Por lo que respecta a los pocos CM del nacional, no había historia. Como era previsible, Oscar Palacio dominaba con holgura pese a subir sin atacar a fondo (“en agua siempre es más fácil ‘liarla’ así que subí con margen”, nos comentaría después), distanciando en más de 13 segundos al siguiente clasificado, el vasco Rubén Nogueiras, al que a punto estaba de dar un susto el asturiano Jairo Pesquera, tercero en la que era, también, su tercera subida con el BRC ex-Palacio. Y más o menos esto es lo que daba de si la jornada del sábado, que terminábamos empapados y deseando llegar al hotel para cambiarnos, descansar un poco y salir a cenar.

El domingo amanecía con cielo cubierto pero, esta vez, los pronósticos del tiempo fallaban y no sólo no llovía sino que las nubes se iban retirando para dejar paso a un sol que calentaba lo suyo a medida que avanzaba la mañana. Una vez cubierta la parte alta de la subida el día anterior, las mangas de la Fase B las seguíamos desde la zona inicial de la prueba, sin ir más allá de la curva a izquierdas que da paso a la primera larga recta del recorrido. Desde lo alto de la misma observábamos el paso de los participantes en los entrenos libres, de nuevo con el Audi de Aznar abriendo carretera aunque esta vez tampoco faltaba el de Fombona, que partía después tras haber tenido problemas en la arrancada, en el que sería el primero de los varios ‘fallos de juventud’ de la nueva unidad del A4, que se paraba poco después de iniciar la subida y que ‘daría guerra’ a piloto y equipo durante toda la jornada. Tampoco Aznar tenía un día tranquilo, con un palier rompiéndose en los libres y la segunda velocidad fallando en los oficiales, en los que Fombona si llegaba a meta, pero tras subir sin cutoff y con la trasera del A4 más ‘bailarina’ de lo deseable.

Con los dos pilotos de los Audis pensando más en acabar y sumar puntos que en otra cosa, y con el piso totalmente seco y cielo cada vez más despejado, el resultado de la subida oficial de la fase B no podía ser otro que el esperado ya el día anterior si no hubiese llovido: una rotunda victoria de Cabo y su Porche. Una victoria que, a la vista de su estratosférico crono de 2.55.418, que ‘pulverizaba’ el record de carrozados de la prueba, un 2.59.92 marcado el año anterior por Gómez y su ‘atómico’ EVO verde, hubiese sido igualmente suya aun con los Audi de Aznar y Fombona totalmente a tope.

La segunda plaza tras el inalcanzable Cabo era para Angela Vilariño, más a gusto en seco con el Impreza lo que le permitía superar con holgura al resto de rivales y cerrar su primer fin de semana en el nacional de montaña de categoría I con un muy positivo balance de dos podios que, esperamos, la anime a disputar el año que viene todo el campeonato para tratar de luchar por el título absoluto, lo cual imagino que sería un reto ilusionante para la más joven representante de la saga de Ondarribia. Al fin y al cabo, el automovilismo, aunque tenga fama de ‘machista’, es de los pocos deportes en que hombres y mujeres pueden competir por el mismo galardón, aunque desgraciadamente pocas sean las féminas que lo hayan intentando en su larga historia.

El podio de la Fase B, por lo que respecta a los carrozados del nacional, lo completaba Borreguero, que en seco ya podía dar más rienda suelta a la caballería de su Mosler, con el que se imponía en una cerrada pelea que abarcaba desde su tercera plaza a la inusual séptima en la que concluía Fombona, aunque a poco más de un segundo del GT de Raúl. El gijonés se quejaba del comportamiento de su A4, sobre el que deberá trabajar duro para ponerlo a punto de cara al sprint final de la temporada si quiere contener la remontada de Aznar y lograr su sexto título consecutivo. El almeriense, consciente de que tenía que puntuar para acabar de sacar partido al ‘cero’ de su rival el día anterior, subía con algo de margen y se conformaba con la cuarta posición, a sólo 42 milésimas del podio pero tres puestos (y tres puntos) por delante de Fombona. Ahora, Aznar lidera en puntos totales, aunque si aplicamos los descartes de una fase A y una B de diferente meeting a cada uno de los dos contendientes por el título, Fombona sigue por delante… pero sólo con dos puntos de ventaja por lo que la situación es, prácticamente, de empate técnico ya que ambos dependen de si mismos y, si ninguno de los dos tienen problemas, el que quede delante del otro más veces en lo que falta de temporada se llevará el campeonato.

Y ya que hablamos del regional, el domingo, sobre seco, se cumplía el pronóstico en lo que respecta a los participantes en el certamen cántabro y Andrés Vilariño era el más rápido, rebajando en más de cuatro segundos con su Norma tres litros el crono que había establecido el año anterior con la versión de 2000cc. Sin embargo, eso no le bastaba para remontar los 14 segundos cedidos el sábado ante Castillo, que era de nuevo segundo con el Silver, rodando también por debajo de su tope personal en la subida, que mejoraba en casi dos segundos para ceder apenas la mitad de la ventaja acumulada bajo la lluvia y lograr la victoria a efectos del Campeonato de Cantabria.

El record de los CM, que estaba en posesión de nuestro buen amigo Juan Carlos Fernández con 2.51.15 era superado no sólo por Castillo sino, sobre todo, por Oscar Palacio, que establecía una nueva mejor marca con el 2.48.521 registrado por su Silver al cruzar la línea de meta del domingo. La segunda victoria del fin de semana para el asturiano era también clara, con casi cinco segundos de margen sobre Nogueiras, que en seco distanciaba algo más a Pesquera, de nuevo tercero sin problemas y muy por delante del restante inscrito en el nacional de categoría II, el veterano BRC 02 del local Pedro Bueno. Las dos victorias de Oscar y la ausencia de Aritz dejan el nuevo campeonato de categoría II poco menos que decidido en manos del asturiano, el único que ha decidido (¡o podido!) seguirlo en todas sus pruebas. Una pena, en cualquier caso, que justo cuando, por fin, los CM consiguen el ‘status’ de Campeonato de España sea cuando menos participación está teniendo el certamen.

Para terminar el repaso a las diferentes categorías, nos queda sólo la de históricos, en la que el cambio de condiciones del asfalto se dejaba notar en el resultado. Sobre seco Rafael Serratosa podía dar rienda suelta a los caballos del TVR, a cuyo V8 daba gusto oír sonar cuando su inmenso par lo catapultaba cuesta arriba en la larga recta inicial. El levantino se imponía por apenas cuatro décimas al Seat de Clemente y ambos siguen en la pelea por un campeonato que lidera el tercero en discordia, Goyo Castro, gracias a los puntos sumados en Falperra, cita a la que no acudieron sus dos rivales. Ahora mismo, si aplicamos los descartes, Goyo sigue líder, con Clemente a dos puntos y Serratosa a ocho, por lo que mucho dependerá de cuantas pruebas más se disputen de aquí a final de año para decidir el nombre del ganador.